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La ContraHistoria
¿Por qué cayó Alfonso XIII?

¿Por qué cayó Alfonso XIII? 1u2i3b

30/5/2025 · 01:34:37
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Al comenzar el siglo XX, imperaba en España el sistema de la Restauración, una monarquía constitucional caracterizada por el "turnismo", un acuerdo entre los partidos Liberal y Conservador para alternarse en el poder. El sistema garantizaba la estabilidad tras los años convulsos del reinado de Isabel II. Durante esa época los gobiernos eran efímeros y siempre dependían de espadones como como Espartero, O’Donnell o Narváez. Los partidos políticos eran débiles y proliferaron los pronunciamientos militares. La revolución de 1868 que desterró a Isabel II, marcó el inicio de un sexenio de gran agitación en el que se encadenaron un Gobierno provisional, el reinado de Amadeo de Saboya y la primera República. Al concluir el sexenio con un nuevo golpe de Estado sus inspiradores pensaron que para estabilizar al país y permitir que se modernizase la mejor idea era adoptar un modelo parecido al británico en el que dos grandes partidos se turnasen en el poder de forma ordenada. Aunque el sistema electoral estaba lleno de defectos, les pareció suficiente para consolidar en el trono a Alfonso XII, hijo de Isabel II. La Restauración buscaba modernizar las instituciones, culminar la industrialización y fortalecer la economía. Se reorganizó la deuda pública, se consolidó la peseta como moneda oficial y se expandió la red ferroviaria. La industrialización avanzó en Cataluña y el País Vasco, pero siempre protegida por aranceles. El sector agrario, que seguía siendo predominante, era muy ineficiente y sus problemas apenas se abordaron. Lo que si se hizo fue aprobar leyes laborales, como la prohibición del trabajo infantil para menores de 10 años y el descanso dominical en 1904. La educación había mejorado con la Ley Moyano de 1857, pero el analfabetismo seguía siendo demasiado alto (un 50% en 1900). La incapacidad del país para generar suficiente riqueza limitaba mucho las reformas. El imperio ultramarino, reducido a Cuba, Puerto Rico, Filipinas y algunos territorios del Pacífico, se perdió tras la derrota frente a Estados Unidos en 1898, lo que provocó la crisis del 98, un golpe para el sistema del que se recuperó. Con Alfonso XIII la monarquía fue perdiendo prestigio paulatinamente debido a su constante intervencionismo político y al apoyo que dio a empresas ruinosas como la del protectorado de Marruecos, origen de desastres como el de Annual en 1921. La conflictividad social se incrementó impulsada por el movimiento obrero, con el anarquismo y el socialismo ganando cada vez más tracción entre los obreros. La neutralidad en la Primera Guerra Mundial trajo beneficios económicos, pero también inflación, lo que desencadenó la crisis de 1917, con huelgas, insubordinación militar y tensiones parlamentarias. Ese año el sistema se desestabilizó y dejó de funcionar tal y como lo habían concebido décadas antes. El golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera en 1923, apoyado por la corona dio paso a una breve dictadura que quiso ganarse apoyo popular promoviendo el orden público y mediante obras públicas, reformas educativas y el fin de la Guerra de Marruecos, pero no resolvió los problemas estructurales como la falta crónica de capital. La depresión de 1929 agravó la situación, el desempleo aumentó y con ello la conflictividad social. Primo de Rivera renunció en 1930, y el breve gobierno de Dámaso Berenguer conocido como la “dictablanda" no consiguió devolver al país al estado previo al golpe de Primo de Rivera. En las elecciones municipales de 1931 los republicanos se impusieron en las ciudades, y eso se interpretó como un rechazo a la monarquía. Alfonso XIII, sin apoyos, se exilió, pero sin abdicar. De este modo tan improvisado llegó la segunda República que fue derribada a la vuelta de cinco años por una sublevación militar. Alfonso XIII, exiliado, nunca llegó a entender qué le hizo caer y mantuvo la ilusión del regreso hasta la guerra civil cuando, tras manifestar su apoyo a Franco, se enteró que había sido expulsado de la historia. En El ContraSello: 0:00 Introducción 4:44 ¿Por qué cayó Alfonso XIII? 1:20:28 Túneles de Metro 1:26:58 El siglo XVII en España Bibliografía: - "Alfonso XIII, el rey polémico" de Javier Tusell - https://amzn.to/3ZI9Jj5 - "Alfonso XIII y la crisis de la Restauración" de Carlos Seco Serrano - https://amzn.to/3SZERH4 - "El rey patriota" de Javier Moreno Luzón - https://amzn.to/3HursEm - "Alfonso XIII" de María Teresa Puga - https://amzn.to/4kH2akX #FernandoDiazVillanueva #alfonsoXIII #restauracion ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/298566 411v62

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Al comenzar el siglo XX, en España imperaba el sistema de la restauración, una monarquía constitucional caracterizada por el turnismo, un acuerdo entre los partidos liberal y conservador para alternarse en el poder. El sistema garantizaba la estabilidad tras los años convulsos del reinado de Isabel II. Durante esta época los gobiernos fueron muy efímeros y siempre dependían de espadones como Espartero, Dónel o Narváez. Los partidos políticos eran débiles y proliferaron los pronunciamientos militares.

La Revolución de 1868, la que desterró a Isabel II, marcó el inicio de un sexenio revolucionario más agitado todavía, en el que se encadenaron un gobierno provisional, el reinado de Amadeo de Saboya y la Primera República. Al concluir el sexenio, con un nuevo golpe de Estado, sus inspiradores pensaron que para estabilizar el país y permitir que se modernizase la economía, la mejor idea era adoptar un modelo parecido al británico, en el que dos grandes partidos se turnasen en el poder de forma ordenada.

Aunque el sistema electoral estaba lleno de defectos, les pareció suficiente para consolidar en el trono a Alfonso XII, hijo de Isabel II. La restauración buscaba modernizar las instituciones, culminar la industrialización y fortalecer la economía del país. Se reorganizó la deuda pública, se consolidó la peseta como moneda oficial y se expandió la red ferroviaria que había empezado a construirse en tiempos de Isabel II. La industrialización avanzó en Cataluña y en el País Vasco lo hizo además con firmeza, pero siempre protegida por aranceles.

El sector agrario, que seguía siendo predominante, era muy ineficiente y sus problemas apenas se aborgaron. Lo que sí se hizo fue aprobar leyes laborales, como la prohibición del trabajo infantil para menores de 10 años o el descanso dominical en el año 2904. La educación había mejorado ya, con la ley Moyano de 1857, pero el analfabetismo seguía siendo demasiado alto, nada menos que un 50% en el año 1900. La incapacidad del país para generar suficiente riqueza limitaba mucho las reformas.

El imperio ultramarino, reducido ya a Cuba, Puerto Rico, Filipinas y algunos territorios del Pacífico, se perdió tras la derrota frente a Estados Unidos en 1898, lo que provocó una gran crisis y un duro golpe para un sistema que no había partido de la idea de que eso pudiera suceder, pero del que se recuperó.

Con Alfonso XIII, la monarquía fue perdiendo prestigio paulatinamente debido a su constante intervencionismo político y al apoyo que dio a empresas ruinosas como la del protectorado de Marruecos, origen de desastres como el de Anual en 1921. La conflictividad social se incrementó, impulsada por el movimiento obrero, con el anarquismo y el socialismo ganando cada vez más tracción entre los obreros.

La neutralidad en la Primera Guerra Mundial trajo beneficios económicos, pero también inflación, lo que desencadenó la crisis de 1917, con huelgas y subordinación y tensiones parlamentarias. Este año el sistema se desestabilizó y dejó de funcionar tal y como lo habían concebido décadas antes. El golpe de estado de Miguel Primo de Rivera en 1923, apoyado por la corona, dio paso a una breve dictadura que quiso ganarse apoyo popular promoviendo el orden público y mediante obras públicas como carreteras o ferrocarriles, también reformas educativas y sobre todo el fin de la guerra de Marruecos, que era extremadamente impopular, pero no resolvió los problemas estructurales como la falta crónica de capital de la que adolecía el país.

La depresión de 1929 agravó la situación, el desempleo aumentó y con ello la conflictividad social. Primo de Rivera renunció a su cargo en 1930 y el breve gobierno de Damaso Berenguer, conocido como la dicta blanda, no consiguió devolver al país al estado previo al golpe de Primo de Rivera. En las elecciones municipales de 1931 los republicanos se impusieron en las ciudades y eso se interpretó como un rechazo abierto a la monarquía. Alfonso XIII, ya sin apoyos, se terminó exiliando, pero sin abdicar.

De este modo tan improvisado llegó la Segunda República, que fue derribada a la vuelta de cinco años por una sublevación militar. Alfonso XIII, exiliado ya en Roma, nunca llegó a entender qué le hizo caer y mantuvo la ilusión del regreso hasta la Guerra Civil, cuando tras manifestar su apoyo a Franco se enteró de que había sido expulsado de la historia. A principios del siglo XX España se encontraba inmersa en un sistema político conocido como la Restauración, una monarquía constitucional y parlamentaria que,

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