6. Dios es fiel - José da Maia. n2d71

Hemos estado viendo ya algunos de los atributos de Dios y hemos estado viendo un poco de su carácter desde el principio y una de las cosas que hemos estado viendo es la armonía de estos atributos.

Cómo estos atributos entre ellos encajan y se afectan unos a otros.

Eso es algo con lo que vamos a hacer énfasis en el último estudio, en el que vamos a ver acerca de la inmutabilidad de Dios.

Pero es importante que lo tengamos en cuenta.

Pero otra de las cosas que hicimos énfasis es en que nuestra imagen de Dios tiene que partir de la Escritura.

Aquello que nosotros creamos que Dios es, debemos creerlo porque Dios lo ha revelado así.

No porque nosotros hayamos llegado a la conclusión de que es así, sino porque la Escritura lo ha revelado así.

Porque nuestra tendencia natural es precisamente hacernos dioses conforme a nuestra imagen, es decir, conforme a como nosotros querríamos que Dios fuese.

Porque si Dios fuese como nosotros querríamos que fuese, estamos poniendo o creando nuestra meta a alcanzar.

Queremos ser como ese Dios, nos encantaría ser como ese Dios, por decirlo de alguna manera.

Por lo menos no nos molesta ese tipo de Dios, porque no se va a meter en mi vida o cualquier tipo de cosa por el estilo.

Y es interesante porque precisamente lo que vamos a ver en esta mañana es un atributo que es la fidelidad de Dios.

Y es otro de esos atributos que somos tendentes a desviar su significado de lo que la Palabra enseña.

La fidelidad de Dios implica que Dios va a actuar o va a ser fiel a su Palabra.

Lo que Él ha dicho lo va a hacer.

¿Por qué digo que somos tendentes a, de algún modo, desviar el significado? Porque parece que la Palabra fiel implica que Dios va a ser fiel con nosotros.

¿Entendéis? Y estamos desviando el foco.

Estamos desviando el foco y estamos poniéndolo en nosotros mismos.

Es una tendencia muy natural del ser humano egoísta.

Poner el foco en nosotros mismos.

Y entonces, muchas veces, cuando pasamos por situaciones difíciles, algún hermano o alguna hermana te dice confía en el Señor porque el Señor es fiel.

¿Habéis escuchado esto alguna vez? Y, de algún modo, es como si dijera el Señor es fiel a ti.

Pero no es eso lo que la Bíblia dice.

Eso es por implicación.

Pero no es eso lo que la Bíblia dice.

Lo que la Bíblia dice es que el Señor es fiel a su Palabra, a su revelación, a lo que Él ha dicho que haría.

¿Sí? Él es fiel a sus promesas. Esta es la parte bonita.

Pero Él es fiel también a sus amenazas.

Esa es la parte que no nos gusta tanto ver.

La palabra fiel transmite estabilidad y certeza.

Y puede ilustrarse con una columna que soporta el peso de un edificio.

O con los brazos de un padre que sostiene a su hijo.

Ambas cosas son confiables.

Puedes estar seguro de que, pase lo que pase, cumplirán su función, salvo causas extremas.

¿Por qué las edificaciones? ¿Habéis visto alguna vez un esqueleto de un edificio? ¿Sí? Hombre, después de la crisis inmobiliaria que hubo allá atrás, que a vosotros os cogió casi recién nacidos, yo creo.

A algunos, a otros ya un poco creciditos.

Pero hubo una crisis inmobiliaria, aquí en España, alrededor del año 2008 o 2009.

Y lo que hizo es que muchas construcciones que había habido en un boom inmobiliario anterior, muchas construcciones que se habían empezado, se quedaron sin terminar.

Y entonces no era raro ver edificaciones en las que solo estaba el esqueleto.

Y estuvo así por muchos años.

Yo recuerdo que cuando entras en la autopista de Pontevedra para Vigo, cuando estás entrando en Vigo, siempre a la altura de Chapela, al lado izquierdo, había un mastodonte allí que era placas y columnas.

Punto. No había nada más.

Y estuvo allí años y años y años y años.

Y aún este año pasado parece ser que lo terminaron.

Y ya no tenemos ese mastodonte feo allí.

Pero como eso, hubo en muchos sitios.

Si os fijáis en uno de esos esqueletos, hay placas y columnas.