
Descripción de Capítulo 19. En Salvador de Bahía 6i5r62
EN SALVADOR DE BAHÍA La calurosa mañana dio paso a un incipiente viento que fue aprovechado de inmediato por el Galatea. A la orden de maniobra general, toda la dotación del velero acudió rauda a sus destinos. Los gavieros y juaneteros, al pie de la jarcia, esperaban ansiosos las indicaciones de sus respectivos contramaestres, para trepar como gatos a los lugares asignados en lo alto de los palos. Trepaban como si sus pies fuesen accionados por invisibles resortes de acero, y al llegar todos a las cruces de sus respectivas vergas y a la orden de ¡fuera!, comenzaron a largar todo el velamen del buque, que rápidamente y aprovechando el viento que ya era constante, se infló como nubes algodonosas que dieron nueva vida a la monótona navegación. 3z4a40
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En salvador de bahía la calurosa mañana dio paso a un incipiente viento que fue aprovechado de inmediato por el galatea a la orden de maniobra general todas la dotación del velero acudió raudal sus destinos los gobiernos y juan heteros al pie de la garcía esperaban ansiosos las indicaciones de sus respectivos contra maestre para trepar como gatos a los lugares asignados en lo alto de los palos trepaban como si sus pies fuesen accionado por invisibles resort es de acero y al llegar todos a las cruces de sus respectivas verga si a la orden de fuera comenzaron a alargar todo el vela del buque que rápida mente y aprovechando el viento que ya era constante se infla como nubes algodón óseas que dieron nueva vida la monotonía navegación varias jornadas con constantes vientos del sureste que ya no abandonarían esas latitudes acercaban cada vez más las ansias costas brasileñas asturias con semblante feliz hacia broma su compañero ante la inminente llegada a puerto deseaba cruzar el atlántico y desde su salida al mar nunca dejo de pensar en pisar por primera vez en su vida tierras americanas en su pueblo natal siempre había oído contar los viajes y fortunas que algunos de sus intrépidos habitantes habían hecho en las américas y como a bordo de un viejo barco de pasajeros y hacinados en sus bodegas habían lograron llegar a su destino salvador de bahía se dibujaba en el horizonte y según se acercaba el galatea la tripulación formada en babor y estribor de guardia podía contemplar como la población se extendía sobre un acantilado que dividía la ciudad en dos partes una alta y o trabaja una parte del casco urbano se extendía alrededor del puerto donde atracan de inmediato aún atracado el velero la dotación continuaba realizando las labores de limpieza mantenimiento arrancado de maniobra así como todos los trabajos que conlleva un día normal a bordo del buque muchos curioso se acercaban al muelle ver al blanco velero y a sus ocupados protagonistas y se intercambiaban miradas gestos son risas y no podía ser de otro modo futuras proposiciones sexuales por parte de impresionantes mulata es que rondaban al barco y especialmente a sus marineros los aprendices a los que la abstinencia sexual les será impuesta por la mar y los dilatados periodos de navegación que ocasionaba el pausado navegar de un buque de vela ardían en deseos por la llegada del toque de salida de franco paseo y tan ansiada ahora se hizo realidad para todos salvo para la tercera parte de la dotación que estaba de guardia y por lo tanto obligada a permanecer en el velero entre los que se encontraban nuestros protagonistas asturias de mal humor se quejaba de la mala suerte que habían tenido aún que como no hay mal que por bien no venga a eso de las cinco de la tarde se permitió la visita al barco al personal civil que sea remolina va en el puerto a excepción de la guardia militar o sea aquellos que vigilaba en el buque y sus inmediaciones provistos de armamento todos fueron designados para acompañar a las visitas la gran mayoría de las personas que entraban eran mujeres y en el recorrido por el barco las escenas que se podían contemplar eran un desmadre todo lo que se veía y da lo mismo hasta en el lugar más insospechados incluso murcia algo más rescatado fue algo más discreto y se metió en la carpintería que por cierto ya estaba ocupada pero con buena voluntad todo era posible y la voluntad la vía a la guardia militar se la relevo para que tuviese su momento de esa facción y a los oficiales y suboficiales no se les veía por ningún lado debían andar todos muy ocupados al anochecer la afortunada dotación de guardia aseguró que tenía que contar muchas cosas a los que regresaban a bordo a pesar de no ser ellos los que habían salido a tierra de todas maneras el día siguiente oro que ya no tendrían tanta suerte a pesar de tener el día libre la siguiente jornada despertó con los trabajos de mantenimiento y a las doce del mediodía se permitió la salida al personal de la guardia saliente y asturias doblemente feliz miraba a su compañero dibujando se en su rostro una abierta sonrisa mientras se alían por la plancha mirando ropa para saludar militarmente a la bandera lo primero que impresionó a los marinos del galatea fue el bullicio de vendedores ambulantes entre los que predominan esos niños les dijimos que se ganaba la vida con toda suerte de industrias insólitas esos rapaces que nada más amanecer se echaban a la calle meando entre las basuras bailando entre los estuvo de escape de los coches y que con su cara amable y sonriente demostraban
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