Yo me ocupo. 3c3q2x

¿Qué tal? Este es el episodio número 12. En principio es el último episodio de este experimento. Me había propuesto grabar 12 capítulos de podcast. No invertir un céntimo en publicidad, solo anunciarlo en mi lista. Y bueno, pues hacer este experimento, hacer una serie de números, comprobar una serie de cosas. Y si te soy sincero, ahora mismo, en el momento que estoy grabando esto y cuando tú lo vayas a escuchar, el 30 de marzo de 2025, es cuando se sube. No sé cuándo tú lo vas a escuchar. No sé si voy a hacer otra serie de 12 o no. Es posible porque me he divertido. Los resultados están siendo muy buenos. Cada vez hay más escuchas.

Cada vez hay más seguidores. En fin, está bastante bien. Yo cuando empecé con la idea de hacer 12 capítulos, sabía que no iba a poder consolidarlo. Quiero decir, estas cosas hay que pensarlas a largo plazo. O sea, si vas a empezar un proyecto de este tipo, no pienses que en tres meses ya tiene que estar todo hecho, ni mucho menos, sino que es un trabajo para el medio y largo plazo. O sea, yo de eso era totalmente consciente, pero aún así quería hacer solo 12 episodios. Y ahora que estoy grabando este último episodio, el más personal de todos, ahora lo vas a entender, no sé realmente si voy a seguir grabando o hacer otra serie de 12 o qué.

Los resultados me invitan a ello, porque ya te digo que bueno, estoy muy contento. Los números son chulos y la verdad, y lo más importante, me divierto porque ya al margen de los números y tal, que me da un poco igual todo esto, es divertido. Pero bueno, voy a empezar con este, en principio, último podcast. Como te digo, es una historia personal sobre lo que yo entiendo que es clave para el éxito personal y profesional de cualquier persona. Al menos así lo ha sido para mí y como te decía, va a ser un podcast bastante personal. Antes de entrar en eso, te invito a suscribirte a mi lista irrabravo.com o motivante.com.

Mando un email todos los días desde el año 17 y ahí pues te apuntas y ya está, si quieres. En fin, darse de alta, como siempre digo, es gratis y darse de baja también. Así que no hay conflicto, no hay drama. Bueno, mi hija nació un sábado y llovía muchísimo. Tampoco es algo muy extraño en Gijón, de donde es ella. Y nada, pues nació un sábado muy lluvioso. Al día siguiente, era domingo, fíjate qué cosas te descubro, después del sábado viene el domingo y era un día extraordinariamente soleado. Y recuerdo perfectamente ir hacia el hospital andando, una hora y media. Siempre me gustó muchísimo andar.

Iba andando, iba dando saltos, estaba eufórico. O sea, la gente cuando me viera por la calle diría el friki este iba andando como saltos, dando pequeñas carreras, acelerándome, frenándome.

Eran muchas las emociones que tenía. Recuerdo perfectamente el primer día que llegó a casa, la llevaba yo en un cesto, en fin, como si fuera una compra en un supermercado, pero dentro había un bebé, una nena. No había leche ni fruta, sino una persona. Y fue en ese momento cuando sentí una gran responsabilidad.

En los tres o cuatro días que estuvo previamente en el hospital, no lo sentí así. La responsabilidad fue cuando cruzó el umbral de mi casa, cuando dije yo me ocupo, me tengo que ocupar. Y fue una de las cosas, de las primeras cosas que yo le dije, mientras le acariciaba la mejilla y le iba tocando los brazos, los deditos de las manos.

Si has tenido un bebé alguna vez entre tus manos, que espero que sí, sino que lo tengas pronto, la sensación de las manos es una de las más fuertes, y lo que son los mofletes, la cara.

Entonces yo me acuerdo que le susurraba algo que ella no podía entender, pero yo sí podía entender que era yo me ocupo, yo me ocupo. Entonces la motivación, quiero decir, creo que sinceramente si vas a montar un negocio, emprender un proyecto, si vas a estudiar algo, cualquier cosa, debe haber algo que trascienda a ti. Si lo haces solo por ti, yo hablo por experiencia propia, creo que no es suficiente.

Sí, sé que habrá mil personas que digan, no, uno lo tiene que hacer por sí mismo, apelar a uno mismo, si es perfecto, entiendo el concepto, pero en mi caso la fuerza vino por la motivación enorme de soñar con que esa pequeña el día de mañana fuera una mujer y sintiera orgullo por su viejo. El orgullo, el amor de la mujer, el amor de la mujer,