XI Leyes Superiores (Walden o La Vida en los Bosques) - Henry David Thoreau 6k15m

Leyes superiores de regreso al hogar a través de los bosques con mi sarta de pescado a cuestas y la caña a rastras observe el paso furtivo de una marmota por la senda y me invadió de pronto una extraña sensación de alegría salvaje que me hizo desear su captura para devorarla seguidamente engrudo no es que me sintiera hambriento enton tonces sino en la naturaleza salvaje que aquello representaba y el caso es que una o dos veces mientras vivía junto la laguna me sorprendí vagando por el bosque con extraño abandono como sabueso hambriento en busca de venado que devorar ningún bocado me habría resultado entonces demasiado bárbaro pues las escenas más feroces se me habían hecho increíblemente familiares como la mayoría de los hombres descubría en mí igual que me ocurre ahora de vez en cuando un instinto hacia una vida superior o como se dice ahora espiritual a la par de otro que me impulsaba hacia lo más primitivo y tosco excuso decir que mi reverencia va para ambos y que no aprecia cio uno menos que el otro lo que tiene de salvaje y de aventura la pesca hace que esta sigue atrayéndome en ocasiones me gusta tomar la vida en toda su rudeza y vivirla como lo hacen los animales quizá se deba al carácter de mis ocupaciones o a la casa dejó en practicada esa comunión tan estrecha con la naturaleza pues unas y otras introducen a uno ya temprano en la escena natural en la que repara y de la que requiere un conocimiento que a esa edad de otro modo no alcanzaría los pescadores cazadores leñadores y otros que pasan su vida en campos y bosques y que de manera muy peculiar forman parte de la naturaleza misma se encuentran a menudo en disposición tanto más adecuada para observarla de cerca en los intervalos que jalonan su quehacer que los poetas y filósofos que le aguardan expectantes y aquello no es remisa en revelárselo les el viajero en la pradera es por naturaleza un cazador en las fuentes del mes zuri y columbia un trampero en las cascadas de saint mary un pescador quien sólo es viajero aprende de segunda mano y a medias y jamás adquirirá hondura y es que nos interesa sobre todo lo que la ciencia enseña de lo que esos hombres conocen ya práctica e instintivamente pues solo ahí reside la auténtica humanidad o fede humana experiencia yerran quienes dicen que el yanqui cuenta con escasas diversiones porque no tiene tantas festividades públicas como se dan en inglaterra y tantos juegos que practicar sea joven o entrado en años cómo se dan allí pues aquí el sol es primitivo pero solitario de la caza pesca y similares no ha cedido aún su lugar á aquel ellos no hay uno solo casi entre los muchachos de nueva inglaterra contemporáneos míos que no haya cargado ya con una escopeta entre los diez y los catorce años y sus terrenos de caza y pesca estaban acotados como los de noble inglés sino que eran más ilimitados incluso las reservas del propio salvaje no es de extrañar pues que rara vez interviniera en juegos públicos sin embargo se aprecia ya el cambio que por lo demás no obedece a un incremento de humanitarismo pues quizá sea el cazador el mejor amigo de los animales que caza sociedad protectora inclusive sino la escasez de piezas además cuando me hallaba en la laguna por variar deseaba añadir a veces algo de pescado dieta realmente pescaba por la misma necesidad que movió a hacerlo a los primeros pescadores y cualquier sentimiento humanitario que pudiera conjurar en contra de ello era absolutamente ficticio y más próxima mi filosofía que mis sentimientos hablo ahora de la pesca tan solo porque hay mucho había vení ido yo pensando de manera diferente acerca de la casa y vendí mi escopeta antes de dirigirme a los bosques no es que yo sea menos sentimental que otros pero no aprecie que mis sentimientos se vienen muy afectados por ello no con miserable a los peces y a los gusanos era simple cuestión de hábito en cuanto a la casa de aves durante los diez últimos años que tu escopeta me excusa fue que estudiaba ornitología y que ésta requiere una atención mucho más detenida sobre la costumbres de las aves aunque solo sea por esta razón me siento más que dispuesto a renunciar a la escopeta con todo y a pesar de la objeción en cuanto a humanizar mismo se refiere propende a dudar de si se han encontrado jamás deportes de igual valor que puedan sustituir a aquellos y cuando algunos de mis amigos me han preguntado ansiosamente en relación con sus hijos se habían de permitirles cazar