
EuroStack y la soberanía tecnológica 732u1l
Descripción de EuroStack y la soberanía tecnológica 3b3665
Aproximadamente el 80% de la tecnología e infraestructura digital europea es importada y siete de cada diez modelos de inteligencia artificial empleados a escala mundial provienen de Estados Unidos. Las empresas europeas representan menos del 10% de la inversión mundial en software. Su dependencia de cadenas de suministro y tecnologías extranjeras es evidente. El a tierras raras, la fabricación de semiconductores y los sistemas de inteligencia artificial están controlados por potencias como China y Estados Unidos. Se acabaron, además, los años de gas barato proveniente de Rusia. La vulnerabilidad europea es evidente y va mucho más a allá de las a menudo absurdas regulaciones impuestas por sus Gobiernos y por la propia Unión Europea. Durante años los líderes europeos ignoraron a quienes les advertían de que el continente, cuna de la industrialización y del mundo moderno, se estaba quedando rezagado. Hoy, con una situación geopolítica muy distinta a la de hace sólo una década, esas advertencias se interpretan como profecías autocumplidas. Europa se ha terminado convirtiendo en un un rehén tecnológico de otros países que anticiparon con más precisión el mundo que venía. Las medidas que se han ido tomando en los últimos tres años como la Ley Europea de Chips o iniciativas aisladas sobre inteligencia artificial, son insuficientes. La batalla ahora es controlar lo que los expertos denominan la “stack”, es decir, la pila tecnológica, un sistema de capas interconectadas que va desde las materias primas hasta el software. En Estados Unidos, por ejemplo, la investigación en inteligencia artificial está vinculada a chips propietarios mediante proyectos como Stargate. China, entretanto, controla a placer cadenas de suministro completas. Frente a ello Europa carece de una estrategia unificada. La propuesta es EuroStack, un plan ambicioso para reconstruir la infraestructura tecnológica europea en siete capas: materias primas, chips, redes, Internet de las Cosas, nube, software, datos e inteligencia artificial. Cada capa aborda un punto débil crítico. Por ejemplo, China controla el 60-80% de las tierras raras, esenciales para chips y baterías, y restringe exportaciones de galio y germanio. Europa debe aliarse con países ricos en recursos, como Namibia o Chile, invertir en reciclaje y, al mismo tiempo, enfrentar dilemas morales como los minerales provenientes de los países africanos en guerra. En la capa de chips, Europa produce solo el 9%, en un sector dominado por Intel, Nvidia y TSMC. La holandesa ASML, líder en litografía, sufre las presiones de Estados Unidos y China. En conectividad, la dependencia de Starlink en Ucrania o el dominio de Huawei en la tecnología 5G muestran la urgencia de desarrollar un 6G propio. El internet de las cosas está en manos extranjeras. En la nube Amazon, Microsoft y Google controlan el 70% del mercado. En software Europa depende del código desarrollado en Estados Unidos como Windows, Android o iOS. Salvo alguna excepción como SAP, el ecosistema de software europeo es marginal. En Inteligencia artificial y datos Europa cuenta con una investigación sólida, magníficas universidades y centros de supercomputación de gran tamaño, pero es incapaz de convertir eso en proyectos empresariales viables y escalables. Para ello hará falta más que un plan, es necesario un cambio de mentalidad que incida en la regulación y en el modo en el que Europa aborda la asunción de riesgos. En otros campos sus empresas son líderes, pero en el tecnológico se han demostrado incapaces de mantener el pulso competitivo. EuroStack podría ser un primer paso, pero tiene que pasar de las palabras a los hechos. En La ContraRéplica: 0:00 Introducción 4:07 EuroStack y la soberanía tecnológica 31:25 ¿Hay que tomar represalias con los aranceles? 35:25 Universidades estatales y privadas 41:47 Canón digital de la SGAE · Canal de Telegram: https://t.me/lacontracronica · “Contra la Revolución sa”… https://amzn.to/4aF0LpZ · “Hispanos. Breve historia de los pueblos de habla hispana”… https://amzn.to/428js1G · “La ContraHistoria de España. 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Soy Fernando de Hacillanueva, hoy es 3 de abril de 2025 y esto es la Contracrónica.
Aproximadamente el 80% de la tecnología e infraestructura digital europea es importada, y 7 de cada 10 modelos de inteligencia artificial empleados a escala mundial provienen de Estados Unidos. Las empresas europeas representan menos del 10% de la inversión mundial en software.
Su dependencia de cadenas de suministro y tecnologías extranjeras es evidente. El a tierras raras, la fabricación de semiconductores y los sistemas de inteligencia artificial están controlados por potencias como China y Estados Unidos. Se acabaron los años de gas barato proveniente de Rusia. La vulnerabilidad europea es evidente y va mucho más allá de las a menudo absurdas regulaciones impuestas por sus gobiernos y por la propia Unión Europea.
Durante años, los líderes europeos ignoraron a quienes les advertían de que el continente, cuna de la industrialización y del mundo moderno, se estaba quedando rezagado. Hoy, con una situación geopolítica muy distinta a la de hace solo una década, esas advertencias se interpretan como profecías autocumplidas. Europa se ha terminado convirtiendo en un rehén tecnológico de otros países que anticiparon con más precisión el mundo que venía.
Las medidas que se han ido tomando en los últimos tres años, como por ejemplo la ley europea de chips o iniciativas aisladas sobre inteligencia artificial, son insuficientes. La batalla ahora es controlar lo que los expertos denominan la stack, es decir, la pila tecnológica, un sistema de capas interconectadas que va desde las materias primas hasta el software.
En Estados Unidos, por ejemplo, la investigación en inteligencia artificial está vinculada a chips propietarios mediante proyectos como Stargate. China, entre tanto, controla a placer cadenas de suministro completas. Frente a ello, Europa carece de una estrategia unificada. De hecho, hoy por hoy carece de una estrategia.
La propuesta es EuroStack, un ambicioso plan para reconstruir la infraestructura tecnológica europea en siete capas. Materias primas, chips, redes, internet de las cosas, nube, software, datos e inteligencia artificial. Cada capa aborda un punto débil crítico. Por ejemplo, China controla el 60, 70 e incluso el 80% de las tierras raras, dependiendo de cuál, esenciales para los semiconductores, para las baterías, y además restringe las explotaciones de algunas de estas tierras raras, como el galio y el germano. Europa debe aliarse con países ricos en recursos, como Namibia o Chile, invertir en reciclaje y al mismo tiempo enfrentar dilemas morales como los minerales provenientes de los países africanos en guerra.
En la capa de chips, Europa produce solo el 9% en un sector dominado por Intel, por Nvidia y por TSMC. La holandesa SML, líder en litografía, sufre las presiones de Estados Unidos y China. En conectividad, la dependencia de Starlink en Ucrania o el dominio de Huawei en la tecnología 5G muestran la urgencia de desarrollar un 6G propio.
El internet de las cosas está en manos extranjeras. En la nube, Amazon, Microsoft o Google controlan el 70% del mercado. En software, Europa depende del código desarrollado en Estados Unidos, como Windows o Android o iOS. Salvo alguna excepción, como SAP, el ecosistema de software europeo es marginal.
En Inteligencia Artificial y Datos, Europa cuenta con una investigación sólida, magníficas universidades y centros de supercomputación de gran tamaño, pero es incapaz de convertir eso en proyectos empresariales viables y escalables. Para ello hará falta más que un plan, hará falta un cambio de mentalidad, que incida en la regulación y en el modo en el que Europa aborda la asunción de riesgos. En otros campos, sus empresas son líderes, pero en el tecnológico se han demostrado incapaces de mantener el pulso competitivo. Eurostack podría ser un primer paso, pero tiene que pasar de las palabras a los hechos.
Desde hace un tiempo se habla de forma constante de que Europa está asediada. Y sí, la verdad es que está asediada, aunque no exactamente o no todavía por ejércitos. Esperemos que ese asedio si llegue alguna vez, sea dentro de mucho tiempo o mejor todavía que no llegue. Está asediada por más prosaicos motivos. Está asediada por cadenas de suministro a las que no tiene directo.
Está asediada por software propietario sobre el que no tiene control. Está asediada por algoritmos que no se han diseñado en Europa y que son los que mueven los sistemas más modernos de inteligencia artificial. Está asediada por tierras raras, por semiconductores avanzados y sistemas de inteligencia artificial que se utilizan dentro de Europa.
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