Candy Caramelo entrevista para Américas Rock - Mariskal Rock 692x16

Continuamos en América Rock y momento de entrevista, estamos en Candyland con un artista, productor, cantante, músico multifacético. Él es Candy Abello, Candy Caramelo. ¿Qué tal Candy? Bienvenido a América Rock. Muchas gracias a vosotros por esto. Y me podés llamar sí, Candy Caramelo. La verdad es que Candy Abello no me llaman a nadie, solo en el colegio.

Ya lo de Abello, quien me bautizó fue Calamaro, que no le gustaba decir Candy Abello en el bar. Y me decía, vos sos muy dulce, te puedes llamar Candy Caramelo. Y me acuerdo que al principio no me gustó, digo, Candy Caramelo. Dice, sí, Candy, vos sos dulce, sweet, Candy Caramelo. Y me quedé con Candy Caramelo. Fue en un visionario también, ¿no? Sí, también puso el nombre del tuanguero a Diego García, no se lo ocurrió a él. Vos tenés el sonido tuanguero. Andrés está todo el rato creando.

Pero antes de hablar de Andrés, hagamos un poco de historia. ¿Cómo empezó tu relación con la música? Pues mira, empecé a tocar con nueve años la guitarra española junto con mi hermano, que tenía cuatro años más que yo. Nos gustaba Elvis, Rocavilli, Rock and Roll. Y empezamos a tocar los dos con dos guitarras españolas, eso con nueve años, hasta que ya a los diez me compraron mis padres un bajo. Yo antes de tocar el bajo empezaba a hacer con la guitarra española los bajos en la guitarra, porque cuando tocaba con mi hermano los dos hacíamos lo mismo y me parecía mucho jaleo. Y se me ocurrió, digo, ¿y si hago yo el bajo? Y mi hermano la rítmica.

Y así empezó, yo empecé a tocar el bajo porque mi hermano tocaba la guitarra. Y pues ahí fueron mis comienzos. La primera vez que me subí a un escenario fue con once años, en el salón de actos del colegio, menesianos, donde yo estudiaba. Y luego ya con catorce, quince, empecé a tocar en la movida madrileña, en el Rocola, en el Marque, en la Sala Carolina, en todas las salas estas, que yo era un niño. Bueno, pues ahí empecé a tocar en eso, en la movida madrileña, que solo olí la movida madrileña, porque yo iba al colegio y solo veía eso cuando me iban a tocar. Tenían que ir mis padres porque no me dejaban entrar, sino porque era menor. Y a partir de ahí empecé a despuntar un poco con el bajo.

Se me daba muy bien, nunca me costó tocar el bajo ni la guitarra. La verdad es que ahora con los años pienso que tengo un don, que nunca me ha gustado decirlo, pero digo, soy cien por cien autodidacta, toco guitarra, bajo, batería, piano, y no me ha costado nada. Bueno, un artista, como dije al principio.

No sé cómo llamarlo, pero lo veo como qué suerte he tenido, porque nunca me han dado clases de nada y siempre he tenido una facilidad para tocar. Y entonces ya empecé a despuntar con el bajo y yo tendría dieciocho, diecinueve, tocando en el honky, por ahí, con bandas de blues. Me encontré un baterista que me dijo, oye, soy amigo de Tino Casal, está buscando bajistas, si te ve te va a pillar.

Entonces me dieron un teléfono, me hicieron una prueba con Tino Casal, toqué y me quedé, ya hice la primera gira. Y a partir de ahí, con los años. Y la siguiente ya fue con 21 con Miguel Ríos, que también me hicieron otra prueba. Y ya a partir de ahí ya no hice más pruebas, ya me conocí a la gente y tal. Pero claro, no paré de hacer giras, hice casi treinta años sin parar. Por eso luego llegó la pandemia y fue la pandemia que me dio la vuelta a todo. Y dije, tenía una gira por delante con Dani Martín, de 70 conciertos, y la rechacé.

Porque dije, ahora otra vez, volver a ensayar, volver a subirme a un escenario, es una cosa que ya, digo, por suerte, haciendo mi plan B, que es la producción, que gracias a Calamaro me lo empecé a tomar en serio, porque igual podía haber empezado a producir antes. Pero él fue el que me abrió los ojos, me dijo, quiero que seas mi productor y produjo con The Rock. Y a partir de ahí dije, ostias, me gusta esto de la producción, dirigir, los arreglos, todo. Y entonces, como ya llevaba muy encaminado mi trabajo como productor, digo, ahora volver a salir de gira no me apetece. Estoy muy bien aquí, trabajo en mi casa, y un trabajo que la tengo muy bien.