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LA TREMENDA CORTE
La Tremenda Corte "Vecinicidio[1]"

La Tremenda Corte "Vecinicidio[1]" 613m29

25/5/2025 · 16:35
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LA TREMENDA CORTE

Descripción de La Tremenda Corte "Vecinicidio[1]" 4h3r63

"La Tremenda Corte" es uno de los programas cómicos radiofónicos cubanos más escuchados alrededor del mundo. Nadie puede evitar conocerlo y escucharlo. Sonríe escuchando las ocurrencias de José Candelario "Tres Patines". 3np4c

Lee el podcast de La Tremenda Corte "Vecinicidio[1]"

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

¡Presidencia Pública, el tremendo juez de la tremenda corte va a resolver un tremendo caso! Buenas noches, secretario.

Buenas noches, señor juez. ¿Cómo se siente hoy? Bueno, pues, francamente, me siento muy débil y muy descaído.

¿Usted qué tal me ve? Pues, francamente, también, señor juez, no es por alabarlo ni por bataquearle, pero yo lo veo a techo tierra.

Póngase 10 pesos de multa ahora mismo.

No, señor juez, usted no me ha entendido bien.

¿Cómo que no lo ha entendido bien? No, porque yo lo veo a techo tierra, pero tierra de la colorada, de siembra, de la buena.

¿Ah, sí? Naturalmente. Mejor la multa.

No, señor, déjese la apuesta, porque yo no confío mucho en usted.

Y dígame qué caso tenemos hoy, qué es lo importante.

Está bien, señor juez. Lo que tenemos hoy es un intento de hurto.

¿En qué consiste ese intento de hurto? En un sujeto que fue sorprendido cuando estaba registrando el escaparate de una vecina.

Pues, llame entonces a lo complicado en ese vecinicipio.

Enseguida, señor juez.

¡Luz María Nananina! ¡Aquí como todos los días! ¡Rudecindo Caldeiro y Escovinia! ¡Presente! ¡José Candelario Tres Patines! ¡A la re...

Bueno, vamos a ver qué les pasa a ustedes hoy.

Pues, lo que pasa, señor juez, es que Tres Patines, aprovechando que yo no estaba en casa, se metió en mi cuarto a robarme unas prendecitas que yo tengo.

¡Vámonos, en comienzo usted a levantarme de calurnias a mí, Nananina! Que yo no toqué sus prendecitas para nada, hombre.

Porque yo no le di tiempo, que si no, se las lleva usted.

Eso no es verdad, chico.

Lo que pasa es que ustedes me han creado a mí tan mala fama, que ya yo no puedo hacer nada sin que se figuran que yo estoy haciendo algo malo.

¿Qué me cuenta? Lo suyo es fama nada más, ¿verdad? ¡Nada más, chico! A ti te ven entrando en tu casa por la puerta a las doce de la noche, y lo único que dicen es, bueno, parece que al señor juez se le hizo tarde la calle, ¿no? En cambio, a mí me ven a esa misma hora apoyando una escalera en la fachada de tu casa para meterme por una ventana, y lo que se imaginan es que yo voy a robar, chico.

Bueno, Tres Patines, pero si a usted lo ven a las doce de la noche apoyando una escalera en la fachada de mi casa para entrar por la ventana, no tiene que ser que usted va a robar.

¿Por qué, chico? ¿No puede ser también que yo esté estudiando para bomberos, chico? No, señor. Porque si usted hiciera eso con la intención de estudiar para bomberos, no lo haría usted en mi casa, sino en la suya.

¿Y en la mía por qué, chico? ¿Tiene que ser mi casa precisamente la que se queme? No, señor. Pero esos estudios no se pueden hacer a las doce de la noche.

¿Y eso qué? ¿Prohibieron la clase nocturna? No, señor. No prohibieron nada.

Lo que le digo es que no puede usted hacer eso en una casa ajena a las doce de la noche, porque cualquiera que lo vea tiene que pensar que usted va a robar.

Bueno, chico, pero óyeme, pero si me ve alguien, para eso estoy yo ahí, chico, para aclarar que yo no iba a robar nada, chico.

¿Y quién le va a creer eso a usted? Esa es la otra cosa, chico, que le crean a uno tan mala fama, que luego uno va a meter una mentira y no hay quién se la crea, chico.

¿Cómo se la va a creer si usted mismo dice que es una mentira? ¿Qué cosa? Lo de la escalera.

La escalera es la fachada de mi casa.

Ah, ¿tú la viste? No.

¿Y entonces por qué dice que yo puse una escalera, chico, si no puse nada? Un momento, Tres Patinos. ¿Usted no puso un ejemplo ahorita mismo? Sí, un ejemplo sí, pero no una escalera, chico.

Eso ya lo sé.

Ah, bueno, ¿y entonces qué estamos discutiendo? Yo no estoy discutiendo nada.

Bueno, pues deja la escalera, chico, y vamos a subir por el elevador.

¿Por qué elevador, Tres Patinos? Por el elevador de tú mismo, cuando la...

Espérate, chico, óyeme.

Es que tú has armado un lío aquí que ya no hay quién entienda esto.

Chico, el que armó ese lío fui yo.

Hombre, por Dios, pero también me vas a echar la culpa a mí de eso, chico.

Póngale 10 pesos de multa, secretario.

Pero, óyeme...

¡Cállese la boca! Dígame usted, Rudecindo.

Usted fue quien sorprendió a Tres Patinos en la comisión del delito, ¿verdad? ¿En la qué? En la comisión del delito.

No, no, no, un momento.

Vamos a aclarar eso, porque en el delito yo no llevaba ninguna comisión.

Hágame usted el favor, pero mire que usted es bruto, Rudecindo.

Gracias, doctor, igualmente.

10 pesos de multa.

¿Y eso por qué, doctor? Por decirme igualmente.

Igualmente.

Pero si yo iba a decir que igualmente opinan de mí todas las personas inteligentes como usted...

Ah, entonces usted reconoce que es bruto.

Sí, señor.

Si me quita usted la multa, lo reconozco, lo llevo al juzgado municipal y lo inscribo como hijo mío.

¡Mire cómo la quito! Bórrele los 10 pesos entonces, secretario.

Sí, más gracias.

Ya que la cosa es así, le voy a explicar que la comisión del delito quiere decir la realización del robo.

Ah...

Y ahora dígame, ¿usted fue quien sorprendió a Tres Patinos? Sí, señor, yo mismo fui.

¿Y cómo lo sorprendió usted? Pues era usted, doctor.

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