Vampiros en Buenos Aires - Vampiros reales historias y cuentos 3z2n3p

La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido suicidio pero si ella es un vampiro como diablos y de repente supe exactamente como miré mi reloj stevie conduce a crispín young search y conduce como el demonio y lo hice en un momento pensé que el motor iba a explotar literalmente recuerdo las curvas apenas tocando la carretera con el borde de un neumático vimos el convertible tan pronto como entramos en tres veintiuno sean estaba estacionado al costado de una de las tres carreteras que cruzan la ciudad había una figura diminuta envuelta en un endeble camisa de pie en medio de la calle desierta sentí que el muñón de mi pierna estaba siendo golpeado con un martillo vampiros en buenos aires existen los vampiros en buenos aires esta es la pregunta que atormentaba las tardecitas de arturo artista plástico y empleado de un hotel del barrio de constitución decidido a ser el primer artista en pintar un vampiro real arturo recorrió las paredes más espeluznantes de la ciudad se sumergió en el mundo de pizzerías fantasmales y canchas de bochas habitadas por demacrados espectros realistas cierta noche mientras apuraba una caña en el bar san dionisio arturo descubrió un panfleto anónimo ubicado en un mingitorio de aquel establecimiento decía así vampiros reales en buenos aires estación pichincha medianoche sobretodo naranjita afiebrado arturo tomó su volumen de las crónicas vampíricas y voló a dicha estación llegó justo antes de la medianoche el andén estaba desierto una rata sabia cruzó los rieles a toda velocidad emitiendo un chillido similar al llanto de un recién nacido pasaron los minutos varios como diez pero arturo sintió toda una vida desarrollándose enloquecidamente delante de sus ojos oyó otro sonido una succión melancólica liquidará labial su experiencia como encargado de hotel rápidamente lo trasladó hacia un sonido similar corrió hacia el extremo delante y lo vio escondido en la sombra de un puesto de diarios estaba cerrado vestido con un escalofriante sobretodo naranja inclinado sobre algo blancuzco que parpadeaba bajo el brillo tartamudo de un tubo fluorescente tómatela dijo la víctima el vampiro permaneció inmóvil velado por la cegadora naranjas del sobretodo arturo amago a sacar su estaca que pendía rígida del cinto dudo se aclaró la garganta y se lanzó sobre los amantes abatido llegó al hotel donde cada noche desempeñaba su papel y secreto arrojó el libro sobre la mesita se sirvió un café bebió y advirtió la marca ta roja de sus labios sobre el borde de la taza y es que la única manera de encontrarse con un vampiro al menos en buenos aires es convirtiéndose en uno caminé hacia el pilar y he aquí este