
Los salteadores de caminos - Lord Dunsany 1p3h3b
Descripción de Los salteadores de caminos - Lord Dunsany r22a
«Los salteadores de caminos» («The Highwaymen») es un relato de corte fantástico de Edward John Moreton Drax Plunkett, alias Lord Dunsany. Fue publicado por primera vez en la edición de febrero de 1908 de la revista Neolith, y luego reeditado en la antología de ese mismo año «La espada de Welleran y otros relatos» («The Sword of Welleran and Other Stories»). Mas tarde fue incluído en las antologías «Cuentos de un soñador» («A Dreamer's Tales») y «Sobre las colinas y más allá» («Over the Hills and Far Away»). «Los salteadores de caminos» es uno de los mejores cuentos de Lord Dunsany, si bien uno de los menos conocidos. Podría catalogarse como un relato de fantasmas, aunque con un final ciertamente irónico. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/1131024 242j5m
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La luna deslumbrante asuman entre los árboles lo oscuridad de la noche lo inunda todo y una tenue niebla comienza a aparecer adentrarse en el bosque busca el árbol viejo siéntate a su lado ponte cómodo si eran los ojos y escucha a la historia que traen hasta las criaturas de la noche bienvenidos estos son los cuentos del bosque oscuro los saltador este caminos the lord town sandy tom de los caminos había acabado su última cabalgata y estaba solo ahora en la noche desde donde se encontraba podían verse las blancas ovejas en reposo y la silueta negra de las colinas solitarias y la línea abril de las linas más alejadas y solitarias todavía o en las son donadas por debajo llevado por el viento despiadado podría haberse el homo gris de los ríos en los valles negros pero todo por igual era negro a los ojos de tom y todos los sonidos era silencio de sus oídos solo su alma luchaba por deslizarse fuera de la prisión de las cadenas para volar hacia el sur al paraíso y el viento soplaba y soplaba porque esa noche tom sólo podía cabalgar en el viento ya habían quitado sofía el caballo negro el día que le quitaron los campos verdes y el cielo las voces de los hombres y la risa de las mujeres y lo dejaron solo con cadenas al cuello para meterse en el viento por siempre y el viento soplaba y soplaba pero crueles cadenas mordían el alma de de los caminos y donde quiera que tratará de oír era rechazada nuevamente hacia el collar de acero por el viento que sopla del paraíso desde el sur y allí colgado del cuello iban cayendo escarnio salidos otrora de su boca y burlas con que se había burlado de dios iban cayendo de su lengua y allí se podrían viejos apetitos malvados de su corazón y de sus dedos caía las manchas de las acciones que no había sido buenas todos caían al suelo y crecían allí en pálido saludos y ramillete es y cuando todas estas cosas malignas hubieron caído el alma de tom volvió a quedar limpia como la encontró su primer amor hace ya mucho en primavera y se metió allí al viento junto con los huesos de tom y junto con su viejo abrigo desgarrado y el rumbo bravas cadenas y el viento soplaba y soplaba y de vez en cuando las almas de los sepultados que venían de tierras consagradas pasaban batiendo el viento en dirección del paraíso y dejaban atrás el árbol de la horca y el alma de tom que no podía liberarse noche tras noche y miraba las ovejas en el prado con cuencas vacías hasta que su pelo muerto creció y lo cubrió su pobre cara de muerto ocultando su vergüenza de
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