El Profesor Bruno y la cueva secreta. 4482r

Las historias fantásticas del Profesor Bruno Hoy, el Profesor Bruno y la Cueva Secreta Muy buenas noches a todos, soy, por si alguien aún no me conoce, el Profesor Bruno Y estoy aquí para contaros una historia que pasó hace mucho tiempo Bueno, os voy a empezar contando cómo conocí a Sebastián Bueno, voy a empezar por el principio, porque luego al final siempre me lío y no acabo de contar las cosas Las clases habían acabado, pero algunos alumnos se quedaban en el colegio para charlar un rato de sus cosas Y fue ahí, en uno de esos días, cuando empezaron a pensar que podían explorar las cuevas que había cerca del colegio Porque aunque eran muy pequeñas y todo el mundo las conocía, por lo visto, habían descubierto un pasadizo hacia una cueva mucho, mucho más grande Pero claro, eso ya es otra historia Era el 28 de junio, justo una semana después de acabar las clases Y allí estaban Alfonso, Luis el Cabezón, Pepo y Sebastián Estaban los cuatro en la entrada de la cueva, preparados con la linterna, el casco de bicicleta, el mapa del pueblo, las tiritas y, por supuesto, el bocadillo Por si se hacía tarde y el hambre acuciaba Nada más entrar por el pasadizo secreto, se hizo la oscuridad más negra que jamás habían visto De pronto Alfonso encendió la linterna y ya se veía Había un pasillo largo, largo, largo y el suelo estaba pegajoso Pero ellos, que eran grandes exploradores, no tenían miedo y seguían adelante Pepo, que era muy valiente, dijo, no os preocupéis, que yo voy el segundo Y claro, Alfonso que era muy listo y Sebastián el mayor, pues al que le tocó ir el primero fue a Luis el Cabezón Iniciaron la marcha como si fueran cuatro espeleólogos muy avanzados Y llevaban andados unos veinticinco metros más o menos Cuando de pronto Luis dijo, tengo hambre, me comería el bocadillo, nos comemos el bocadillo Continuaron andando y a los pocos metros empezaron a oír un ruido ensordecedor Y al mirar todos hacia atrás se quedaron horrorizados porque había habido un desprendimiento Estaban atrapados, el pasadizo había quedado bloqueado No podían dar marcha atrás, ahora sólo se podía ir hacia adelante Una vez pasado el susto se miraron todos y Sebastián dijo, bueno, es sólo un contratiempo, sigamos Siguieron avanzando y aquello se convirtió en una auténtica aventura Todo lo que veían en la cueva les dejaba maravillados Cualquier insecto, cualquier bichito que pasaba cerca de ellos lo estudiaban Y sin darse cuenta pasaba y pasaba el tiempo Llevaban en la cueva aproximadamente cuatro horas Cuando Pepo dijo, chicos, ¿no oís eso? Todos se miraron, no, ¿qué suena? Suena como agua Siguieron adelante con las orejas bien abiertas Y al cabo de un ratito empezaron a oír todos Efectivamente, más adelante habría agua