Rodrigo Fresán entrevista para Américas Rock - Mariskal Rock 5w5041

Se colecciona a hombres así, lo supe desde que vin Continuamos en América Rock, aquí Mariscal Rock Radio y momento de entrevista.

Conectamos con Barcelona, con un escritor, periodista.

Yo no sé si la frase es de él, pero escribir sobre música es como bailar arquitectura.

Es así, bienvenido Rodrigo Fresán a América Rock.

Hola, no, esa frase no se sabe quién es. Algunos se la atribuyen a Elvis Costello, otros a Frank Zappa, pero está ahí como blowing in the wind, como dice la canción.

¿Cómo fue tu conexión con la música? ¿Cómo empezó en tu carrera periodística, de escritor? Mi relación con el rock empieza de manera muy prehistórica.

Esto lo niega, pero es uno de mis momentos inolvidables.

Yo debería tener cinco años y Andrés Calamaro debería tener siete, más o menos.

Y claro, mis padres y los padres de Andrés tenían una cierta relación.

Era en esa época en que todos ciertos padres eran amigos y todos éramos hijos de.

Y me acuerdo perfectamente de ir a la casa de los padres de Andrés, donde vivía Andrés, y me decían, bueno, anda al cuarto de Andrésito, a jugar con él.

Yo no sabía ni quién era Andrésito ni nadie, pero iba avanzando un pasillo y escuchaba como que iban temblando, se escuchaban como unos golpes durísimos y como que todo iba temblando.

Recuerdo entrar al cuarto de Andrés y verlo al pequeño Andrés Calamaro con una masa de demolición tirando bajo una pared de suavición, para mi pasmo.

Entonces yo volví al living y dije, hay un chico ahí que está abajo tirando el departamento bajo.

Y me acuerdo de la cara del padre de Andrés diciendo, no, hay que dejarlo porque se está expresando.

Ese fue mi primer encuentro con Andrés Calamaro.

Y después nos encontramos como en los ochenta.

Yo me fui con toda mi familia por razones de fuerza mayor a Venezuela.

Ahí me acuerdo de haber escuchado a Vitas Brenner, que era un músico venezolano muy como de sintetizadores, una especie de Rick Wakeman, que combinaba mucho el folclore venezolano con la música electrónica.

Después escuché a Charly García hablar de él en alguna entrevista.

Y después mi siguiente encuentro con el rock nacional es yo volviendo de Venezuela a los dieciséis años, yendo con mi padre a visitar a un amigo de él.

Estaba a cargo del teatro, del Auditorio Kraft, creo que se llamaba, que era un teatro, Auditorio Buenos Aires, había sido rebautizado como en un ZOC.

Y ahí estaba Zeruk Girán presentando La Graza de las Capitales, y me pareció increíble.

A partir de entonces, compré todos los discos de esa parte de mi adolescencia que me faltaban, porque yo me había quedado en Marielena Walsh, digamos.

Y como me fui a las seis años, me faltaba, entonces me compré todo.

Sui Generis, ¿no? De alguna manera te habías quedado en la demolición de Andrés Calamaro en su casa y con Marielena Walsh, y fue como un vacío temporal, de alguna manera, esa vuelta con Zeruk Girán.

Sí, y ahí me compré, te digo, me compré, me causaba mucha gracia.

Además que Sui Generis era como un grupo que tenía muchas más antologías que discos oficiales, ¿no? Estaban siempre como los temas cambiados de lugar, Bájaros y Zeruk Girán.

Y vi todos los conciertos de Zeruk Girán tocar a donde tocara, me acuerdo hasta que presentó Bicicleta y más allá.

Y después ya entré a trabajar un poco, a escribir, ¿no? Me fui, bueno, vine a Europa antes de hacer el servicio militar.

Trabajé con Supertramp y con Dark Straits en las giras por España como intérprete.

Y después volví a Buenos Aires y ya entré plenamente en el servicio militar y en la escena rock del momento, que eran los últimos años, los últimos tramos de la dictadura, y era todo como muy 83, 84.

O sea, justo antes de que ganara Alfonsín, ¿no? Y estaba, bueno, todo el Einstein, el Paracultural, había ahí una cantidad de...

¿Cómo vivió Rodrigo, un poco ya me lo comentaste, de haber comprado todos los discos de Zeruk Girán, el impacto que te generó Zeruk Girán? Que al principio fue como un poco rechazado por modernismo, ¿no? Lo que quería proponer, Charly. ¿Qué te impactó a ti con 16 años? Bueno, tal vez yo no sufrí eso porque yo lo veía como con una mirada un poco extranjera y desde afuera.

No sé cómo se captaba en Buenos Aires, donde siempre hay como un ambiente como muy de capillas y siempre a veces un poco fundamentalista y de uno versus otro, el espinejo Charly García y tal y todo eso.

Pero claro, mi percepción de Zeruk Girán no era tanto como una consecuencia del rock nacional, sino como una especie de cosa que se desprendía de Pink Floyd y de Genesis y de Yes.

No tenía prejuicios en ese sentido, tenía una mirada más extranjera y por lo tanto tal vez un poco más limpia, ¿no? ¿Consideras que el planeta es complejo o no es comprensible?