La Personalidad, o lo que el hombre es (Arte del Buen Vivir) - Arthur Schopenhauer o5g13

Capítulo dos la personalidad o lo que el hombre es ya hemos visto en general que lo que un hombre es contribuye mucho más a su felicidad que lo que tiene o cómo es considerado por los demás lo que un hombre es y por lo tanto lo que tiene en su propia persona es siempre lo principal a considerar porque su individualidad le acompaña siempre y en todas partes y da su color a todas sus ex experiencias en toda clase de placer por ejemplo el placer depende principalmente del hombre mismo todo el mundo ite esto con respecto al placer físico y cuanto más cierto es con respecto al intelectual cuando usamos esa expresión inglesa tú en yoy want self estamos empleando una frase muy llamativa y apr copiada porque observé uno dice no él goza de parís sino el goza de sí mismo en parís para un hombre poseído de una individualidad mal condicionada todo placeres como vino delicado en una boca amargada por la hiel por lo tanto tanto en las bendiciones como en los males de la vida depende menos de lo que nos acontece que de la forma en que lo afrontamos es decir del tipo y grado de nuestra susceptibilidad general lo que un hombre sí tiene en sí mismo en una palabra la personalidad con todo lo que conlleva es el único factor inmediato y directo en su felicidad y bienestar todo lo demás es mediato e indirecto y su influencia puede ser neutralizada y frustrada pero la influencia de la personalidad nunca por eso la envidia que suscitan las cualidades personales es la más implacable de todas como también la más cuidadosamente disimulada además la constitución de nuestra conciencia es el ele evento siempre presente y duradero en todo lo que hacemos o sufrimos nuestra individualidad está persistentemente en el trabajo más o menos en cada momento de nuestra vida todas las demás influencias son temporales incidentales fugaces y sujetas a todo tipo de azar y cambio por eso di dice aristóteles no es la riqueza sino el carácter lo que perdura y por la misma razón podemos soportar más fácilmente una desgracia que nos viene enteramente de fuera que una que hemos atraido sobre nosotros porque la fortuna siempre puede cambiar pero no el carácter por lo tanto las bendiciones subjetivas una natural esa noble una cabeza capaz un temperamento alegre espíritus brillantes un físico bien constituido y perfectamente sano en una palabra una mente sana en un cuerpo sano son los primeros y más importantes elementos en la felicidad de modo que deberíamos estar más atentos a promover y preservar tales cualidades que a la posesión de riquezas externas y honores externos y de todas ellas la que nos hace más directamente felices es un flujo genial de buen ánimo porque está excelente cualidad es su propia recompensa inmediata el hombre alegre y jovial tiene siempre una buena razón para hacerlo el hecho de serlo no hay nada que como esta cualidad pueda reemplazar tan completamente la pe pérdida de cualquier otra bendición si conocéis a alguien que sea joven guapo rico y estimado y queréis saber además si es feliz preguntadle es alegre y genial y si lo es qué importa que sea joven o viejo recto o jorobado pobre o rico es feliz en mis primeros días abrí un viejo libro y encontré estas palabras si ríes mucho eres feliz si lloras mucho eres infeliz una observación muy simple sin du da pero solo porque es tan simple nunca he podido olvidarla aunque sea en último grado una perogrullada así pues si la alegría llama a nuestra puerta deberíamos abrirla de par en par porque nunca llega a destiempo en lugar de eso a menudo tenemos escrúpulos para dejarla entrar queremos estar bien seguros de que tenemos motivos para estar contentos entonces tememos que la alegría de espíritu pueda interferir con reflexiones serias o preocupaciones pesadas la alegría es una ganancia directa e inmediata la moneda misma de la fe felicidad y no como todo lo demás un simple cheque bancario porque sólo ella nos hace inmediatamente felices en el momento presente y esta es la mayor bendición para seres como nosotros cuya existencia no es más que un momento infinitesimal entre dos eternidades asegurar y promover este sentido lento de alegría debería ser el objetivo supremo de todos nuestros esfuerzos en pos de la felicidad ahora bien es cierto que nada contribuye tampoco a la alegría como la riqueza ni tanto como la salud no es acaso en las clases bajas las llamadas clases trabajadoras más especial