Perlas líricas 03/03/2025 2rh3o

Muy buenos días, tardes o noches a nuestros oyentes nacionales e internacionales dependiendo de cuándo y dónde se encuentren ustedes en el globo terráqueo. Estamos en la boca del lobo. Yo soy Aurelio Gutiérrez y esto es Perlas Líricas.

Amigos líricos, bienvenidos al programa octogésimo de Perlas Líricas, su programa de música eterna y antimúsica basura. Pueden escuchar este programa en primicia todos los lunes después de la tertulia y con posterioridad cuando lo subimos al canal Perlas Líricas de las plataformas iVox y Telegram y a la cuenta de Twitter Aurelio Gabaldón. También pueden suscribirse al canal de YouTube Aurelio Gabaldón y seguir la cuenta de Instagram Aurelio Gutiérrez Tenor. Y hoy vamos a recordar a un tenor que fue muy mediático en su día, Mario Lanza, que nació el 31 de enero de 1921 en Filadelfia, en el estado de Pensilvania en Estados Unidos, y falleció el 7 de octubre de 1959 en Roma, en la provincia de Lazio, en Italia.

Falleció de un ataque al corazón. Su nombre de nacimiento era Alfred Arnold Cocotza y se le conoció como el Tigre, como el Latin Lover. Fue también actor y más bien actor, conocido por películas como Por primera vez de 1959, El gran Caruso de 1951 o Dos pasiones y un amor de 1956. Estuvo casado con Elizabeth Janet Hicks, alias Betty. Mario Lanza mostró desde niño su pasión por la música y el canto. Su padre era un inmigrante italiano que lo animó a estudiar con el maestro Enrico Rosati, quien le enseñó las técnicas del belcanto. Lanza debutó como cantante profesional en 1942 en una producción de la Bohème en Atlantic City.

Durante la Segunda Guerra Mundial se alistó en el ejército y formó parte de un grupo de entretenimiento para las tropas. En 1947 dio un concierto en Hollywood Bowl que le cambió la vida. Allí, el magnate de cine Louis Meyer quedó impresionado por su talento y le ofreció un contrato con la Metro Golding-Mayer. Así comenzó la carrera cinematográfica de Mario Lanza. Estas películas fueron éxitos de taquilla y le dieron a Lanza una enorme popularidad. Al mismo tiempo, grabó discos para el sello RCA Victor que vendieron millones de copias y lo consagraron como uno de los cantantes más famosos del mundo.

Sin embargo, Mario Lanza no se sentía satisfecho con su trabajo en Hollywood. Quería dedicarse a la ópera y demostrar su valía como artista serio. En 1952 tuvo la oportunidad de debutar en el Metropolitan Opera House de Nueva York en el papel de Radamés en Aida, pero poco antes del estreno fue despedido por la Metro Golding-Mayer por incumplir su contrato. Según algunas fuentes, el motivo fue una discusión con el director de la película The Student Prince, en la que debía participar. Otras versiones dicen que Lanza tenía problemas de peso y de salud que le impedían cumplir con sus compromisos. Pero este episodio marcó un punto de inflexión en la vida de Mario Lanza.