Oliver Ray y las Luciérnagas del Infinito (Audiolibro) - Capítulo 14: La Atlántida 2v436y

Capítulo catorce la atlántida habían transcurrido ya dos semanas desde que dejaran cindy y estaban a punto de llegar a la tierra oliver lucía un aspecto bastante deteriorado su piel presentaba una palidez marmórea unas profundas ojeras le hundían los ojos en la cara y el sudor se había instalado de forma perpetua en su frente preparados para la desaceleración dijo aferrando los mandos firmemente pareces muy seguro de lo que haces si muy seguro dijo douglas verdad respondió oliver con una sonrisa la nave empezó a reducir velocidad y a sacudirse convulsivamente poco a poco las estelas de luz que dibujaban las galaxias a su paso fueron haciéndose más nítidas por fin la nave quedó prácticamente parada y la tierra apareció frente a ellos nunca pensé que volvería murmuró oliver mientras guiaba la nave con suavidad hacia su planeta natal ni yo pero el rostro de douglas se contrajo en una mueca de estupefacción dónde está la luna oliver le miró extrañado entonces se dio cuenta cuando la ballena dejó la tierra la luna todavía estaba cerca verdad douglas no entendía te lo explicaré luego mientras pilotaba habían ido apareciendo pequeños restos de asteroides que eran cada vez más densos oliver tenía que maniobrar para esquivar los trozos más grandes consultó la proyección de ruta según esto deberíamos aterrizar en la base de lanzamiento en jim quince tu cuidado un enorme peñasco había surgido frente a ellos oliver lo esquivó por los pelos pero la nave empezó a caer en espiral giro lo justo para pasar entre otras dos rocas rozando las una tercera sacudió el lateral haciendo que oliver se golpeara violentamente contra el de mandos la lanza madera estaba envuelta en llamas y caía en barrena mientras perdía fragmentos del casco atravesaba densos nubarrones en tanto que decenas de rayos saltaban contra el saltaban contra el fuselaje el suelo se acercaba cada vez más rápido aturdido le pareció oír una voz en su cabeza que le decía enderezará vamos chico oliver se recompuso y tiró de los controles con todas sus fuerzas lentamente la nave dejó de caer en picado y fue adquiriendo una trayectoria más paralela al suelo dejando atrás la tierra firme y sobrevolando el mar vamos a caer sobre el agua gritó oliver la lanzadera descendió rebotó contra el mar y cayó nuevamente dejando una estela de espuma tras de sí mientras perdía velocidad cuando por fin se detuvo les rodea una gran nube de vapor unos flotadores se hincaron alrededor de la nave manteniéndola a flote douglas abrir la esclusa y lanzó un alarido me quemo el aire está ardiendo los indicadores térmicos señala más de sesenta grados centígrados dijo oliver pongámonos los trajes de vacío una vez con los trajes puestos hicieron balance de los daños parecía que la nave días atrás dorada y deslumbrante había hecho su último viaje definitivamente no irían a ningún lado en aquella cáscara quemada y destartalada en la que se había convertido entonces se escucharon el ruido de un motor y estiraron el cuello para tratar de ver de dónde provenía pero carecían de ángulo de visión para lograr divisar nada el sonido fue en aumento y finalmente apareció una embarcación a motor que se paró justo frente a ellos della saltó un individuo pequeño y rechoncho con apariencia de chimpancé vestido con un traje antirradiación que sin mediar palabra se coló dentro de la nave y empezó a revo al verlo todo los dos tripulantes no daban crédito a sus ojos mientras el polizón abría cajas vaciaba recipientes y se iba guardando aquellos objetos que más llamaban su atención hola oiga oliver intentaba comunicarse con él pero sólo tenía unos bufidos como respuesta oiga cuando el minúsculo personaje consideró que ya no podía cargar con más cosas se dirigió a la salida pero oliver le cortó el paso a no vas a decirnos quién eres y de dónde ha salido el hombrecillo miró hacia arriba y emitió un gruñido intentó bordear a oliver pero este le impidió salir entonces le dio un puntapié en la espinilla y el chico se dobló de dolor dejando espacio para que saliera el polizón volvió a su embarcación y en ese momento se percataron de que había alguien más con el otro individuo esté delgado y alargado asomaba la cabeza por encima del bote hola dijo el estirado no les había visto si les digo la verdad no pensaba que nadie fuera en ese cascarón y mucho menos que alguien hubiera