
Literatura para Oír #1196 Flannery O’Connor, primer centenario ( EEUU) 5n4l3x
Descripción de Literatura para Oír #1196 Flannery O’Connor, primer centenario ( EEUU) fy3k
*Realizador: Jorge Echavarría. *Lector: Carlos Ignacio Cardona. Nació el 25 de marzo de 1925 en Georgia, Estados Unidos; y falleció el 3 de agosto de 1964, en la misma ciudad. Proveniente de una familia católica; recibió la educación primaria y secundaria en colegios religiosos. Desde chica, su vocación se manifestó en el dibujo más que en la escritura. Por mucho tiempo su ambición fue ser historietista. Obtuvo el título universitario en literatura en 1944 y fue profesora de lengua en la escuela secundaria. Consiguió una beca para estudiar periodismo en la Universidad de Iowa. Pero una vez instalada en el campus, se cambió a la facultad de escritura creativa, la primera de esa disciplina en los Estados Unidos. Fue en esa etapa en la que comenzó a escribir su primera novela, Sangre Sabia (1952), que le llevaría unos seis años de trabajo y que años más tarde sería adaptada al cine por John Huston. Tras terminar sus estudios en Iowa, vivió un tiempo en la colonia de escritores Yaddo, en Nueva York; lugar donde se hizo amiga del poeta Robert Lowell, quien le presentó a Robert Giroux, editor de todos sus libros. También en este periodo comenzó su amistad con el traductor y poeta Robert Fitzgerald y su esposa, con quienes vivió casi un año en Connecticut. 7k4s
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Programa de Radio Bolivariana, de la Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín, Colombia.
Hoy en Literatura para Oír, Flannery O'Connor, primer centenario de esta autora norteamericana.
Este 25 de marzo de 2025 se conmemora el centenario de nacimiento de la escritora Flannery O'Connor, nacida en Sabana y prematuramente fallecida a los 39 años, víctima del lupus, enfermedad que había cobrado también la vida de su padre.
Sureña, como Faulkner, Capote, McCullers, Styron, McCarthy, Margaret Mitchell o Harper Lee, comparte con ellos una cosmovisión trágica y donde un pasado idealizado y un futuro aterrados compiten, aunque siempre se sintió más afín a escritores católicos, ingleses y ses. Escribió dos novelas, Sangre Sabia y Los Violentos lo Arrebatan, y fragmentos de otra no terminada, así como 31 cuentos, género en la que se le considera una autora esencial y un puñado de ensayos y conferencias profundas y reveladoras, un diario y un tomo de cartas.
Su novela Sangre Sabia, de 1952, fue adaptada y llevada al cine por John Huston en 1979 de forma bastante fiel, y en 2013 se estrenó Wildcat, que retrata la lucha de O'Connor por publicar su primera obra. Escuchemos un breve y acertado ensayo.
El arte del cuento Siempre he oído decir que el cuento es uno de los géneros literarios más difíciles, y siempre he tratado de descubrir por qué la gente tiene tal impresión respecto de lo que considero una de las formas más naturales y básicas de la expresión humana. Aún me inclino a pensar que la mayor parte de la gente posee una cierta capacidad innata para contar historias, capacidad que suele perderse, sin embargo, en el camino.
Por supuesto, la capacidad de crear vida con palabras es esencialmente un don. Si uno lo posee desde el inicio, podrá desarrollarlo, pero si uno carece de él, mejor será que se dedique a otra cosa. No obstante, he podido advertir que son las personas que carecen de tal don las que, con mayor frecuencia, parecen poseídas por el demonio de escribir cuentos. Estoy segura que son ellas quienes escriben los libros y los artículos sobre cómo se escribe un cuento.
Un cuento es una acción dramática completa, y en los buenos cuentos los personajes se muestran por medio de la acción, y la acción es controlada por medio de los personajes. Y como consecuencia de toda la experiencia presentada al lector se deriva el significado de la historia.
Por mi parte, prefiero decir que un cuento es un acontecimiento dramático que implica a una persona en tanto comparte con nosotros una condición humana general, y en tanto se halla en una situación muy específica. Un cuento compromete, de un modo dramático, el misterio de la personalidad humana. Para el escritor de ficciones, en el ojo se encuentra la vara con que ha de medirse cada cosa.
Y el ojo es un órgano que, además de abarcar cuanto se puede ver del mundo, compromete con frecuencia nuestra personalidad entera. Involucra, por ejemplo, nuestra facultad de juzgar. Juzgar es un acto que tiene su origen en el acto de ver. En la escritura de ficción, salvo en muy contadas ocasiones, el trabajo no consiste en decir cosas, sino en mostrarlas.
Un buen cuento no puede ser reducido, solo puede ser expandido. Un cuento es bueno cuando ustedes pueden seguir viendo más y más cosas en él, y cuando pese a todo, sigue escapándose de uno. En la mayoría de los buenos cuentos, es la personalidad del personaje lo que crea la acción de la historia. En la mayoría de esos cuentos, siento que el escritor ha pensado en una acción y luego seleccionado un personaje para que la lleve a cabo. Usualmente existen más probabilidades de llegar a un buen fin si se comienza de otra manera. Si se parte de un personaje real, estamos en camino de que algo pase antes de empezar a escribir, no se necesita saber qué. En verdad, puede ser mejor que uno ignore lo que sucederá.
Cada uno debe ser capaz de descubrir algo en el cuento que escriba.
Oigamos ahora uno de los cuentos de Flannery O'Connor. Un encuentro tardío con el enemigo.
El general Sash tenía 104 años. Vivía con su nieta Sally Poker Sash, que tenía 62, y rezaba de rodillas todas las noches rogando que él viviera hasta el día de su graduación.
Al general le importaba la vida.
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