113 - "FÉLIX Y DRUSILA VISTAN A PABLO" Hechos 24, 22-27 28j1n

Buenas tardes a todos. Bienvenidos a un nuevo episodio de la Sagrada Escritura en profundidad.

Buenas tardes a todos. Continúo explicándoles el capítulo 24, el final del capítulo 24 de los Hechos de los Apóstoles y esta vez es la charla 113. Entonces, les voy a explicar un poco un resumen sobre la última charla, pero les rogaría que fueran para escucharla, porque realmente yo la puedo explicar en dos minutos o en un minuto, pero realmente son 20 minutos lo que tardaré en explicarla, por la cuestión de que hay tantísimos detalles aparte.

Recuerden que tengo este canal que se llama la Sagrada Escritura en profundidad, que tengo también una página que se llama también lasagradascritura.com. Allí pueden encontrar algunas entrevistas y también todos los audios y los vídeos completos, todo ordenado. Y también, pues en el canal, sí les rogaría que cuando reciban la charla, en lugar de pinchar directamente en la pantalla, pinchen en las letras azules, porque allí les sale el unirse al grupo, el poder participar de cada día que les venga, digamos, a través de YouTube por los algoritmos y que no tengan que buscarlo.

Entonces, también decirles que también pueden escuchar a través de podcast todas las charlas, en lugar de vídeos, a través de iVoox y todas las demás plataformas como Spotify o Amazon, etc. Y que la extienda. Si ustedes consideran que es adecuada, pues extiendan las charlas, porque si intentamos evangelizar, pues que a través de que ustedes mismos también las extiendan, pues la gente puede haber a alguien que le interese y, en consecuencia, que le guste y se aficione a la Sagrada Escritura. Este es el fin. El fin que buscamos es ese, el que la gente aprenda a leer la Sagrada Escritura en profundidad.

Bueno, pues vamos a responder. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Dios te salve, María llena de gracia, el Señor es tu Adiós. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Bueno, a ver, miren, el insumen de esto es lo siguiente. Recuerden que Pablo fue llevado de Jerusalén a Cesarea para que el gobernador Félix lo juzgara. Llega allí y el gobernador lo ve y le dice, bueno, a la cáncer directamente, ya te juzgaré cuando vengan tus acosadores. Llegan los acosadores al cabo de cinco días y entonces él, en la charla anterior, les ve y les atiende, empieza el proceso y por un lado ve las acusaciones, escucha las acusaciones y luego por otro lado la defensa de Pablo.

La consecuencia, yo les dije, una vez oído a las dos partes, la semana que viene, es decir, esta semana. Entonces voy a empezar a leer qué pasó realmente, qué es lo que decidió Félix después de haber oído a las dos partes. Vamos a ver, capítulo 24, versículo 22, dice, Félix, que estaba bien informado en lo referente al camino, les dio largos, diciendo, cuando baje el tribuno Lisias, decidiré vuestro asunto, y ordenó al centurión que custodiase a Pablo, que le dejase tener alguna libertad y que no impidiese a ninguno de los suyos el asistirle.

Fíjense ustedes lo que pasó, no decidió nada, o sea, Félix no decidió absolutamente nada, dejó el asunto completamente bloqueado y dijo esto, cuando baje el tribuno Lisias, ya decidiré sobre el asunto. Nunca lo decidió, porque estábamos en el año sexto de su gobierno y él se fue en el año octavo y lo dejó a Pablo exactamente igual, a punto de acabarse el periodo en el que él podía estar en la cárcel, la prisión previa, hasta que llegó el siguiente procurador.

Pero es que es normal, tal como era la mentalidad de Félix, porque Félix conocía, ya les digo, estaba en el sexto año de su gobierno, y conocía perfectamente a los judíos, y conocía también a los cristianos, que no se llamaban así todavía, pero la comunidad cristiana era una comunidad que, por supuesto, vivía.