
Descripción de Una extraordinaria historia corriente 472k1p
El episodio número 13 es muy especial. Es fruto de un duelo, es un homenaje a una madre, es una extraordinaria historia corriente. 585o3l
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Bienvenidos a La Vida Mientras Tanto, un podcast para narrar historias de vida.
No pretendemos darte consejos sobre cómo debes vivir tu vida.
Queremos contarte cómo viven su vida otras personas no tan ajenas a nosotros.
Soy Alba Fité y os presento a Rosa Pardina, autora de las historias que va a compartir con nosotros en este podcast.
Y hoy, La Vida Mientras Tanto llega con una historia muy, muy especial.
Muy buenos días, Rosa Pardina.
Hola, buenos días, Alba.
Pues sí, es muy especial porque es fruto de un duelo y es al mismo tiempo el homenaje a una madre.
Se titula Una extraordinaria historia corriente.
La historia de Rosa Pardina es una historia muy especial.
Una extraordinaria historia corriente.
Durante una tregua de las tormentas primaverales, me atreví a dar un paseo.
No pensé encontrar a nadie en el banco azul y fue una grata sorpresa encontrarme allí sentada, mirándola a nada.
Me senté junto a ella y al verme no pudo reprimir un sollozo.
Lloraba por su madre, recién fallecida.
No hay consuelo en la muerte de la madre.
Los días son más largos, las noches se vuelven insomnes, la tristeza invade tu cuerpo en forma de cansancio, de desidia.
No hay nada que hacer.
Dicen que dejar pasar el tiempo, pero el tiempo es ella.
El tiempo te trae sus palabras, sus abrazos, sus miradas.
No hay nada que hacer, nada que decir.
Por eso me quedé junto a ella, en silencio, velando sus lágrimas.
Y entonces me preguntó por qué solo me interesaban las historias truculentas de traiciones y venganzas y nunca contaba historias de vidas normales.
En las vidas que pueden parecer anodinas, me dijo, también pueden encontrarse genialidades, detalles que pueden parecer insignificantes y, sin embargo, son grandes gestos.
Tenía razón.
¿Por qué no contar la vida de una mujer normal? ¿Por qué no contar la vida de su madre? Nació en 1933 y, apenas cumplidos los tres años, estalló la Guerra Civil Española.
Su padre era un hombre de recursos, y no me refiero a los económicos, sino a los de verdad, a los de supervivencia, y alquiló una casita en un pueblo perdido en mitad de la nada para refugiar allí a su familia, la esposa, la hija de siete años y la pequeña de tres, que era ella.
Lo declararon no apto para ser llamado a filas y se quedaron allí los cuatro, comiendo de lo que cultivaban y matando algún pollo o algún conejo de vez en cuando.
Lo peor que ella recordaba de la guerra eran las trenzas largas y demasiado apretadas que le producían dolor de cabeza.
Cuando acabó el conflicto, volvieron a la ciudad, a su casa, pero entonces todo había cambiado, y para ella, que solo tenía seis años, fue un shock comprobar que la gente hablaba otro idioma que ella no comprendía.
No solo eso, estaba terminantemente prohibido hablar en público otra lengua que no fuera el castellano, ni siquiera en el colegio.
Así que cuando la matricularon en una escuela de monjas, ella hizo lo mismo que hacía por la calle, no abrir la boca.
La corta edad y la inmersión en el nuevo idioma obraron milagros y a los pocos meses ya consiguió hablar y estudiar en aquella nueva lengua.
Fue una niña feliz, sencilla, optimista, cualidades que supo mantener a lo largo de los años y así se refleja en algunos recuerdos de su infancia y juventud.
Su vestido de la primera comunión y la fiesta arruinada por culpa de un dolor de muelas, la boda por todo lo alto de unos tíos suyos cuando tenía diez años, la vistieron de largo porque llevó la cola de la novia, vivió por primera vez el lujo de una fiesta y bailó sin parar.
Su paso al instituto, sus ganas de aprender, su curiosidad por saberlo todo.
A los 15 años se graduó y osó pedirle a su padre que la inscribiera en una escuela de ballet.
Su hija bailarina ni pensarlo.
Y una escuela de piano, preguntó ella.
Eso le pareció más aceptable, pero cuando a las pocas semanas le pidió al padre que le comprara o alquilara un piano para su hija.
Comentarios de Una extraordinaria historia corriente 214642