Uruk y Gilgamesh: el origen de la épica y la civilización 5st38

Muy buenas, ¿cómo estás? Hoy iniciamos una nueva serie que hace tiempo me apetece hacer y tiene que ver con las ciudades, con la historia de todas las ciudades más importantes del mundo y el impacto que han tenido tanto en civilizaciones como en el concepto de la propia historia y sobre todo el impacto que van a tener en el arte. Para quienes seguís habitualmente este canal sabéis que es súper importante el contexto, de hecho la gracia de la historia del arte en muchas ocasiones es entender el contexto que lo rodea. Las ciudades se convirtieron desde el primer momento en el núcleo desde el cual emergía el propio concepto y la noción de arte a través de la arquitectura, de objetos artesanales que hemos olvidado, de cómo acuñamos grupos de gente a los cuales consideraremos artistas relevantes, la relación entre el poder, la capacidad del músculo económico y la capacidad de poder hacer obras de arte mucho más grandes que sobre todo también se perpetúen en el tiempo, ya que cuando hablamos de arte, de ese arte oficial, de la historia del arte, siempre estaremos hablando de lo que queda, de esa relación con lo que entendemos como historia, reyes, gente poderosa, grandes ciudades que han dominado y que han quedado restos, vestigios, a veces leyendas escritas.

Todo esto es lo que rodea nuestra noción de arte, lo cual no significa que si había muchas personas haciendo tejidos, vestidos y objetos culturales que quizá no tienen esa trascendencia histórica o esa relevancia como para conservarse, son más importantes en determinadas civilizaciones para entender lo que es una cultura. Por eso es importante distinguir lo que vamos a hablar de un arte oficial, una historia del arte y lo que en realidad podemos considerar también arte, cultura, etcétera. Por otra parte, es muy importante el concepto de ciudad para el pensamiento, las artes, etcétera, porque ya desde los primeros asentamientos mesopotámicos, alrededor del año 4000 a.C., se habían convertido estas ciudades en gigantescos centros de intercambio de información y como hemos visto en nuestro mundo actual, la información es el mayor poder para la cultura.

De alguna manera, las ciudades siempre han sido un laboratorio de ideas. En estos lugares donde se aglutina tantas personas de tantos lugares y se intercambia tanta información, tanto en momentos de crisis como momentos de bonanza, se puede agrupar tanta gente liberada de tareas de supervivencia, como imagínate el típico cliché de alguien que está en el campo labrando para conseguir una lechuga que te la comas, etcétera, no le da la vida, ni le da el tiempo, ni tiene las habilidades, ni el espacio, ni las infraestructuras para poder luego irse por la noche y pintar un cuadrito o escribir un poema o hacer esta serie de cosas. Además de ofrecerse esas oportunidades en las ciudades, también se va a dar un intercambio muy fluido de información, lo que permitirá que a una persona que estuviese intercambiando información con cuatro personas en un pueblo chiquitito, le costaría más llegar a una conclusión que si hay mil personas hablando sobre poesía, hablando sobre pintura, haciendo grandes proyectos donde a una se le puede ir la olla y arriesgarse mucho más que hacer una casa en un campo.

Es un ejemplo muy burdo, pero creo que ayuda a entender por qué es tan importante esta historia de las ciudades. No quiero hacer mucho más larga esta introducción, lo voy a dividir en determinadas secciones, vídeos, no solo en ciudades concretas, sobre todo en la parte de la historia, y vamos a llegar, si me da la vida, hasta ese futuro distópico de la ciencia ficción que tiene que ver con la propia noción de posmodernidad, de toda la filosofía postestructuralista segunda mitad del siglo XX, condensada en los relatos del cyberpunk y de toda la estética que actualmente consumimos en los medios, en las películas, en los videojuegos o incluso en la propia literatura. El concepto de Gran Metrópoli, a imagen y semejanza de la utopía que fue Japón en los 80-90, ha servido para condensar muchas ideas y mucho pensamiento de nuestra filosofía contemporánea. Asimismo, en la actualidad tenemos datos como que hacia 2025, es decir, nuestro año, 440 ciudades con una población total de 600 millones, es decir, el 7% de la población mundial, representarán la mitad del Producto Interior Bruto del planeta.

Del mismo modo, otras civilizaciones, imperios, lugares que a veces nos quedan a espalda de lo que es nuestra cultura como puede ser China, produce el 40% de su economía en grandes megaciudades y regiones que gira alrededor de grandes ciudades y metrópolis que en ocasiones han sido construidas de la nada.

Aunque esto no sea un signo de una clarividencia del futuro que va a venir, sí que tenemos registros de cómo en la antigua Mesopotamia o en la propia Mesoamérica precolombina durante el ascenso de la polis griega, por ejemplo, en los apogeos de las ciudades estado medievales, había un selecto grupo de grandes ciudades o de metrópolis que monopolizaban el mercado y sobrepasaban el poder y la economía de lo que eran estados más complejos o estados nacionales.

Ya hemos dejado claro la importancia de las ciudades en el mundo del arte y en la cultura, así que vamos a empezar hoy con los albores del concepto de ciudad, con ciudades contemporáneas.