Eje histórico. Episodio 1: Graciela Segarra 6pk46

La Florida, historias de una playa del Paraná.

Yo nací en La Florida, en la casa donde actualmente vivo.

Los chicos venían con las bermudas playera a bailar en Ojota y era bailar hasta el amanecer.

La Florida es donde ya pasé más de la mitad de mi vida, no solo de cuerpo, presencia, sino con el alma.

La Florida, historias de una playa del Paraná es un podcast para recuperar y poner en valor la historia de nuestra playa desde sus orígenes hasta la actualidad.

Recuperar toda una historia que tiene más de 100 años.

Para pensar el territorio y reflexionar sobre el paisaje, el valor de trabajar en equipo y las posibilidades de recuperar nuestra historia repensando a la cultura local como una cultura del río, capaz de convertir sus debilidades en capacidades y respuestas innovadoras.

Y en el marco de los 300 años de Rosario nos parecía que este era un territorio que también teníamos que poner en valor.

Idea, Patricio Alday.

Producción general, Débora Yónico.

Conducción y edición, Lucía Fernández Cívico.

Sonido, Patricio Abate.

Fotos, Guillermo Turín.

Música, Sakuara.

La Florida, historias de una playa del Paraná.

Yo soy Débora Yónico y soy gestora cultural de acá de la Florida y un poco estoy a cargo de esta nueva agenda que se incorpora a las actividades tradicionales del balneario.

¿Por qué este podcast? ¿Cuál fue el objetivo, la idea de este ciclo de conversaciones? En realidad hace un par de años que empezamos con todo un trabajo de investigación vinculado a la historia de la Florida porque no había registro para la ciudad.

Se hizo un pequeño corto documental, un registro de fotos con el museo de la ciudad, pero bueno, fue un trabajo que quedó un poco invisibilizado y entonces nos parecía que esta era una forma como de volver a poner en valor ese trabajo y también de incorporar un montrón de otras variables que empezamos a trabajar estos últimos dos años.

Entonces dividimos el podcast en cuatro ejes.

Un eje histórico que tiene que ver con esa recuperación y puesta en valor de la historia de la Florida.

Un eje que tiene que ver con la perspectiva ambiental.

Pensar a la Florida como un lugar estratégico desde una mirada de cuidado y de reparación.

La Florida enmarcada en un territorio como este, en los humedales.

Después un eje que tiene que ver con lo turístico, con una serie de recorridos, Saberes locales, un circuito cultural, pero que esto se empiece a mirar también con un eje contemporáneo que atraviese las actividades.

Nos parece que nosotros tenemos un rol muy importante en esta mirada de la ciudad respecto de cómo construimos identidad en el vínculo con el territorio y con nosotros.

Donde tenemos el Paraná, que lo estamos viendo mientras estamos grabando este podcast, desde donde podemos recuperar saberes y todo con un montón de lenguajes artísticos que se ponen en escena y que hoy se está visibilizando y eso me da mucho placer y mucho orgullo.

Soy Graciela Cegarra, nací y me crié en la Florida.

Nací en la primera mitad del siglo pasado, tengo una historia acá en el barrio.

Toda mi vida transcurrió en esta zona porque realmente para mí es un placer vivir acá.

Los vecinos son solidarios, la gente joven que está ahora edificando y viniendo en esta zona a vivir se va dando cuenta que los viejos seguimos con una tradición, no perdimos el alma de pueblo.

Del famoso pueblo alberdí, no perdimos ese alma de pueblo.

La gente solidaria, colaboradora y eso no se cambia con nada.

Graciela, ¿desde cuándo sos vecina acá de la Florida? Yo nací en la Florida, en la casa donde actualmente vivo.

¿Eso cuándo fue? En 1949.

¿Y cómo era esta zona? Era una zona de muy pocas casas, con grandes quintas de flores y frutales.

Y por supuesto, el hito importante de la Florida, el balneario.

¿Qué edad tenías, Graciela, cuando empezaste a venir acá al balneario de la Florida? Siempre vine, cuando era niña con la familia, por supuesto.

Pero teníamos cuatro, cinco, siete años y éramos una barrita de chicos que vivíamos en el barrio y podíamos venir.

No había peligro, éramos muy respetuosos del agua, todos aprendíamos a nadar y a remar con canoas pesadísimas, pero bueno, viviendo pegadito al río no podía ser de otra manera.

Claro, y acá cerquita no estaba la calle asfaltada como la conocemos hoy.

No, no, no.

Todo era calle de tierras, incluso había calles que no estaban delineadas todavía.

O sea, sí estarían en la cartografía del municipio, pero eran partes de terrenos de las casas.

Por ejemplo, Calle Iturraspe se abrió, yo ya era una adolescente.

Había un tramo cortito que sería desde Pago Largo a David Peña y el resto no.

Era calle de tierras, un zanjón y bueno.

¿Y árboles? Todo árboles, todo, muchísimos, muchísimos árboles.

Todo era arbolado y en todos los terrenos había muchos frutales y bueno, quinta de flores, por supuesto.