02-"Las crónicas de Esther" de Vicente García. Capítulo 2. Audiolibro. Distopía. Ciencia Ficción. e5p4b

Un paraje idílico, una escritora en busca de inspiración.

Pero bajo las aguas del pantano se oculta un auténtico misterio.

¿Alguna vez te has preguntado cuál es la verdadera naturaleza del mal? El mal...

El mal...

El mal...

Vendrá entre las nubes y todo ojo lo verá.

Cuando los siglos se reduzcan a cenizas, de Elena Rubio.

Ya en librerías y venta online.

Capítulo 2 La restricción de tránsito nocturno, antiguamente conocido como el toque de queda, se inauguró en el momento adecuado.

Cuando la docilidad humana llegó al punto de aceptación idóneo, implantar su obligatoriedad en cualquiera de la fase inicial del proyecto hubiera representado un error, ya que se habría topado con el lógico recelo social.

Iris, memoria interna.

Están todos arrestados.

Todos los presentes se giraron alarmados hacia la entrada de la que provenían los gritos.

¿Cómo nos han podido descubrir? Preguntó Jack, intentando vislumbrar algo entre las sombras que envolvían la puerta.

¿Y yo que creía que las brigadas no intervenían en este tipo de asuntos? Exclamó asustada Esther.

Justo en el momento en que el grupo se dispersaba en estampida general, pudo escucharse una estuendosa risa procedente de la entrada.

¡Deberíais veros las caras! Iba diciendo una figura mientras se acercaba llorando de risa.

¡Os habéis cagado de miedo! Se trataba de Thomas, con otra de sus desagradables bromas que tan poca gracia hacían a nadie.

No sé a quién se le ocurrió hacerle partícipe de nuestro secreto, pero desde luego se cubría de gloria, dijo Sandy intentando calmarse.

¿Algún problema? Preguntó Thomas desafiante.

Si queréis seguir con vuestras estúpidas reuniones, más os vale no quejaros mucho.

¡Maldito chivato asqueroso! Protestó Sandy.

Thomas estuvo a punto de contestarle, pero se topó con la mirada reprobatoria de Jack y prefirió callar.

Conocía sus limitaciones y enfrentarse a Jack no era una buena idea.

La noche y la restricción de tránsito La constante insatisfacción humana había derivado hacia la primera mitad del siglo XXI en un aumento sustancial de la agresividad entre la población.

El aire contaminado, la preocupación por la elevada tasa de paro, la corrupción en la clase política o el aumento del crimen habían desembocado en la aparición de una gran masa de personas descontentas que solían protestar organizando monumentales manifestaciones al caer la noche.

Al margen de ello, conforme la tranquilidad invadía las calles, comenzaban a producirse todo tipo de actos vandálicos llevados a cabo por los elementos sociales más subversivos que destrozaban coches, quemaban contenedores o rompían escaparates.

Además, la crisis económica provocada por las múltiples caídas del sistema financiero condujeron a un aumento en la criminalidad nocturna.

Todos esos factores sirvieron para que los gobiernos de muchos países optaran por implantar el toque de queda de manera puntual, pero cada vez más frecuente.

La criminalidad nocturna aumentó de manera exponencial tras la gran plaga y aunque Iris, tras concedérsele el control,