PdeP 064 ESPICHES 41 Límites del humor 5r1u2z

Don Luis Luis presenta.

Don Luis, déjeme que le pregunte.

Oiga, Charlie, si no le dejo, ¿va a dejar de preguntarme? No, pero es por guardar las formas.

Ya, Charlie, pero entre usted y yo, ya.

Lo de guardar las formas.

Nos hemos acostado tantas veces juntos.

Del derecho, del revés, boca arriba, boca abajo.

Eso sí, sin sexo.

Pero, ¿qué importa el sexo? Cuando hay una cercanía en el lecho, en el tálamo.

Ese lugar donde compartimos todos los sobrantes gaseosos de nuestros cuerpos.

Yo los del suyo y usted los del mío.

Bueno, bueno, otro día no le pediré permiso.

Venga, va, ¿qué es lo que quería preguntarme? No, si usted cree que el humor tiene límites.

¿El humor? Pues mire, el humor tiene que tener más o menos los mismos límites que el amor.

Pero ¿no me dijo usted en alguna ocasión que el amor no existía? No, yo no le dije eso.

Yo dije que no existía.

Sí, en general, en genérico, existe en concreto.

Cada ser ama a su manera de la misma manera que cada ser hace humor a su manera.

Y usted hace humor a su manera y hay gente a la que le hace gracia y gente a la que no.

Y usted ama a veces y hay gente que se siente amada y otra que no.

A lo mejor se siente amada aquella a la que usted no le dirige su amor.

Y viceversa, contratiempo que suele acontecer con demasiada frecuencia.

Pero bueno, no por eso dejamos de intentarlo.

Por lo mismo, no por eso tiene uno que dejar de intentar el ir lanzando humoradas a diestro y siniestro.

Y luego cada cual que se ría o no.

Pero oiga, Charly, ¿ese es el tema de la semana? Pues sí, es que viene Moncho Borrajo al programa y hemos pensado hablar de los límites del humor.

Me encanta.

Ah, sí, sí.

Hay días que le digo, vaya tocada de huevos de tema.

Hoy me encanta.

Ah, pues espero que me haga usted una sección de puta madre.

Oiga, tampoco utilice usted esas expresiones gruesas.

Bueno, le iba a pedir permiso para decir de puta madre, pero como usted y yo hemos compartido tantos gases...

Vale, vale, vale. Deje, deje, deje.

Le haré la sección.

Y va a ser una sección, ¿me permite? De puta madre.

Dejando un pequeño hueco para la duda, puedo afirmar que humor, la risa, se encuentra entre las más altas y nobles producciones humanas.

Quizás la única que nos diferencie verdaderamente del resto de especies animales.

Don Luis, los animales...

Las hienas se ríen.

No, las hienas no se ríen.

Las hienas son unos bichos que como tales tienen un lenguaje para poderse comunicar con sus congéneres.

Y entre los diferentes canales de comunicación animal, hay uno que se da sobre todos los animales más evolucionados, que es el lenguaje sonoro.

Los animales se comunican por ondas, por vibraciones, por olores, etc.

Y también por sonidos, incluso por sonidos más o menos articulados.

Es el caso de la hiena.

La hiena emite unos soniditos que tienen cierta similitud con la carcajada humana.

Bueno, para ser exactos, los sonidos que emite una hiena se parecen bastante a la risa de las personas que cuando se ríen parecen hienas.

Podría decirse que ese sonidito que hacen los delfines se parecen a esos soniditos que emiten las cantantes de ópera cuando desafinan.

Pero no, ese sonido de los delfines es propio de los delfines, cuya intención al emitirlos no es parecerse a una cantante de arias que desafina.

En todo caso, las cantantes de ópera cuando desafinan se parecen a los delfines y a su cacareo.

Pero vamos, que aunque hubiera animales que se rieran eso tampoco iba a cambiar para nada mi afirmación, ya que en el fondo esa afirmación lo que viene a decir es que el ser humano es el único animal que provoca los sucesos potencialmente risibles y lo hace para que alguien o algunos se rían.

Y a esa manipulación, creación, manipulación...