Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor 20 de abril - Juan 20, 1-9. Él había de resucitar de entre ll 1l4562

Él había de resucitar de entre los muertos.

Mirad, no hay palabras para describir el gozo del día de hoy.

Es el día más grande, es el día más importante, la resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Porque Él ha vencido la muerte, Él ha superado la muerte, Él entró en ese abismo voluntariamente y venció al autor de la muerte y vuelve del abismo victorioso para decirnos que la muerte ha sido vencida, que la muerte no es el final, que podemos ver cómo un cuerpo se consume, podemos incluso llevarlo a un proceso de cenizas, pero que esa no es la última palabra en la vida de un hombre.

Jesucristo ha vencido la muerte y esa victoria no es sólo para Él, Él quiere asociarnos a su victoria.

Él ha ido por delante de nosotros como buen capitán enfrentándose al mayor de nuestros enemigos, que es la muerte.

Porque mira, todo demás en la vida se puede solucionar, que me arruino, puedo volver a ganar dinero, que me tratan mal, luego me pueden tratar bien, pero la muerte no tiene marcha atrás.

Hasta que Cristo no ha resucitado ante los muertos, la muerte no tiene marcha atrás, es lo único aparentemente irreversible.

Pero nosotros creemos en la resurrección de la carne, creemos en la resurrección de los muertos, porque Jesucristo ha resucitado.

Y esta es el aleluya, esta es la gran noticia, esto es como la notición mundial que más allá de todo triunfo económico, político, cultural, intelectual, científico, nada hay tan grande en la historia de la humanidad como que Jesús ha vencido la muerte.

Y esto los cristianos primero nos gozamos y después lo anunciamos.

Suenan las campanas, salimos y en muchos países de tradición cristiana se anuncia con procesiones, con bailes, con cantos, con comidas especiales, la victoria sobre la muerte.

Es el día más grande del año, es el día más importante de toda la humanidad.

Y por eso cada domingo nosotros de algún modo queremos volver a vivir la resurrección de Jesús y por eso la iglesia nos convoca cada domingo para hacer referencia al único domingo, al día del Señor.

Hoy de algún modo se resalta mucho el Salmo 177, este es el día que hizo el Señor, el día que actuó el Señor, el día que tiene que ser nuestra alegría y nuestro gozo, porque entonces hay cielo, es que hay eternidad, hay perdón de los pecados, hay vida, hay esperanza, todas esas lágrimas que hemos vertido por la pérdida de personas, por tantas cosas, todo eso tiene un valor ante Jesús.

Jesucristo ha resucitado y esa es la noticia que llena el universo y en el cuerpo de Jesús lo iremos viendo en las palabras de vida siguientes, ahora que ya empieza el tiempo pascual, la repercusión tan grande que tiene la resurrección de Jesús en cada una de nuestras vidas.

Y por tanto, no dejes de asombrarte, no dejes de gozarte interiormente y decir Jesús, qué bien que has resucitado, porque lo cambia todo, tu resurrección da sentido a todo y tu resurrección cambia mi vida y cambia la vida de la humanidad.