
Descripción de Fear in the Dark 1u4g68
Terribles noticias se nos desvelan en éste nuevo episodio, parece que sabremos quien está atacando el mundo donde se encuentra la 5ª compañía del capítulo de Yekar Huttson... Queréis saber más? pues a darle al PLAY!!! w5a73
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
¿Acaso piensa que puede escapar de mí? Creo que no sabe que estamos aquí todavía, mi señor Cámarax, pero hay un campo de disformidad que está cubriendo el planeta y no podremos acceder hasta que se disipe.
Yo permitiré que esta vez ese maldito Inquisidor se escape de mis garras.
Zocoon, te destriparé después de sacar los gritos de agonía de tu ser.
Mi señor, hay un capítulo de Leales al Falso Emperador que está obstuculizando el completar el ritual demoníaco.
Bien, entonces jugaremos con ellos hasta que ese maldito Inquisidor sea accesible.
Haz así, mi señor Cámarax, se cumpla por fin la profecía de aquel hechicero.
Recuérdame los libris, deleítame con sus recuerdos.
Acomódese, mi señor, y les recordaré todo.
Aquí, en la oscuridad, no puede respirar.
El imperio de la humanidad se asfixia por su propia corrupción.
Envergado por el pecado y la inmundicia de 500 generaciones engañadas.
Esa noche, cuando la locura se convierta en la realidad, la puerta de Cadia se abrirá de par en par cual herida infecta.
Y las legiones de los condenados extenderán por el reino que ellas mismas crearon.
En esta era, próxima al fin de todas las cosas, nacido de la sangre prohibida y del adiecto sentido del humor del destino, surgirá el profeta de la octava legión.
LA PREMONICIÓN DEL CRISOL Grabación realizada por un hechicero desconocido de la octava legión.
En el milenio 32, el profeta y la asesina se encontraban en las almenas de la Ciudadela Muerta, armas en ristré.
La lluvia, tan copiosa que dificultaba la visión, era un diluvio desdichado que desgarraba el aire.
Siseaba contra la piedra y corría por las fauces de las pérfidas gárgolas hasta precipitarse por los lados del castillo.
Aparte del aguacero, lo único que se oía eran los sonidos que producían ambas figuras.
Una de ellas era humana, ataviada con una armadura rota que retumbaba con crepitares de estática.
La otra, una doncella alienígena con blindajes de combate antigua y moldeada, desgastada a causa de la eternidad de cicatrices.
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