VIVIR CON FANTASMAS 6q5h4x

Hola bienvenidas y bienvenidos a horizontes perdidos podcast de leo vicente entrad libremente y por vuestra propia voluntad un viaje mágico para recuperar el centro sendas a los adentros geografía mítica y las espiritual para nobles viajeros y es que en verdad bienvenidos a mi barrio la latina el rastro la zona de embajadores mi zona de caza chamánica hay ciudades que parecen estar dormidas en el aire colgadas de una luz dorada y sorprendida casi islas móviles con alegres caminos por la cintura en toda obra huyendo del artesano hay una pincelada que se queda sola como montando en el aire y más que una pincelada un eco misterioso de algo una puerta para una revelación más intensa algo que es más que real y no obstante solamente unos pequeños gestos que sueñan pues esa ciudad en el regazo de la tierra sería como una pincelada única ahora está bajo las aguas por el arco del pan se llegaría al mercado y por el arco del león a una plaza que tendría forma de concha hay niñas que juegan con el foreo de las palomas y señores que visten de lobo con piel de nutria tiene una alta torre como una lanza con largas ventanas acristaladas de colores una posada llamada del dragón y cambistas con gorros de carcosa verdes con una cinta negra y en la mano la balanza de plata como una gran araña los extranjeros que vienen las tabernas los vinos perfumados y cuentan historias de sus países y de sus caminos y siempre que es obligatorio y los viajes donde no hay cadenas de maletas todas iguales estarán escuchando como si les hablase una mujer desconocida desde un sueño ninguna historia me gusta más que en las que pasa un instante por fondo del cuadro una mujer bella y silenciosa de la que nada se sabe siempre hay un viajero que se enamora y se queda en la puerta mientras cae la noche intentando besar con sus labios encendidos la fugitiva y escondida blancura y habrá en la ciudad una casa o oculta tras un muro y un jardín y en ella un gran pecado tiene la ciudad no tenía siete puertas y la más pequeña de ella de madera conectaba con la glorieta de embajadores de madrid que antaño se llamaba el portillo