"Pensar lo que falta: el horizonte de un demos cosmopolita".-Luis Arenas 17g2f

Sinceramente yo me siento, como diría aquel, impartibus fidelium, porque aquí en una comunidad hermenéutica tan estrecha y tan homogénea, temo que pueda ser una pequeña nota discordante, pero bueno, agradeceré, digamos, la benevolente acogida que siempre tienen los hermeneutas para eso de fusionar horizontes, y entonces que me hayan dado la ocasión de participar.

Yo lo que he intentado es simplemente tomarme lo más en serio que he podido del título de la mesa, imaginar el futuro que nos hace falta, y tratar de responder a esa sugerencia, pero bueno, por estas cuestiones de la armonía preestablecida de la que tanto sabía Leibniz, quizá algo tenga que ver con lo que nos acaba de contar nuestro anterior ponente.

Así que, tratándose además de un congreso que se celebraba en Cuenca, me parecía que no era, y que jugaba, digamos, con la oposición entre modernidad y posmodernidad, no era tampoco, no estaba totalmente fuera de tono, una ciudad que te recibe en una estación que se llama Fernando Zobel, empezar a entrar por esa cuestión por el lado de la modernidad artística y justamente por el hábitat.

En ese sentido, lo primero que quería es evocar una famosa frase que se atribuye a Mies van der Rohe, arquitecto de origen alemán, el último de los directores de la Bauhaus, antes de que la cerraran los nazis, que intentó, digamos, resumir su propuesta arquitectónica, pero algo más que su propuesta arquitectónica, porque en el fondo lo que estaba, digamos, resumiendo en esa idea de que tenemos toda una manera de entender la modernidad de esta tradición del estilo internacional o de la modernidad arquitectónica, con esa fórmula, Les Ismorts, que se ha hecho muy famosa.

En esa fórmula, Mies van der Rohe lo que quería es, de algún modo, resumir un legado de lo que debería ser, a su juicio, cierta modernidad artística.

Y sin embargo, yo creo que bajo su aparente minimalismo, este mensaje encierra algún equívoco que convendría, o alguna ambigüedad que convendría, de algún modo, deshacer. Porque efectivamente se ha hecho de este lema el eslogan bajo el que se ha acogido eso que llamamos el minimalismo en arte, pero en el fondo me gustaría subrayar como una declaración como esta, menos es más, en el fondo dejaba haber un compromiso inequívoco con lo que podríamos decir que es el ideal central de esa modernidad ilustrada que tiene que ver con la idea del progreso que esta mañana ya se ha evocado.

Fijaos, menos era, sin embargo, y a pesar de todo, más.

Retened, por favor, este más como el primer momento de mi argumentación.

Por esas mismas fechas, aproximadamente, otro gran representante de lo que es la modernidad estética, otro referente en este caso del expresivismo abstracto, Reinhart acogía ese lema de Mies van der Rohe en general para el arte, pero añadía algo que me gustaría subrayar.

En un texto de 1953 que se llama 12 reglas para una nueva academia, decía que el arte comienza cuando nos deshacemos de la naturaleza.

Estos dos ejemplares de modernidad estética me sirven para subrayar hasta qué punto nos encontramos con dos ideas que quizá van a ser claves para entender parte de lo que nos pasa.

El más de Mies van der Rohe y el deshacerse de la naturaleza de Reinhart.

Donde yo creo que podemos ver condensada la lógica capitalista que define la modernidad en la que hemos estado instalados mejor que muchos tratados de economía o de historia política.

Y yo creo que es ahí, en ese más y en ese deshacernos de la naturaleza donde se hunden buena parte de las raíces de los problemas que hoy tenemos.

Una sociedad que se ha construido de espaldas a la naturaleza, de espaldas a los vínculos que mantenemos sí o sí con la naturaleza y que, hasta en su versión más minimalista, siempre exige más.

Un par de décadas más tarde, en el año 72, la respuesta que dio la siguiente generación de artistas de vanguardia a esa propuesta del Evangelio moderno no pudo ser más significativa.

Quiero evocar en este caso el nombre de otro arquitecto, Robert Venturi, que en un famoso libro que se titula Aprendiendo de Las Vegas, que firma él y sus compañeros de estudio, propusieron sustituir ese eslogan de Mies van der Rohe, menos es más, por este otro que les parecía más adecuado a los nuevos tiempos que se abrían, esos tiempos que llamaremos de la postmodernidad.

Less is more, menos es aburrido.

Yo creo que, de nuevo, es muy difícil condensar en un mensaje más breve y más exacto todo lo que culturalmente supuso el tránsito de eso que hemos llamado la modernidad a la postmodernidad.

En lo cultural, en lo económico, en lo artístico, en lo filosófico, ahí está evocada la noción, la crítica a la noción progresiva de historia, está evocada la actitud...