
Descripción de Segismunda Von Moor 2dm1o
La condesa Segismunda Von Moor abandona cada noche el pantano en busca de una nueva víctima a la que chuparle la sangre, a pesar de las advertencias de Ambrosio, su criado, quien tiene muy claro que acabará metida en problemas a causa de sus aires de grandeza. Guión y montaje: Elena Lostalé Voces: Elena Lostalé Voz niña: Alejandra Rojas Música CC 3.0: Consecrated Ground (Alexander Nakarada) y Tocata y fuga en D menor (Kevin MacLeod) Imagen: Freepik CC - BY: Pantano y Lápida 6j1h2r
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
SUEÑA CUENTOS Historias para niños que sueñan despiertos.
SEGISMUNDA BON MOR Sí, vale.
No, no lo sé.
Pero lo vemos ahora.
Espera, que se lo pregunto a mi madre.
Vale.
Vale, ahora te llamo.
¡Chao! ¿Con quién hablabas? Con Chiara.
Me ha invitado a pasar la tarde en su casa.
¿Puedo ir? Pues es que ahora no te puedo llevar.
Estoy esperando a un mensajero y no me puedo mover de casa.
¡Por favor! Hasta que no llegue el mensajero no.
Espero un paquete importante.
Pues voy sola.
Si está aquí al lado.
¿Sola? Uy, de eso nada.
Es peligroso.
Mamá, por favor.
Que es sábado por la tarde.
Ya he terminado de estudiar.
Me aburro.
Que no, que no.
Si hay que cruzar la calle grande y todo.
Pero que voy a tener mucho cuidado.
Que es muy peligroso.
¡Mamá! Ya soy mayor.
Puedo cruzar perfectamente sin ayuda.
¿Y si te encuentras con alguien malo? Soy fuerte.
Le daré un mordisco.
Un mordisco.
Ya.
¿Y crees que eso te va a salvar? Tengo los colmillos muy afilados.
Mira.
Soy espabilada, rápida y fuerte.
Que se atrevan a meterse conmigo.
Ahí va.
Pero vaya aires de grandeza.
A lo mejor no lo eres tanto como te crees.
¿No dices siempre que el autoestima es muy importante? Sí, claro.
Pero esto ya es pasarse.
Tampoco te creas lo que no eres.
Pero soy espabilada, rápida y fuerte.
Sí, lo eres.
Pero a lo mejor no más que los malos.
Y no te creas tan mayor.
Tienes que ser consciente de tus limitaciones.
Porque si no...
Ay, mira.
Es de la empresa de mensajería.
Que en diez minutos pasan por casa.
Problema resuelto.
En cuanto llegue el mensajero te llevo a casa de Kiara.
¿Diez minutos? ¡Tanto! Me aburro.
Pero si diez minutos no es nada.
Verás.
Siéntate ahí.
Mientras esperamos te voy a contar un cuento para que tú y todos los sueñacuentos que nos escuchan entendáis por qué los aires de grandeza, creerse más de lo que uno es, tiene sus inconvenientes.
Como cada tarde, a la caída del sol, Segismunda von Mohr salió de su ataúd.
Estaba hambrienta.
Tenía una larga noche por delante.
Debía encontrar una nueva víctima con la que saciar su apetito de sangre.
¡Ambrosio! ¡Ambrosio! ¿Qué se le ofrece, Segismunda? ¿Cuántas veces te he dicho que me llames condesa? Cierto, señora condesa.
Y no resoples.
A sus órdenes, señora doña condesa.
¿Condesa von Mohr? Por supuesto, señora doña condesa von Mohr.
Uf.
Solo condesa von Mohr.
Lo que usted mande, señora doña solo condesa von Mohr.
¿No es un poco largo, Segismunda? ¡Ah! Pero mira que eres hilero.
¿Está lista mi capa? Lavada, planchada y almidonada.
Aquí la tiene.
Bien.
Ayúdame a ponérmela.
Segismunda von Mohr abandonó su refugio de la ciénaga y vio como el último rayo de sol se escondía tras el horizonte.
Ya no había peligro.
Su oscura figura se confundiría en la noche impidiendo que su víctima se percatara de su presencia hasta que fuera demasiado tarde.
La condesa alzó el vuelo y dejó atrás el tenebroso pantano.
La condesa, negra como la noche, merodeó por un bloque de edificios.
Se paraba frente al cristal de las ventanas iluminadas y observaba el interior de las casas en busca de quien esta noche sería su víctima.
Entonces la vio.
Una niña se preparaba para irse a dormir.
La ventana estaba entreabierta.
Segismunda von Mohr se coló en su habitación.
¡Eh tú, chupasangres! Te veo perfectamente.
¡Chupasangres! Soy la condesa von Mohr.
Tengo de una larga estirpe de vampiros del norte de Alemania.
Condesa, vaya aires de grandeza.
La condesa del pantano, traducido al español.
¿Del pantano? Anda, vuelve a tu charca si no quieres que...
¿Qué, qué? Dices que eres una vampira.
Comentarios de Segismunda Von Moor j111b