Planeta Biblioteca 28-05-2025 2o2s28

Planeta Biblioteca, donde vive la información.

Un programa del Servicio de Archivos y Bibliotecas de la Universidad de Salamanca.

Todos los miércoles en El Mirador, a las 12.45 horas.

Y el podcast, en cualquier momento y en cualquier lugar, en ebooks.com.

Te informamos sobre recursos, servicios y tecnologías de la información.

Recuerda, Planeta Biblioteca, donde vive la información.

Irás naciendo poco a poco, día a día.

Como todas las cosas que hablan hondo, será tu palabra sencilla.

A veces no sabrán qué dices.

No te pidan luz, mejor en la sombra amor se comunica.

Así, incansablemente, hila que te hila.

Buenos días a todos y nada mejor que empezar con esta preciosa cita de cómo se hace un libro de Pepe Hierro.

Porque hoy tenemos con nosotros a un escritor.

Tenemos el placer de conversar hoy con Francisco Toledo Lobo.

Nuestro invitado tiene una vida pública también amplia.

Él ha sido rector durante nueve años de la Universidad de Chagme I.

Es matemático, especialista en inteligencia artificial, por otra parte.

Y también literato.

Y ya lleva dos novelas, ahora mismo.

La primera novela es una novela que se tituló Estrella de Eva.

Que tuvo dos o tres ediciones, actualmente no.

Y aborda la tragedia de la migración en el Mediterráneo.

Y esta segunda novela está más en relación con otras de las tareas que él hace.

Porque él es profesor de matemáticas, especialista desde el año 1996 en inteligencia artificial, de lo que estamos hablando ahora tanto.

Y va sobre ese tema.

Y la novela se titula Memorias en la Nube.

Buenos días, Francisco. Encantado de tenerte aquí en la segunda entrevista.

Para rehusar contigo lo anterior fue online y esta que tenemos aquí ahora.

Pues encantado de estar aquí presencialmente en julio.

De conocer esta preciosa ciudad que es Salamanca y Guijuelo.

Donde también esta tarde tengo reunión con el Club de Lectura.

Exactamente. Viene Guijuelo también hacer ahí una conferencia, una reunión con el Club de Lectura.

Que por cierto las bibliotecarias han mandado recuerdos para ti porque fueron algunas tuyas.

Te tienen un gato recuerdo tuyo.

Exactamente. Muchas gracias y les mandamos un beso muy fuerte desde acá.

Y empiezo preguntando ahora mismo a Marlene.

Francisco, bienvenido.

Vienes del mundo académico y de la gestión pública.

¿Qué te impulsó a dar el salto a la escritura de novelas? Y en concreto a la ficción especulativa.

Pues mira con muchas cosas en la vida llega el momento.

Yo efectivamente había escrito mucho pero de artículos científicos, de textos istrativos, de artículos en periódicos porque colaboro mensualmente en el periódico mediterráneo.

Es el hegemónico allí en Castellón.

Pero nunca me había opuesto a escribir una novela porque creía que eso estaba más allá de lo que yo podía hacer.

Yo soy un chico de ciencias y el escribir una novela, definir personajes con personalidad distinta, incluso con lenguajes distintos, que te vaya dando sorpresas, me parecía que estaba más allá de lo que yo podía hacer.

Y quizá por eso nunca lo había intentado.

Como pongo en la frase inicial de La estrella de Ébano, la frase de Seneca que viene a decir que no es imposible, bueno, en definitiva que es imposible porque no lo intentas.

Pues eso.

Entonces un día un escritor de Castellón me llamó porque escribió una novela en la que su protagonista era matemática e informática, como yo, y me dijo, quiero que te la leas, no sea caso que haya puesto cosas que haga el ridículo.

Dime tu opinión.

En total que la leí, efectivamente tenía dos cosas que no se sostenían desde un punto de vista científico y se lo dije.

Y dice, bueno, pues esto se me viene abajo la novela, así lo quito.

Mira a ver si puedes apañarme de alguna manera algo, ¿no? Y entonces me puse por primera vez en mi vida a leer un libro con los ojos de escritor, no con los ojos de lector.

Claro.

A ver cómo podía cambiar la trama y tal.

Y me fascinó.

Esa experiencia me fascinó.

Y unos días después, unas semanas después, llegó al puerto de Castellón, donde yo estaba de presidente, un barco con siete polizones nigerianos.

Me enteré.