
Descripción de Capítulo 9. Rumbo a Rotterdam 3k3711
RUMBO A ROTTERDAM Días atrás el buque escuela había abandonado Ferrol, dejando atrás los castillos de La Palma y San Felipe, cuando a la altura de la aldea de pescadores, conocida en cartas y portulanos como Cariño, se enfiló rumbo norte hasta avistar los aguijones de cabo Ortegal, para después navegar con dirección al Canal de la Mancha. Tras amainar la marejada que les había acompañado desde que iniciaron el viaje, y con viento en popa a toda vela por aguas del canal, frente a las costas de Normandía pusieron rumbo al puerto de Rotterdam. Todas las mañanas amargaba mucho levantarse, y nadie se quería apear del coy con las primeras luces del alba. A toque de diana, el cabo de mar de guardia en el combés, hacía trinar y gorgorear su pito de maniobra en ambas entradas de los sollados. Aquel día frío con viento del norte, la tripulación amodorrada aferraba la manta, mientras el suboficial de guardia, apeaba a latigazos a los aprendices que no saltaban del coy al toque de silbato. .......... 3k574w
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Rumbo en rotterdam días atrás el buque escuela había abandonado ferrol dejando atrás los castillos de la palma y san felipe cuando a la altura de la aldea de pescadores conocida en cartas y portugal nos como cariño sencillo rumbo norte hasta vistas los es de cabo ortega al para después navegar con dirección al canal de la mancha tras mainar la manejada que les había acompañado desde que iniciaron el viaje y con viento en popa toda vela por aguas del canal frente a las costas de normandía pusieron rumbo al puerto de rotterdam todas las mañanas amargada mucho levantarse y nadie se quería piar del coi con las primeras luces del alba a toque diana el chavo de mar de guardia en él con vez hacia trinar y boreal su pito de maniobra en ambas entradas de los soldados aquel día frío con viento del norte la tripulación a modo de aferraba la manta mientras el suboficial de guardia apoyaba latigazos a los aprendices que nos saltaban del coi al toque de silbato después de paso por los altos y blancos acantilados de piedra de la costa de dudas y ya muy cerca de la costa inglesa se divisaba un cementerio de barcos cuya superficie del agua solo dejaba ver las croquetas de sus mástiles que velaba continuamente fuera del agua después de unas horas pasadas unas horas de tranquila navegación ya se podía distinguir la vegetación y algunas blanquecino las edificaciones del puerto holandés de rotterdam tras haberse ha cerrado todo la parejo y escuchado la llamada de vapor y estribor de guardia la tripulación sin dejar de escuchar el monótono latido del motor del buque observada en silencio como lentamente la prueba del galatea desfilaba la bocana del puerto adentrarnos en el conglomerado de barcos muelles indignados poblados por el incesante de trabajadores de la madre allí se encontraba atracado un velero denominado para mí el cual nos dio el saludo a la voz cubriendo candelero si pasamanos los primeros en su vida la garcía fueron los tripulantes del pami nosotros estábamos viendo como subían por las arterias y las gas no eran malos sino lo contrario subían bien nosotros a continuación respondimos de la misma forma una vez arrancada la cubierta y designada la guardia entrante los vivos aprendices especialistas de maniobra formando en fila día de cerca de la plancha pasaron revista de franco de paseo para adentrarse en las concurridas calles de la capital holandesa asturias algo más entusiasmado que días anteriores y con unas cuantas lecciones aprendidas bordo que como penitencia le había llevado a pernoctar algunas noches subido de espaldas el ejercía mirando hacia el mar dijo a su compañero que te parece si mañana que no estamos de guardia salimos a tomar algo de aire yo ya estoy harto de tanto meneo y tanta agua murcia más expulsado y quizás con menos convencimiento aceptó la invitación aunque hubiese preferido aprovechar reposada instancia en el velero para recuperar el sueño perdido en tantas single dudas en vez de adentrarse en la ciudad de lima que no sabemos el tiempo que vamos a estar aquí mañana puede que ya sea tarde dijo el muchacho a la vez que se colocaba con ambas manos su pelo de color castaño que ya había comenzado a crecer y se tocaba el mentón tratando de apreciar si era necesario afeitarse para pasar la revista de paseo al día siguiente un grupo de aprendices con traje azul te afectan y feto de gala afectados y en perfecto estado de revista decir dieron abandonar el buque que les había llevado a aquellas tierras tras pisar tierra firme y haber llenado sus estómagos en una típica taberna de los alrededores del puerto con ojos asombrados observaban con interés el devenir de la gente el bullicio de las calles y el timbre ante andar de las guapas muchachas de clara y cabellos rubios como la cerveza después de haber seguridad de un menú tan diferente al que estaban acostumbrados a bordo habían tenido la suerte de conocer a una preciosidad es que después de preguntarles la dirección que debían tomar para ir al centro de la ciudad se habían ofrecido como acompañantes de aquellos jóvenes incipientes marinos pero a los conquistadores de tierras y mujeres si te llegó a hacer caso y nos quedamos durmiendo ni habríamos comido también ni hubiésemos conocido la ciudad y mucho menos a estas chicas dijo asturias qué te parece al menos por un día hemos salido de la monotonía pues dentro de poco otra vez lo mismo de lo mismo y el sueño ya se recuperará en algún momento vale que ya se que tienes razón le contestó murcia algo más entusiasmado la tarde entre las calles acompañados del grupo de preciosidad de se les pasó en santiago
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