Le gusta la noche, las mujeres y pesa 94 KG 6r4q4t

Muy buenas, ahí va mi promesa. Cuando acabe esta historia, muy curiosa y entretenida, vas a entender muchas de las cosas que cuando tratas de convencer a alguien de algo fallan.

Sobre todo si prestas un poco de atención. Mucha gente ve problemas donde realmente no los hay y esto se debe básicamente porque se puede ver a muchas cosas pero uno de los principales problemas es no entender bien la psicología humana. Entonces, como te decía hace un momento, esta breve historia te puede ayudar mucho a entender esa psicología humana y ayudarte a avanzar en tu vida, en tus negocios. Ya sabes que vivir y vender es lo mismo. ¿Qué pasa? Mira, un montón de veces, desde que somos críos y luego vamos creciendo, nos ponemos obstáculos que sólo están en nuestra cabeza.

Sé que esto lo has escuchado un millón de veces y no se trata de cerrar los ojos muy fuerte y desearlo mucho, ni chorradas de esas. Hay que poner un remedio real. Tiene que haber pruebas reales. Entonces, en montones de ocasiones estamos viendo puntos débiles que sólo existen para nosotros porque sólo estamos pensando dentro de nuestra cabeza. Entonces, estas cosas nos frenan en lo profesional y en lo personal.

Bueno, bien, voy con la historia. Esto simplemente era para hacernos un poco una idea al principio.

Esto fue lo que hizo... No sé si conoces a Fabio Capello. Es un entrenador de fútbol muy famoso.

Ha estado en el Milan, ha estado en el Real Madrid... En fin, es un tipo muy conocido. Cualquiera que le guste el fútbol sabe quién es. No necesitas ser alguien al que le guste el fútbol para entender esta historia y para que esa historia te pueda ayudar. Simplemente digo que si te gusta el fútbol pues sabes quién es Fabio Capello. Entonces, él, sin saberlo y sin pretenderlo, vendió a Ronaldo a Berlusconi.

Te sitúo rápidamente por si acabas de llegar en una nave espacial y tampoco sabes quiénes son Silvio Berlusconi, el fallecido presidente italiano. No Cristiano Ronaldo, sino el que llamaban Ronaldo el gordo, el brasileño. Uno que jugó en el Barcelona y en el Real Madrid. La historia son estas tres personas. Quédate con este detalle. Fabio Capello, el entrenador que te decía hace un momento. Ronaldo, que es el jugador de fútbol que llamaban Ronaldo el gordo, que es el que jugó como te digo es brasileño, jugó en el Madrid, jugó en el Barcelona.

Y Silvio Berlusconi, que fue presidente de la república y presidente del Milan, el club de fútbol del Milan. Entonces, esto lo cuenta el propio Fabio Capello en una entrevista. Es cojonudo.

Le dijo al presidente del Real Madrid, al Real Madrid entonces, le dijo mira tienes que vender a Ronaldo. ¿Por qué tenía que vender a Ronaldo? Porque Fabio Capello le decía que pesa 94 kilos y entonces bueno pues hay que venderle. Y ya estaba hecho un trato con un equipo árabe para vender a Ronaldo a un equipo que jugaba en la liga árabe. No te sé decir el equipo, no es relevante para entender esta historia. Entonces Berlusconi, que tenía muy buena relación con Fabio Capello, se conocían desde hace muchos años, le llama y le pregunta.

Esto lo cuenta el propio Fabio Capello en una entrevista, tal cual. Y dice oye Fabio, ¿qué pasa con Ronaldo? Entonces Fabio cuenta que le contesta. Presidente, le gustan a noche las mujeres y pesan 94 kilos. Así que nada, Berlusconi le da las gracias y ahí termina la cosa. Cuelgan el teléfono y ya está. Simplemente Fabio Capello se limita a decirle, insisto que esto es muy importante para vender y vivir, que es lo mismo, simplemente se limita a decirle presidente, le gusta la noche, las mujeres y pesan 94 kilos.

Al día siguiente cuenta Fabio Capello que lee la Gassetta dello Sport, que es un periódico deportivo italiano, y el titular era Ronaldo al Milán. El tío no le entraba la cabeza. Ayer hablé con el presidente del Milán, hablé con Berlusconi y le dije, presidente, no fiches, ¿por qué no le estoy diciendo al Madrid que lo venda? Porque le gusta la noche, las mujeres y pesan 94 kilos, está pasado de peso. A ver que 94 kilos, depende de lo que midas y depende de lo que hagas, puede ser mucho o poco. Siempre es el comparado con qué. No hay que olvidarse de este detalle. Comparado con qué.