Madrina al día 1x18 1g1x6o

¡Madrina al día, un podcast de Fundación Madrina! Bienvenida o bienvenido. Hoy vamos a analizar una situación económica, la verdad, bastante preocupante en España. Los datos más recientes, ¿eh? La sitúan en una posición delicada en Europa.

Sí, son datos que llaman la atención, desde luego.

Tenemos la tasa de pobreza infantil más alta y, además, liderando el índice de miseria de la UE, un 14,7% a finales de 2024.

Una cifra muy alta, sí.

Queremos entender un poco qué hay detrás de estos números, cuál es el impacto real.

Para empezar, a ver, este índice de miseria, ¿qué mire exactamente? ¿Por qué es relevante ese 14,7%? Pues mira, es un indicador bastante, bastante directo, pero muy revelador. Lo que hace es sumar dos tasas, la de desempleo y la de inflación.

Ah, vale.

Claro, ese 14,7% en España, bueno, contrasta mucho con la media de la eurozona.

¿Que estaba en cuánto, más o menos? Rondaba el 8,8% por las mismas fechas. Así que refleja un deterioro claro del bienestar económico aquí, en comparación.

Entendido. Y supongo que detrás de esa cifra, pues, hay una mezcla de factores económicos, ¿no? Bastante complejos.

Eso es. No es una sola causa, ni mucho menos. Por un lado, tenemos un desempleo que persiste.

La cifra oficial es del 11,7%, que ya es alta. Pero es que, si contamos a la gente que está infraempleada, o los que ya ni buscan porque están desanimados… Los desanimados, claro.

Pues la cifra real de afectados se acerca a los 4 millones de personas. Es muchísima gente.

4 millones. Y por otro lado, la inflación, que no termina de bajar del todo, ¿verdad? Exacto. Sigue ahí, mermando el poder adquisitivo. Y se nota sobre todo en lo básico, la comida, la energía… Lo que más duele en el día a día.

Justo.

Y en esto se suman otros elementos, ¿no has mencionado? Como la presión fiscal o la deuda que arrastramos… Exactamente. La presión fiscal aquí es elevada. Y eso, pues, reduce la renta que les queda a las familias y también afecta a la competitividad de las empresas.

Claro.

Y luego está la deuda pública, que es considerable. Y eso limita la capacidad del Estado para invertir ya sea en políticas sociales o en estimular la economía.

Entiendo. Es como una tormenta perfecta. Paro, precios altos, impuestos y poca capacidad de reacción pública.

Pues sí, algo así. Y las consecuencias, claro, se ven directamente en la vida de la gente.

Hablamos de que más de una cuarta parte de la población, un 26,5%, está en riesgo de pobreza o exclusión social.

Una jifra muy preocupante.

Y más alta que la media europea, además.

Sí, sí. Y esto se traduce en realidades muy duras, ¿eh? Piensa que el umbral de pobreza para una persona que viva sola en 2025 se calcula que estará cerca de los 12.000 euros al año.

Muy poco margen.

Poquísimo.

Y lo que vemos cada vez más es que muchos hogares necesitan sí o sí dos sueldos para cubrir lo básico.

Vamos, que ya no llega con uno.

En muchos casos no. Y eso muestra la vulnerabilidad económica de muchísimas familias.

Es que claro, todos estos elementos parece que se refuerzan entre sí. Si no tienes empleo estable o bien pagado, si el coste de la vida sube, si los impuestos aprietan, pues salir adelante se hace muy cuesta arriba.

Precisamente. Se crea una espiral, muy complicada de romper, y donde el impacto es especialmente doloroso y yo diría que preocupante a futuro es en los niños, en la infancia.

Sí. Ahí las cifras son, bueno, son alarmantes. Cerca de un millón de niños en España viven en riesgo de pobreza.

¿Un millón? Es terrible.

Y las consecuencias para su desarrollo, su salud, su educación, pueden ser devastadoras a largo plazo.

Marcan de por vida.

Efectivamente. Se corre el riesgo de que ese ciclo de pobreza se perpetúe, que pase de generación en generación. Es muy difícil salir de ahí.

Entonces, ¿qué se puede hacer? Los análisis supongo que apuntarán a algunas soluciones.

Sí. Los análisis sugieren que hacen falta medidas, pues integrales. No valen parches sueltos. Se habla de apoyo directo a las familias con hijos, de fomentar empleo de calidad, que permita conciliar.

La conciliación fundamental.

También de una inversión potente en educación. Algunos estudios apuntan a un objetivo del 7% del PIB.

Que sería un salto importante.

Un salto muy importante. Y también revisar el sistema fiscal, para aliviar un poco a las rentas más bajas y medias.

Suenan a medidas lógicas, necesarias. Pero claro, la pregunta es, ¿serán suficientes? ¿Se está haciéndolo bastante? Esa es la gran cuestión, sí. Lo que queda flotando después de ver todos estos datos es si las políticas actuales bastan, o si por el contrario, se necesita un cambio de rumbo, quizá más profundo, más coordinado, para atajar el problema de raíz.

En definitiva, lo que estamos viendo es que España se enfrenta a un desafío socioeconómico de primer orden, y donde la infancia es, lamentablemente, una de las principales víctimas silenciosas de esta situación.