T5.-Ep.3. El reinado de Fernando VII. 1814-1833. 598r

Capitana García y la Increíble Compañía presentan Historiarte los Sentidos, un podcast de historia, arte y cultura con un pelín de crítica. Historiarte es también un proyecto educativo sin ánimo de lucro cuyo fin es educar en valores a través de la cultura.

¡Disfruten del viaje al pasado! ¡Comencemos! El reinado de Fernando VII, de 1814 a 1833.

Bienvenidas y bienvenidos un día más a Historiarte los Sentidos, un podcast donde te contamos la historia de España para selectividad con una visión más amplia. Hoy queremos sorprenderte con la vida de ese rey que usaba paletón. Suponemos que el público más joven no conocerá esa cancioncilla infantil que había que cantar con todas las vocales.

Pero para los que tienen unos añitos, esto es un clásico. Si se acuerdan, nuestro primer o con este rey fue incluso desde la ternura, y fue con los años cuando descubrimos que se trató de uno de los peores monarcas de la historia de este país, y que además no teníamos ni idea de lo que era el paletón. Por cierto, esto último era un tipo de chaqueta o abrigo corto muy sencillo que se usaba en España desde el siglo XVIII. Así que, ya que estamos con la infancia, haremos un recorrido por la suya, hasta que se coronó como rey de España, que de camino nos servirá de repaso de los capítulos anteriores.

Nací el 14 de octubre de 1784, siendo bautizado ese mismo día con el nombre de Fernando María, seguido como era de costumbre de otros 23 nombres más de santos a los que mi padre, Carlos IV, profesaba especial devoción. En el momento de mi nacimiento, era el tercer hijo varón en la sucesión a la corona, así que el trono no me correspondía.

De hecho, eran mis hermanos gemelos mayores, Carlos y Felipe, los que tendrían que haber gobernado, pero como ambos murieron, me tocó el trono en suertes. ¡Dios los tenga en su gloria! Mil ojos pusieron en él para que el niño tirara pa'lante, como los de Alicante, porque a temprana edad dio señales de ser débil y enfermizo, de ahí que sus actividades estuvieran orientadas a no exigirle un esfuerzo físico que le pudiera provocar algún accidente.

Tal vez por ello nunca fue ni buen cazador ni jinete, como lo fue su padre, aunque sí un hábil jugador de billar. Por cierto, quien gobernaba cuando nació no era su padre, sino su abuelo, Carlos III, el monarca ilustrado por excelencia, quien prendió importantes reformas de la istración pública, la economía y la educación. Tal fue su interés por embellecer la capital del reino que se le adjudicó el sobrenombre de El Mejor Alcalde de Madrid.

Y aunque quizás sea el Borbón mejor valorado hasta ahora, no olvidemos que también tuvo sus menos, como por ejemplo con el fracasado intento por recuperar Gibraltar, o el motín de Esquilache, aparentemente provocado por querer imponer un outfit anti-delincuencia, o el gran error de apoyar a Estados Unidos para que se independizara sin ser consciente de que el imperio colonial español era gigante.

Pero sobre todo, la gran mancha negra sobre su expediente lo tiene por la gran redada. El intento de exterminio del pueblo gitano, hecho que, por si no se han dado cuenta, nunca aparece en los libros de texto. En cualquier caso, a la edad de cuatro años, el abuelo murió, y su padre, Carlos IV, fue coronado como rey de España.

Como mandaba la tradición y los cánones de la época, creció en un ambiente cortesano, bajo la supervisión de su madre, la reina María Luisa, que llegó a tener 14 hijos, la mayoría de los cuales murieron siendo niños. Durante su niñez, fue educado por preceptores que le inculcaron una sólida formación religiosa, ya que sus profes eran curas.