07 Alimentación durante el embarazo 252t1m

Hola, bienvenida, bienvenido. Hoy vamos a hablar de algo tan cotidiano como importante, tan simple y a la vez tan profundo como lo es la alimentación durante el embarazo. Porque en cada cucharada, en cada sorbo, en cada pequeño bocado se esconde un acto de amor, un acto de cuidado, una forma silenciosa pero poderosa de proteger y de construir, día a día, la vida que se está formando dentro de ti.

Comer durante el embarazo no se trata simplemente de comer por dos como tantas veces hemos oído, se trata de nutrir dos cuerpos con inteligencia, con sensibilidad y con conciencia, el de la madre y el del bebé que crece, que se forma y se transforma segundo a segundo.

Hoy vamos a recorrer sin prisas y con mucho cariño los nutrientes clave que no pueden faltar en esta etapa. Hablaremos de cómo conseguirlos, qué función cumplen y cómo tu alimentación puede marcar una diferencia positiva y duradera en la salud futura de tu hijo o hija. Así que ponte cómoda, ponte cómodo, imagina que charlamos juntos tranquilamente como dos amigos en la cocina mientras se preparan algo rico y hablamos de lo esencial, cuidar la vida desde el principio.

Uno de los nutrientes más importantes y quizá más conocidos durante el embarazo es el ácido fólico, también llamado vitamina B9. Este nutriente es clave durante las primeras semanas de gestación, incluso antes de que sepas que estás embarazada, porque contribuye a la formación del tubo neural del bebé que más adelante dará lugar al cerebro y la médula espinal.

Su deficiencia puede aumentar el riesgo de malformaciones como la espina bífida, en alimentos como las espinacas, acelgas, lentejas, garbanzos, brócoli, aguacate y en los cereales integrales. Aún así, en la mayoría de los casos, los médicos recomiendan un suplemento diario de ácido fólico al menos durante el primer trimestre y muchas veces incluso desde el momento en que se busca el embarazo.

Durante la gestación, el volumen de sangre en tu cuerpo aumenta considerablemente para abastecer al bebé. Eso implica una mayor necesidad de hierro, un mineral esencial para producir hemoglobina, la proteína que transporta oxígeno en la sangre. Si no tienes suficiente hierro puedes sentirte muy cansada, sin fuerzas, incluso un poco triste.

Y lo que es más importante, tu bebé puede no recibir el oxígeno necesario para su desarrollo óptimo. El hierro lo encontramos en las carnes rojas, las legumbres, los frutos secos, las espinacas y las yemas de huevo. Para mejorar su absorción es ideal acompañarlo con alimentos ricos en vitamina C, como un zumo de naranja o unas rodajas de kiwi.

El calcio es otro de los nutrientes esenciales. Tu bebé lo necesita para formar huesos, dientes, músculos y nervios. Pero si tú no consumes el suficiente calcio en tu dieta, tu cuerpo lo extraerá de tus propios huesos. Es decir, tu bebé se llenará de lo que necesite. Y tú podrías terminar con los huesos más frágiles.

Por eso, durante el embarazo es vital consumir alimentos ricos en calcio, leche, queso, yogur, brócoli, almendras, sardinas y tofu. También es importante la vitamina D, que ayuda a absorber el calcio correctamente. La obtenemos principalmente del sol, pero también de algunos pescados, huevos y productos fortificados.

El yodo es otro pequeño pero gran protagonista. Es fundamental para el funcionamiento de la glándula tiroides, que regula el metabolismo. Durante el embarazo, una deficiencia de yodo puede afectar el desarrollo cerebral del bebé. Por eso, muchos países fortifican la sal de mesa con yodo, y también puedes encontrarlo en alimentos como el pescado, los lácteos, los mariscos y los huevos. En algunos casos, el médico puede