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Literatura para Oír
Literatura para Oír #1194 Dos duelos literarios (Enrique Santos Molano, Colombia – David Lodge, Gran Bretaña)

Literatura para Oír #1194 Dos duelos literarios (Enrique Santos Molano, Colombia – David Lodge, Gran Bretaña) 36736e

10/3/2025 · 29:34
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Literatura para Oír

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*Realizador: Jorge Echavarría. *Lector: Carlos Ignacio Cardona. En los ajetreados días de Navidad, fin de año y lento comienzo de enero, cuando las noticias pasan desapercibidas entre las celebraciones y angustias inherentes a estas fechas, fallecieron dos escritores con una obra consolidada y de ámbitos bien diversos, tanto lingüísticos como de géneros de escritura. El bogotano Enrique Santos Molano murió a los 82 años el día de navidad de 2024. Se desempeñó en cargos como los de redactor y jefe de redacción nocturno de El Tiempo, entre 1963 y 1972, diario del que fue columnista; fue director de la Revista Domingo del diario Hoy, de Quito; editor de la colección Colombianos en la Historia, 1976-1978, y Presidente del Pen Internacional de Escritores, Centro Colombia, 2007-2010. Miembro correspondiente de la Academia Colombiana de Historia y de la Academia de Historia de Bogotá, así como doctor Honoris Causa en Literatura de la Universidad del Valle. Fue un pionero en el género de la biografía intelectual y autor de una veintena de libros, entre los cuales están El corazón del poeta; Grandes conspiraciones en la historia de Colombia; Mancha de la tierra; Antonio Nariño, filósofo revolucionario; Colombia día a día; y Rufino José Cuervo, un hombre al pie de las letras. 6i121z

Lee el podcast de Literatura para Oír #1194 Dos duelos literarios (Enrique Santos Molano, Colombia – David Lodge, Gran Bretaña)

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Programa de Radio Bolivariana, de la Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín, Colombia.

Dos duelos literarios, Enrique Santos Molano, Colombia, y David Lush, Gran Bretaña, hoy en Literatura para Oír.

Dos escritores con una obra consolidada y de ámbitos bien diversos, tanto lingüísticos como de géneros de escritura, fallecieron en los últimos días de 2024. Hoy les rendimos un homenaje. Se trata de El Bogotano Enrique Santos Molano y David Lush, escritor inglés.

Enrique Santos Molano murió a los 82 años el día de Navidad de 2024. Se desempeñó en cargos como los de Redactor y Jefe de Redacción Nocturno del Tiempo entre 1963 y 1972, diario del que fue columnista. Fue director de la revista Domingo, del diario Hoy, de Quito, editor de la colección Colombianos en la Historia, 1976-1978, y presidente del PEN Internacional de Escritores Centro Colombia 2007-2010. Miembro correspondiente de la Academia Colombiana de Historia y de la Academia de Historia de Bogotá, así como doctor honoris causa en Literatura de la Universidad del Valle.

Fue un pionero en el género de la biografía intelectual y autor de una veintena de libros, entre los cuales están El corazón del poeta, Grandes conspiraciones en la historia de Colombia, Mancha de la tierra, Antonio Nariño, filósofo revolucionario, Colombia día a día y Rufino José Cuervo, un hombre al pie de las letras, de su monumental estudio sobre el poeta José Asunción Silva que tituló El corazón del poeta, los sucesos reveladores de la vida y la verdad inesperada de la muerte de José Asunción Silva. Esta biografía fue pionera y tras su huella aparecieron José Asunción Silva, Una vida en clave de sombra, de Ricardo Cano Gaviria, La búsqueda de lo imposible, de Héctor H. Orjuela y Chapolas negras de Fernando Vallejo, 1995. Oigamos a partes de esta documentada biografía.

El 24 de mayo de 1896 amaneció muerto en su cama con un balazo en el pecho José Asunción Silva.

En apariencia se había suicidado a una hora no determinada entre la 1 y las 4 de la mañana y ninguno de los demás habitantes de la casa, la madre y la hermana del difunto y una criada, sintieron el ruido del disparo. Al día siguiente una multitud de amigos conmovidos y de curiosos excitados condujo el cadáver al cementerio de suicidas donde Julio Flores coadyuvó con unos sonetos estrafalarios a la tarea del sepulturero. 34 años después en ceremonia clandestina fueron exhumados los restos del poeta y trasladados al cementerio central.

Desde entonces reposan allí en el panteón de las familias Silva Fortul y Silva Gómez junto a su abuelo paterno, a sus padres y a sus hermanos. La piel del cadáver estaba apergaminada, relata el reportero de la agencia noticiosa Asin. Como detalle curioso puede citarse el orificio de la bala encima del corazón que causó la muerte del poeta y que podía verse con toda nitidez.

En aquel sitio, en la noche fatal, José Asunción Silva colocó el cañón de la pistola con que se privó de la vida. Agencia Sin 1930. Entre la inhumación y la exhumación de sus restos José Asunción Silva emergió como uno de los mayores poetas en lengua española. Es indiscutible que no alcanzó en vida tal consagración pero es exacto que el poeta muerto el 24 de mayo de 1896 no corresponde al Silva desconocido, menospreciado e incomprendido que estereotiparon los biógrafos.

El autor del Nocturno y el personaje que describen Zanín Cano, Cuervo Márquez, Arias Argaes, Juan Evangelista Manrique, Guillermo Valencia, Roberto Suárez Lacroix, Bayona Aposada, Laureano García Ortiz, Ismael Enrique Arciniegas y Alberto Miramón para no citar sino a los más citados estudiosos de la vida y de la obra de Silva, ese autor y ese personaje, digo, no representan al mismo individuo. Otros habían captado ya la diferencia oculta con velo sutil por los críticos del común e inadvertida por el común de los lectores. Nadie ha podido explicar por qué se suicidó José Asunción Silva. Yo voy a explicar por qué no se suicidó.

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