167. Las buenas compañías o la importancia del copiloto 5p1l6e

Aquí arriba hará las studios a nuestro coach de la capsulera, Julio Rosales. Julio, ¿qué tal? Buenos días.

Buenos días.

A ver, un tema que me gusta mucho.

Vamos a hablar de la importancia que tiene para nuestra vida rodearnos de personas adecuadas, podríamos decirlo así, ¿no? Sí, la importancia del copiloto, que llamo yo.

Me gusta mucho esta teoría.

Sí, el otro día escuché... ¿Tenemos el...? Sí. Vale.

El otro día escuché esto y me hizo pensar.

A ver, creo que...

Con 50 años puedo decir que creo que estoy llegando a la conclusión que lo más importante es quién te rodea, de hecho.

No lo sabes con 20, sí lo sabes con 50.

O sea, que estar mal rodeado te cuesta la carrera, te cuesta la vida, te cuesta todo.

Qué gran frase. Najwa Nemri, ¿eh? Sí. ¡Najwa! Lo dice Paquita Salas. Dilo bien, que si no se enfada.

¿Eh? Dilo bien, que si no se enfada.

Najwa, sí. Najwa, Najwa.

Tiene mucha razón. Bueno, yo no tengo un 50, pero voy camino y... Bueno, voy camino, me quedan 10, ¿eh? Pero sí tiene razón. Yo con 40 ya lo visualizo.

Pero tiene razón, vas camino de los 50, no vas camino de los 30.

No, no, no. ¿Vale? Entonces, sí, yo que sí que tengo 50, y algunos meses.

25.

Totalmente de acuerdo con Najwa y me hizo pensar, porque si tienes algo que ya sabemos, no sé si le damos tanta importancia como deberíamos.

Es como cuando yo digo que hay algo que ya sé, pero de vez en cuando como que baja a un piso más profundo.

Y me hizo pensar y dije, pues vamos a hablar de esto en la radio.

Najwa dice que te puede costar la vida, y es muy cierto.

Pensemos en todas las mujeres que mueren a manos de las personas que en principio se suponía que las querían.

Claro, y este es el caso más extremo y más triste, ¿no? Y le damos...

A las mujeres, las mujeres dan oportunidades a auténticos monstruos, ¿vale?, para que acabe con tu vida, ¿no? Sí, es un caso extremísimo y clarísimo, donde cuidado de quien te acompaña.

Julio, y además los que somos padres somos muy conscientes de la importancia, o yo al menos lo digo mucho a mis hijos, lo importante es de quién os rodeáis, las amistades que tenéis.

Y este entorno, este ambiente en la escuela es fundamental, ¿no? Si lo piensas, la infancia es una época muy cruel, porque no puedes decidir casi nada de tu vida, y no puedes decidir quién te está rodeando en clase, no puedes decidir quién te da clases, no puedes decidir quién son tus padres, ¿sabes? A partir de ahí... Eso es verdad.

Y no lo decides, pero además no tienes herramientas para cambiarlo, por eso es tremendamente importante.

Claro, ¿nuestros hijos entienden esto cuando se lo decimos? Yo no sé si me entienden a estas alturas, pero...

¿Qué pasa? Espero que sí, no me detaches la teoría.

No me importa que le estoy metiendo.

La mía todavía no, la mía todavía yo le digo...

Ten cuidado con quien te junta y me dirá...

¿Qué dices, papá? Vale.

Bueno, quiero hablar del efecto Pygmalion que alguna vez ya he hablado aquí.

¿Sabemos lo que es el efecto Pygmalion? No, explícanos. No, cuéntanoslo.

No, mentira. ¿Qué es el efecto Pygmalion? Se lo saben de memoria, pero...

Pero a lo mejor algún oyente... Vale, lo voy a contar.

El efecto Pygmalion es un efecto psicológico que más o menos es así.

Yo hago que Miriam desarrolle una cualidad por el simple hecho de pensar que la tiene.

Es decir, todos influimos en los demás.

Tú desarrollas algo por el...

Si tú sabes que yo pienso algo de ti, tú lo desarrollas de una manera más inconsciente.

Si yo creo que eres una fantástica profesional, lo serás más. ¿Es por eso? Es por eso, es por eso. Yo soy...

Yo soy desde mi casa pensándolo.

Bueno, lo que nuestros padres piensan de nosotros afecta en lo que creemos de nosotros y cómo nos comportamos.

Por eso decirle a un niño que eres un trasto no es un buen negocio.

Ah, pero te iba a decir, ¿es bueno o es malo...? Depende cómo lo uses. Lo sabemos en positivo.

Aquello que tus padres piensen de ti, aquello que la gente que tú consideras con autoridad como para tener ese criterio, es decir, tus padres, tus profesores, afectan directamente en ti, en tu comportamiento.

Por eso es tan importante hacer el esfuerzo positivo, porque todo lo que piensen de ti en positivo serás.

A veces hay que arrancarles algunas cosillas, ¿eh? Igual que ellos a nosotros, ¿eh? Pero algunas veces he tenido que decirle, oye, una cosa, tío, que eres mi padre o eres mi madre.

Ya, lo que pasa...

No, te iba a decir que a veces lo dices pensando que le vas a hacer bien a tu hijo para que cambie esta situación o para ayudarle, y lo que estás haciendo es el efecto contrario, el efecto Pink Malone que dice...

Claro, esta política de muchos padres, sobre todo padres más antiguitos, es para que mi hijo no se duerma en los laureles, no le voy a decir que lo hace bien, pero esto ya...

Eso es que lo he dicho mil veces, la ciencia ya ha demostrado que esto no va, o sea, que esto no funciona, porque puedes generar personas superautoexigentes y perfeccionistas que consigan hacer todo muy bien, pero sufriendo, o gente que decida no hacer nada porque nunca están a la altura.

Pero esto es un poco similar en el puesto de trabajo, ¿no? Esta cosa de las empresas, de algunas empresas o algunos directivos que dicen, no, no vamos a dorarle la píldora a este señor, que no es dorarle la píldora, es decirle que hace bien las cosas, y cuando las hace mal, ¿qué las hace mal? Pues ese pensamiento de, no, es que no hay que decirle al trabajador, no hay que darle golpecitos en la espalda, porque se confía.

Es la misma política.

Es la misma política que ya sabemos que es absurda.

Y que no funciona.