
Descripción de T3-E4: Todos los días, el libro 495a62
¡Abril es el mes más Muriel! Bienvenidos al cuarto episodio de la tercera temporada de NAM Podcast. “Ordenar bibliotecas es ejercer de un modo silencioso el arte de la crítica”, decía Borges. Y para celebrar el Día Internacional del Libro 2025, Felipe realiza un recorrido por los títulos imprescindibles ubicados en los libreros de NAM. Además, contamos con la presencia luminosa de la poeta, traductora y rockstar Andrea Muriel, quien nos recita a Robin Myers y recomienda una novela extraordinaria de J. M. Coetzee. Los invitamos a oír las nuevas secciones, en las que hay mucho frikerío, poesía, cine, recoNAMdaciones y otras curiosidades de gabinete. Gracias por escucharnos, por sus comentarios y por visitarnos en nuestras redes. Correo: [email protected] IG: @espacionotasalmargen FB: Notas al Margen. Espacio de Cultura YouTube: CanalNAM 6st1e
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No sabemos lo que queremos. No sabemos lo que decimos. No sabemos a dónde vamos.
Porque estamos en manos del significante.
Damas y caballeros, esto es Tercera Llamada. Tercera Llamada. Comenzamos.
Tengo la sensación de que ya no estamos en Kansas.
¡Bienvenidos! Él era de las montañas y estaba acostumbrado a mirar aquellas cosas que el mundo decidía que podía manejar sin previo aviso.
Sacudía los árboles la lluvia, convertía el sendero en un riachuelo, levantaba la tierra y a mí me parecía que jamás volvería a estar seca.
Pero cuando llegamos hasta un risco y miramos abajo en dirección al valle, vimos que el sol se abría paso a través de las nubes que antes lo ocultaban.
Súbitamente, la tormenta era una tormenta de luz.
Se tiñó todo el valle de un aranja profundo, los árboles brillaban doblemente. Antes por el otoño, ahora por el sol.
El hombre contemplaba, asombrado, el barro reluciente ante nosotros.
Yo creo que al final es todo luz, pero no porque cambia lo que toca.
Yo creo que él creía que estar ahí nos convertía a ambos en parte del paisaje, y me tocó la cara, donde tenía lluvia todavía, y quizá algo de luz, y también me parece que creía que de algún modo éramos responsables, en el sentido, al menos, de que siempre lo somos de las cosas que decidimos ver.
Yo creo que al final es todo luz, no, sin embargo, porque nos bendiga o nos borre.
Sentí, al bajar por la ladera, una especie de incómoda ternura por el cuerpo que tenía a mi lado.
Este hombre cuya mano había tocado mi piel, como si de verdad todo esto se tratara de su mano y mi piel.
Mi amor por el mundo siempre será más fuerte cada vez que pose la mirada sobre él y mire cómo el sol resalta todo aquello que él sabe verdadero.
Pasamos al lado de un arroyo, salpicado por esquirlas de luz, como si fueran peces.
Vimos la luz filtrarse por el aire, y así vimos el aire.
Yo pienso que al final es todo luz, pero tan solo, porque no guarda relación alguna con nosotros.
No nos puede ayudar, tan solo iluminarnos, de la misma manera en que ilumina una fila de árboles, una carretera desierta, sábanas arrugadas al amanecer tras la partida del amante.
Pienso que es todo luz, porque nos encendemos, y después nos apagamos, luego nos encendemos otra vez, le dimos importancia, o no, a ese hecho.
Porque no, no podemos.
Luz de Robin Myers
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