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Madrina al día, un podcast de Fundación Madrina Hola qué tal, bienvenidas, bienvenidos a un nuevo episodio de este espacio donde nos detenemos a mirar, a pensar y sobre todo a sentir. Hoy vamos a hablar de algo que nos concierne a todos, algo esencial, vital, literalmente vital. Imagina el inicio de una vida, el primer aliento, el primer latido, la primera mirada, todo comienza ahí, pero qué pasa cuando ese comienzo no es justo, ni seguro, ni sano.

Hoy vamos a hablar de la nutrición en la infancia más temprana de las madres que no tienen a una alimentación adecuada durante el embarazo y del impacto que eso tiene en toda una generación. Hoy ponemos el foco sobre la Fundación Madrina, el primer banco de alimentos materno infantil de España.

Sí, has escuchado bien, un banco de alimentos exclusivo para mamás y bebés, porque hay urgencias que no pueden esperar ni un solo día más.

La Fundación Madrina lleva años en pie y años trabajando a contrarreloj para evitar lo impensable que un bebé en España sufra las consecuencias devastadoras de la malnutrición, desde los primeros días de vida o incluso antes cuando todavía están en el vientre de sus madres. Y es que la carencia nutricional materno infantil no es simplemente una estadística, es un drama silencioso que puede dejar secuelas para toda la vida, no solo físicas, también emocionales, neurológicas y sociales.

El equipo de trabajadores sociales de Fundación Madrina ha detectado una realidad alarmante. Niños desde recién nacidos hasta los dos años en estado de malnutrición. Madres gestantes con graves carencias. Situaciones que no deberían existir, pero que están ahí, a menudo invisibles. ¿Sabías que una mujer embarazada o que no se alimenta bien puede sufrir desde anemia severa hasta preeclampsia? ¿O que un bebé malnutrido desde el útero puede presentar problemas neurológicos irreversibles? Vamos a repasar algunos de estos riesgos no para asustarte, sino para que entiendas la urgencia. Cuando una madre carece de nutrientes esenciales puede desarrollar anemia.

Esa falta de hierro compromete el oxígeno que llega al bebé. Puede padecer preeclampsia, una afección peligrosa que puede derivar en partos prematuros y daños irreparables. También diabetes gestacional que pone en peligro a ambos. Y eso no es todo, la falta de calcio puede provocar osteoporosis en la madre.

El sistema inmunológico se debilita, haciendo que tanto madre como bebé sean vulnerables a infecciones. Incluso pueden sufrir problemas dentales graves, algo que suele pasarse por alto. Y cuando el bebé nace, si esa nutrición no ha sido adecuada, el panorama tampoco mejora. Un recién nacido con carencias puede sufrir anemia, problemas del sistema inmunológico, incluso hipotiroidismo neonatal.

A veces la carencia de ácido fólico y yodo en la madre lleva al bebé a tener daños neurológicos que afectarán toda su vida. Y un dato que honestamente me sobrecogió, el aumento del cortisol en la madre por situaciones de estrés extremo puede atravesar la placenta y afectar el desarrollo del sistema nervioso del feto. Esto se traduce años después en problemas psicosomáticos, emocionales o de conducta en la infancia o adolescencia. Esto no es ciencia ficción, es una realidad.

Ante este panorama, la labor de Fundación Madrina es mucho más que una ayuda puntual, es un salvavidas. No solo repartimos alimentos, también orientamos, formamos, cuidamos, acompañamos. Porque una madre bien cuidada es una madre que puede cuidar. Y un bebé bien nutrido es una oportunidad de futuro. Pero hay otro frente de preocupación que también debemos abordar. El resurgimiento del sarampión. Sí, el sarampión. Esa enfermedad que muchos creíamos