
Orden Social, Económico y Político (4). Persona y derechos humanos, por Luis López-Cozar 583ie
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De la mano de un especialista en la materia como es Luis López-Cozar Pita (*), que ya nos ha visitado en dos ocasiones (AQUÍ y AQUÍ), vamos a recordar lo que se enseñó secularmente, pero que se ha dejado de enseñar desde hace décadas, no sólo por el clero, sino también por los seglares-laicos católicos: la doctrina social de la Iglesia, pilar fundamental y esencial para el bien de la Humanidad, del hombre, de la sociedad, de todos y cada uno de nosotros, pues constituye uno de los múltiples y grandes dones que Dios nos ha regalado tanto para poder llegar a Él, como para que nuestro paso por este mundo, por este valle de lágirmas, sea más liviano, siempre y cuando, claro, asumiéramos en toda su amplitus dicha doctrina. No se la pierdan. (*) Luis López-Cozar Pita, Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense (Madrid). Funcionario de carrera (jubilado). Doctor “Summa Cum Laudem” en Derecho Político por la Universidad San Pablo CEU precisamente con una tesis sobre el CES (Doctrina Social de la Iglesia), de la cual ha publicado una extraordinaria síntesis con el título: «Hacer Nuevas todas las cosas» . Ha participado en la Comisión de Población y Desarrollo (ONU-2008); en la elaboración del Memorándum: Tratados internacionales y derecho al aborto, para las instituciones políticas de la Republica Dominicana (2008); en la del informe sobre la actividad de la OEA (2008) y en los Congresos sobre Vida Publica de la Universidad San Pablo-CEU (Madrid). https://www.elespañoldigital.com/orden-social-economico-y-politico-4-persona-y-derechos-humanos-por-luis-lopez-cozar/ 5d615i
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Bienvenidos, esto es el Español Digital, la verdad sin complejos, nuestro programa La Lupa, yo soy Paco Ventala y tenemos aquí de nuevo a nuestro gran amigo Luis López Cózar Pita. ¿Cómo estás Luis? Muy bien Francisco, encantado de hablar otra vez contigo, de charlar de cosas interesantes ¿no? Pues nosotros más encantados de cosas tan interesantes, cosas que no se oyen, cosas que se deberían oír y que nadie dice excepto pues no sé tú y dos más por desgracia para nosotros, pero que de verdad estamos muy interesados porque nos estás ayudando a formarnos, una de las obligaciones del católico, además de oración, algo de penitencia dentro de lo que cada uno pueda, es formarse, porque si no conocemos nuestra santa fe, pues qué vamos a hacer, ni la vamos a seguir, ni la vamos a predicar, ni la vamos a enseñar, ni nada de nada, entonces pues estamos cojos en este mundo y así nos va, por lo tanto la labor tuya es impresionante y te agradecemos muchísimo. Hoy nos has propuesto hablar de persona y derechos humanos, Luis, adelante que estamos deseando escucharte, adelante. De cómo concibe la iglesia a la persona salen los derechos humanos ¿no? Bueno, yo vamos a llegar hasta donde sea y si no tendríamos que dar otra.
Perfecto, no hay problema. Es un tema muy interesante y no lo voy a enfocar como se suele enfocar para dar nuevos conocimientos de otro tipo, que son muy interesantes, porque ya sabemos lo que son los derechos más humanos, menos la gente, lo que se supone que son, pero vamos al tema. Mira, el mensaje fundamental de la Sagrada Escritura es que creo Dios al ser humano imagen suya, a imagen de Dios lo creo, macho y hembra los creo.
Este es el fundamento de la persona y los derechos humanos, tal y como se han entendido hasta la declaración del año 48, la declaración de la ONU en el año 48 tenía este mismo enfoque, pero a partir del 48, no del 48, sino ya en estos últimos años, 20-30 años, pues se han decidido hacer unos nuevos derechos humanos que no tienen nada que ver con el enfoque inicial de la ONU. Se ha cambiado la ONU dando la vuelta abajo en este tema.
No somos tampoco una individualidad absoluta, edificada por sí misma y sobre sí misma, es decir, no somos un selfie, como la gente se cree hoy en día. Eso de los selfies, o sea, soy yo y yo solo. No, no, estamos como unidos entre nosotros en un compromiso orgánicamente ordenado. Cuando Dios nos crea hombre y mujer, ya no se está haciendo una organización de nosotros, entiendes? Ya está organizando la familia, hombre y mujer.
Entonces, el hombre y la mujer se encuentran frente a todas las demás criaturas, animales, caballos, perros, de todo, pero su dominio sobre el mundo requiere el ejercicio de la responsabilidad. No es una libertad de explotación arbitraria y egoísta sobre la humanidad. El libro Génesis enseña que el dominio del hombre... Ah, no, espérame, he saltado. Entonces, el ser humano es un ser social, hombre y mujer, no puede desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás.
Tras esa relación de hombre y mujer surge la vida y de ahí surge la familia. Sed facundos, multiplicados y llenad la tierra. Esto es lo que dice la Biblia, ¿no? Y sometedla, no al revés, que la iglesia, que vosotros seáis sometidos por la tierra. No, no, no, nosotros sometamos a la tierra, pero con un orden, respetando el orden que Dios ha puesto en él, pues para que nuestros, los que vengan detrás, vivan también bien, ¿entiendes? Una cosa es no cuidarla y otra cosa es que nosotros estamos que estar sometidos a la madre tierra.
Entonces, el hombre y la mujer se encuentran frente a los demás, con un dominio sobre las criaturas, pero no es un dominio como a mí me da la gana, arbitrario y egoísta, es lo que estamos diciendo, ¿no? El dominio sobre el mundo consiste en dar nombre a las cosas. Es el dominio. Tú te imaginas a un perro dando el nombre tuyo, Francisco, que te llame Francisco. No, no, saldría corriendo. Exactamente. Bueno, por eso no somos iguales a las criaturas.
Claro. Y esto a veces es culpa de la gente. Precisamente porque podemos denominar las cosas. Ellos no nos pueden denominar a nosotros. Una planta no puede decir Sáchez, eso no lo puede decir una plancha. Entonces, ¿qué te está diciendo? Que hay algo más profundo que el cuerpo, que es el espíritu, la mente. Muy bien, muy bien.
Entonces, esta relación de dominio sobre la acción convierte a la persona humana en el fundamento del orden social. Nos hace que somos los dominadores. Está claro, somos los jefes, porque podemos dominar con el verbo a las cosas. Es decir, el perro, ven para acá y va. A ti un perro no te va a decir Pedro, ven para acá, que tienes que poner la comida. No, eso no lo va a decir un perro ni una planta.
Claro. Es que es que estamos en un momento en el que
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