La Palabra CNCN jueves 29 mayo 2025 3i205y

La palabra con nosotras, con nosotros. Una reflexión de la palabra cotidiana en diálogo con el acontecer de la comunidad universitaria.

Hola, buenos días, bienvenidas, bienvenidos a la palabra con nosotras, con nosotros.

Hoy estamos retomando la lectura propiamente de la Carta a los Romanos, donde la dejamos en el capítulo 3, ahora con este contexto y marco para entender que Pablo a veces está, cuando utiliza el término de ley, pensando en la ley con mayúscula, esta ley, esta sensibilidad, este estado interior que todas y todos podemos desarrollar, que en buena parte es gracia de Dios, que se convierte en una guía, un faro para la vida y la toma de decisiones, y la ley con minúscula, que es esta simplificación y manipulación del proyecto de Dios a través de una serie de prácticas externas, pero que no tocan el fondo del corazón.

Vamos a ver en el capítulo 3, el primer bloque, cuando sigue problematizando la circunstancia en la que se encuentran los seguidores del judaísmo de su época, el judaísmo piadoso de su época, por un lado, y por otro lado los seguidores de la religión filosofía greco-romana.

Escuchemos de los versículos 1 al 8 del capítulo 3 de Romanos.

Entonces, ¿qué ventaja tiene el judío o para qué sirve la circuncisión? Las ventajas son muchas y en todos los aspectos.

Primero, Dios confió su palabra a los judíos.

Entonces, ¿qué pasa si algunos fueron infieles? ¿Anula su infidelidad la fidelidad de Dios? De ningún modo, Dios se mostrará fiel aunque todos los hombres sean falsos.

Como está escrito, en la sentencia tendrás razón, del juicio saldrás inocente.

Pero si nuestra culpa hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos, que Dios es injusto al aplicar el castigo, hablando humanamente? De ningún modo, de lo contrario, ¿cómo podrá Dios juzgar al mundo? Pero si mi falsedad hace resaltar la fidelidad de Dios, siendo así mayor su gloria, ¿por qué encima me condena como pecador? ¿O debemos hacer el mal para que resulten bien? Es lo que algunos calumniadores me atribuyen, ellos sí que merecen ser condenados.

Palabra de Dios.

Estos primeros versículos del capítulo 3 de Pablo nos presentan la respuesta del apóstol a algunos de los cuestionamientos que seguramente sus adversarios, tanto de origen grecorromano como judío, le ponían a su predicación.

En el campo de los judíos, seguramente este sentimiento de que la nueva oferta de salvación, de transformación de la vida ofrecida por el cristianismo y predicada por Pablo, dejaba sin sentido la historia de Israel, la historia de la elección, etc.

Pablo deja claro que sí hay una historia, y una historia de lo que Dios ha querido hacer con la humanidad y del rol que ese pueblo en particular ha tenido en ese proyecto de Dios.

Lo principal, nos lo dice Pablo en el segundo versículo, de estas ventajas, llamémosle así, o primicias que tiene el pueblo judío, es que Dios confió su palabra a los judíos.

Básicamente, hemos dicho en otras ocasiones que ayuda a traducir el término palabra, porque no solamente son una concatenación de conceptos, lo que normalmente conocemos como palabra, lo que constituye un idioma, sino es la comunicación de Dios.

Dios confió su comunicación al pueblo judío, es decir, les fue revelando quién era, se los fue transmitiendo, y se los fue transmitiendo con su presencia, no meramente con un texto que vacío de sentido cuando no se le acoge con la actitud interior de escucha, de confianza y de apertura, pues corre el peligro de convertirse en un ídolo más, en algo que termina endureciendo los corazones.

Entonces, ese elemento está presente en esa historia del pueblo de Israel.

Podemos decir que en los grandes hitos, momentos importantes, el fundamental, lo va a desarrollar en el próximo capítulo a profundidad de Pablo de Sucata, Los Romanos, es el encuentro de Dios con un ser humano que desarrolló esta actitud interior de escucha atenta, lo que llamamos fe, saber y confianza.