Beatriz de Bobadilla y Maldonado (Marquesa de Moya) 21/03/2025 4c4n2s

Muy buenos días, señoras y señores oyentes. Estamos en una nueva edición de Españoles Olvidados y hoy vamos a hablar de Beatriz Fernández de Bobadilla y Maldonado, marquesa de Moya. No confundir con su sobrina, que hablaremos la semana siguiente. Su sobrina era Beatriz Fernández de Bobadilla y Álvarez de Badillo, no equivocar. Hoy vamos a ver a Beatriz de Bobadilla, marquesa de Moya.

Durante los últimos siglos de la Edad Media, los reyes van a conceder cada vez mayor importancia al hecho de dejarse aconsejar al tiempo que se producía una progresiva institucionalización de las figuras de los consejeros, vinculadas con la creciente importancia de las instituciones que se caracterizaban por su labor de asesoramiento hacia los soberanos. Pero, en paralelo, seguía siendo una realidad la presencia de aquellos que, al margen del mencionado proceso de institucionalización, ejercían como consejeros de los soberanos o soberanas.

Va a ser el caso de nuestro personaje de hoy, Beatriz Fernández de Bobadilla y Maldonado, que va a ser, vamos a llamarla, la consejera áulica de Isabel I de Castilla, Isabel la Católica. Isabel nunca se puso en manos de privados, tal como nos recuerda Fernando del Pulgar, refiriéndose tanto a ella como al rey. Y nos dice Fernando, ambos ni cada uno por sí no tiene privado, que es la cosa y aún la causa de la desobediencia y escándalos en los reinos. El privado del rey, sabed que es la reina, y el privado de la reina, sabed que es el rey.

La verdad que esta frase de Fernando del Pulgar me parece importante, porque va a dar lugar al famoso lema de los reyes católicos, tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando. Ya nos lo decía Fernando, el privado del rey es la reina y el privado de la reina es el rey. Eso sí, Isabel se rodeó de aquellos que podían ejercer la imprescindible labor de consejeros. En opinión del humanista Pedro Mártir de Anglería, Beatriz mostró ánimo viril en la paz y en la guerra, y por su consejo se hicieron en el reino cosas muy esclarecidas.

La verdad que Beatriz Fernández de Bobadilla, aparte de ser amiga íntima de la reina desde muy pequeñas, luego lo veremos en palabras de un historiador inglés que jugaban juntas, efectivamente va a ser la consejera única que muchas de las veces en los momentos delicados que va a tener el reinado de Isabel la Católica, Isabel I de Castilla, va a tener un peso importante lo que vaya a aconsejarla nuestra autora de hoy Beatriz Fernández de Bobadilla.

Los privados van a ocupar un lugar relevante en la vida política de la Castilla bajo medieval. Aunque es indudable que el ejemplo más característico es el de Álvaro de Luna, recordemos el privado de Juan II de Castilla, cierto es que no fue una excepción, sino que se trató del más descoyante de toda una larga serie de válidos, vamos a llamarlos así, que ejercieron la privanza junto a las monarcas castellanos durante los momentos postreros de la Edad Media.

Los privados desarrollaban una importante labor de consejo ante los soberanos, pero no fueron los únicos que ofrecieron ese tipo de imprescindibles servicios a los reyes, porque en efecto si bien los monarcas no precisaban de válidos para desarrollar el buen gobierno que les debía ser exigido y por este motivo muchos reyes evitaron ponerse en manos de privados, pero sí que precisaban tener efectivamente consejeros.

En el caso concreto de la corona de Castilla fue casi una obsesión repetir insistentemente la necesidad que tenía el monarca de gobernar con consejo, afirmación que llegó sin duda a alcanzar categoría de axioma político-moral. Si para sus súbditos se trataba de un principio de concurrencia social en la istración de la comunidad, de acuerdo con la práctica política tradicional, para el monarca se trataba de un principio de asesoramiento técnico-político en consonancia con el nuevo sesgo autocrático de la monarquía. La acción de aconsejar podía ser acometida a través de la pertenencia a instituciones organizadas con esa finalidad, como iba a ser por ejemplo el Consejo Real, pero también podía ser ejercida