Roma se hizo grande, pero poco a poco XIV, el consulado. 5g1p3p

¿Te apasiona la historia de la antigua Roma? Sumérgete en el pasado y viaja a la época de los emperadores, los gladiadores, los esclavos, los hombres y las mujeres.

Descubre cómo era la vida cotidiana, las creencias, la religión, la cultura y mucho más.

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En Roma se hizo grande, pero poco a poco.

Hablaremos de una magistratura que tenía las más amplias facultades políticas que se fueron restringiendo a medida que se iban creando nuevas magistraturas, haciendo una descentralización del poder.

Tenían competencia en juzgar causas civiles y criminales.

Ejercían la dirección de la istración pública y comandaban los ejércitos.

Tenían la facultad política de convocar y presidir los comicios y el Senado.

Tenían todo el imperium en la paz y en la guerra.

Concentraban potestades de carácter casi ilimitado.

Era un cargo anual y colegiado, eligiéndose dos cada año entre los ciudadanos de pleno derecho de Roma.

Fue la más alta magistratura de la República.

Supongo que ya lo habéis adivinado.

Estamos hablando de los cónsules, del consulado.

Estos constituyen en Roma la magistratura ordinaria más elevada.

Son también magistrados epónimos, pues se utilizan para datar la cronología, para dar nombre a los años, al igual que sucedía en Atenas con el Arconte o en Esparta con el presidente de los Éforos.

Los cónsules en Roma servían para conmutar las diferentes anualidades.

El consulado, en condiciones normales, claro, ostentaba la autoridad suprema en Roma.

Su nombre parece ser que no se mantuvo invariable, pues en origen, al origen de la República, parece ser que se les llamó praetores, en referencia a esta función que tenían sobre el mando del ejército.

También se les llamó iúdiques, perdone por mi latín de primer curso, en atención a sus competencias más bien civiles.

Con el paso de los tiempos, pero muy al origen de la República, se les llamó cónsules.

Me quiero imaginar que con los prácticos que son los romanos, llamarlos de una manera o llamarlos de otra, dependiendo si ejercían poder militar o poder civil, pues no era lo que a ellos les gustaba, así que utilizaron la palabra cónsul, porque esto definía mejor su propósito.

No era ni una cosa ni la otra, era ambas a la vez.

Parece ser también que originalmente la aceptación de estos cónsules se presentaba mediante la solicitud a los auspicios correspondientes.

Tenemos que entender que Roma parece ser al principio una cultura muy religiosa.

Pudiera ser que los cónsules, en cierto modo, fueran un instrumento de las divinidades para gobernar Roma.

En cierto modo, se presentaban como herederos universales de las facultades de los reyes, de las facultades regias, cuya fragmentación de poder va a propinar las distintas funciones correspondientes a las diferentes actividades religiosas.