Las Palabras Perdidas - La Casa Limón Corina Oproae 3i5w38

No recuerdo cuántos años tengo, pero sí que vivo debajo de una gran mesa de madera, en un castillo infinito cuyos muros están hechos de libros. Acaricio temerosa cada libro que cojo, como para asegurarme de que el castillo no se me derrumba. Huelo los libros uno a uno, me chifla hacerlo. De la misma manera que en el colegio, donde lo único que me parece importante es acercarme a la maestra para oler las fresas que lleva colgadas al cuello dentro de un sugerente medallón. Los olores me guían, todo tiene olor. Ahí, debajo de la mesa de madera maciza, voy creciendo poco a poco, mientras paso desapercibida por completo.

Buenos días, María Luisa Rey, en el programa del libro Las palabras perdidas, y esta semana os traigo un libro que me trajeron los Reyes Magos. Es una novela, se llama La Casa Limón, y está escrita por Corina Oproae, y ha sido el 20º premio Tuskett Editores de Novela, fallado en septiembre de 2024. Corina Oproae nació en Transilvania, Rumanía, en 1973.

Estudió filología inglesa e hispánica en su país de origen, y en 1998 se estableció en Cataluña. En el año 2002 adoptó la nacionalidad española. Ha publicado los libros de poemas Mil y una muertes, Intermitencias y Desde dónde amar. En catalán ha escrito La má que tremola, un libro de reflexión poética sobre el hecho de escribir en una lengua que no es la materna. Sus poemas han sido incluidos en diversas antologías publicadas en España y América Latina, y ya tiene varios premios, entre ellos el premio Jordi Doménguez de traducción de poesía en 2015, y este libro del que voy a hablar, que es de la Editorial Tuskett. Bueno, pues vamos a ver de qué trata. Tenemos en principio a una niña de siete años que, si habéis estado atentos al texto que he leído al principio, está refugiada bajo una mesa y rodeada de libros en el comedor familiar.

Y esta niña protagonista nos va a narrar, por medio de capítulos breves, su vida diaria en la ciudad en la que vive con sus padres, en Rumanía, y también los meses de verano que pasa en el pueblo con sus abuelos. Y es una niña extraña porque vive dentro de un castillo de libros. Bueno, no vive allí, sino se refugia allí, por una serie de vicisitudes y de situaciones por las que pasa, algunas bastante dramáticas. Como es la enfermedad de su padre, lo digo porque viene en la contraportada, que ha empezado a perder la memoria. Siendo joven es ingeniero químico, pero ha empezado a perder la memoria. Y está en los años finales de los años ochenta, o bueno, empieza con el principio de los años ochenta del pasado siglo, y en Rumanía, recordemos que son los últimos años de una dictadura muy férrea, muy dura, ejerció durante muchísimos años Nicolás Ceausescu, y que creo recordar que fue en 1989 cuando fue asesinado él y su mujer, mediante una revolución, que hubo una rebelión, una rebelión de la que también participó el Ejército.

Entonces, todo esto va a configurar el entorno de esta niña. Pero vamos a ver cómo se presenta ella. Ella misma nos dice, refiriéndose al castillo ese de libros, ha cogido la mesa de madera del comedor, porque tienen aparte una salita, y la ha forrado con una serie de libros, y ella se refugia allí. Nos dice, en mi castillo no existe el tiempo, sino una especie de continuum fragmentado por las horas de escuela, por las comidas, por el baño con agua caliente para quitarme el frío, o por la insistencia de mamá para irme a dormir. Ni siquiera la noche constituye una interrupción. Antes de acostarme, deslizo uno de los libros debajo del camisón, y cuando la casa queda en silencio, lo saco y lo dejo preparado debajo de la almohada, para poder volver a comenzar.

Dentro de la misma página, un poquito más, nos dice, recuerdo todas las palabras, pero tengo cierta dificultad para entender el conjunto. De todas formas, le doy señales del menor desánimo. Vuelvo a comenzar cada libro como si lo descubriera por primera vez, como si hubiera encontrado el más preciado de los tesoros. Y un poquito más adelante, ya entendemos, ¿no?, cómo para ella, pues, los libros, ya desde la primera página, porque esto es la segunda página, ya vemos que los libros son una especie de salvación, una especie de cura terapéutica, y ya después, cuando vamos leyendo el libro, nos damos cuenta de por qué. Y después vemos lo sensible que es esta niña. Nos dice, hay preguntas que nadie me hará, como, por ejemplo, si las abejas revolotean a menudo a mi alrededor.