Reyes, peones y traiciones. 6n46g

Hola, ¿qué tal? Al habla Jorge Martínez Soto, colaborador del Inversor Inquieto y Banquero Privado para Bancleon y les doy una vez más la bienvenida a este apartado de supuestos prácticos y sobre todo en este más cortito plazo supuestos de actualidad porque hay mucho que comentar, hay muchas cosas que desmentir.

Vivimos en un mundo que ya lo comenté en el anterior podcast en el cual estuvimos analizando un poco las consecuencias de Trump, de que fuera presidente de los Estados Unidos, implicaciones en cuanto a aranceles y ahora lo que estamos viendo es que el tema está cogiendo otro color, otro cariz, que es el cariz de la geopolítica y esto es un cariz peligroso porque la geopolítica, bueno, de hecho siempre ha movido el mundo, incluso va más allá de lo económico, aunque está muy interrelacionada, pero lo que estamos viendo es que se está forjando un nuevo orden mundial, un nuevo equilibrio en el cual todas las piezas del tablero, dentro de las cuales nosotros formamos parte de Europa, se están reorganizando, reposicionando, recolocando y preparándose para... de hecho hay algunas voces que ya hablan de tambores de guerra y cada vez está más boca de todos lo que sería una tercera guerra mundial por la polarización que estamos viendo tanto en la sociedad como en los políticos y esto no es nada nuevo, o sea, no es algo que no haya pasado ya antes y de hecho, comentándolo también con un cliente, yo os lo recordaba, es que el ser humano es la única especie que tropieza dos veces la misma piedra, es que no tenemos memoria de especie, si lo aplicamos a cualquier otro animal, un león, una gacela, un ñu, los ñus saben que los leones son peligrosos por memoria de especie porque sus antepasados, el antepasado del ñu, llevan enfrentándose contra los leones desde que son ñus y ya han comprobado y han cometido errores que a muchos de ellos les han costado la vida y es esa memoria de especie lo que le lleva al ñu en cuanto ve un león a huir. Nosotros, por suerte o por desgracia, no somos así.

El ser humano tiende a equivocarse, como ya nos equivocamos en la primera guerra mundial, como nos volvimos a equivocar en la segunda guerra mundial en apenas 100 años y a día de hoy también se están tomando decisiones desde el punto de vista político y desde el punto de vista ideológico y desde el punto de vista económico que nos están llevando o acercando de nuevo a ese abismo al que ya hemos estado y que ha costado tanto, tantas vidas, tanto sufrimiento, tanto dinero y esto es peligroso. Es algo sobre todo a lo que hay que prestarle bastante atención y esto se ve en el tono de algunos políticos. No hace falta ir más lejos más que poner la tele y ver un poco por qué estos líderes tanto Putin como Donald Trump como Milley como populismos que estamos viendo en Europa, la gente lo que estamos viendo es que está completamente polarizada. O sea, no hay espacio a día de hoy para el punto intermedio, el equilibrio que siempre nos ha caracterizado y que siempre ha sido lo correcto.

O sea, no existe a día de hoy, no hay espacio para el equilibrio en este mundo, sólo hay espacio para los extremismos. ¿Por qué? Porque la sociedad es lo que demanda. ¿Por qué Trump ha ganado las elecciones? ¿Por qué Milley ha ganado las elecciones? ¿Por qué los populismos de izquierda han ganado en Europa las elecciones? Muy sencillo, porque dicen lo que la gente quiere oír y ese mensaje tanto en el fondo como en las formas es el que la gente demanda. No es que los políticos estén locos, es que nosotros al fin y al cabo los políticos son un reflejo de lo que quiere la sociedad. La sociedad quiere gente que desvaríe, la sociedad quiere presidentes que aparezcan con una motosierra, que aparezcan diciendo que van a invadir Groenlandia, que aparezcan diciendo que le van a quitar todo el dinero a los ricos y se lo van a dar a los pobres, que aparezcan diciendo que es perfectamente sostenible endeudarse hasta el infinito. ¿Por qué? Porque aquí lo importante es el bienestar social. Esto es lo que la gente quiere y no nos olvidemos de que esto lo hemos provocado nosotros con nuestras decisiones, con nuestro voto y con nuestra polarización. Por lo tanto, ahora no nos desesperemos.