Don Luis Luis presenta Relatos no.

Lo siguiente.

Cuentos breves.

Novelas cortas.

Ensayos históricos, literarios, cinematográficos y antropológicos.

Los científicos.

Sainetes.

Entre meses.

Cura social de horror.

De amores cortesanos.

De humor.

Y de vanguardia.

La música.

Función.

De Don Luis Luis para Canal Secreto.

Lo siguiente.

Vamos a esta segunda parte.

Este segundo capítulo dedicado a Dorothy Parker.

En este Relatos no.

Lo siguiente.

Esta mujer que se codeó con algunas de las mentes más brillantes de su época.

Con la alta burguesía estadounidense.

Y observadora como era.

Y con una capacidad crítica.

Un sentido común encomiable.

Supo sacar partido de ello literariamente.

Buscando, rebuscando.

Y descubriendo y exponiendo todas las miserias.

Todos los defectos.

Todo el cinismo y la hipocresía.

De ese estatus social para el que lo que importa son las apariencias.

Ojo.

No me refiero a aquello que no existe.

Pero aparece como si existiera.

No, no.

Aquello que se tiene.

Que existe y se tiene.

Y que uno quiere fardar de ello.

Lo hace ostensible público.

Es decir, el dinero, el poder, la fama.

Y entre otras cosas, también el amor.

Historias maravillosas.

Con un estilo fino, irónico, humorístico.

Sin demasiados zambajes.

Y que le acarreó una enorme fama como escritora.

Para un montón, cientos de miles de lectores.

Ávidos de leer esas pequeñas historias que iba publicando en diversas revistas.

Bueno, en el primer capítulo asistimos a la recreación musical en forma de cine ciego.

Ya sabéis, de cuatro, de cinco de sus relatos.

Dominados todos por las mismas temáticas de fondo.

El amor, el desamor, la comprensión e incomprensión.

La posición social, la frivolidad, etc.

Y el dolor que suele acarrear en aquellas almas que aman de verdad.

Aunque de los cinco relatos, hay uno, digamos, un poco extemporáneo.

Tangencial, situado más o menos que en Valencia, en la época de la Guerra Civil.

Los otros cuatro están situados en Estados Unidos, en Nueva York.

Creo que todos, no sé, en Nueva York o en alguna ciudad de relumbrón de los Estados Unidos.

Bien, el relato que aquí nos ocupa estaría incluido dentro de estos cuatro primeros.

Es decir, las mismas temáticas, pero en este caso aguzadas hasta el puro dolor.

El sarcasmo, la sátira, la ironía acaban por producir en el lector una sensación de desazón que seguramente varía según el lector sea lector o lectora.

Sensaciones parecidas, pero con matices diferentes.