Operación Plumbbob 6u3344

Ecos de la Historia. Un programa presentado por Rodrigo Martín y producido por Jack Frost Media.

Realizado bajo uso legítimo o Fair Use.

Voy a hablaros de la Operación Plombo.

Específicamente de la prueba nuclear subterránea conocida como Pascal B.

¿Qué fue esto? En 1957, en el desierto de Nevada, el ejército de Estados Unidos excavó un pozo muy profundo y en el fondo del mismo colocó una bomba nuclear.

Luego sellaron la entrada al pozo con una tapa de acero, como una especie de tapa de alcantarilla sobredimensionada.

De hecho, tan sobredimensionada que pesaba 900 kilos, casi una tonelada de acero.

Luego, evidentemente, hicieron detonar la bomba y la tapa de alcantarilla salió disparada hacia arriba a una velocidad increíble por la fuerza de la explosión.

Entre otros muchos sensores, cámaras y demás cosas que estaban registrando ese evento, había una cámara de alta velocidad de la época, grabándolo, que solamente pudo captar, a pesar de ser de alta velocidad, un único fotograma borroso de la tapa siendo disparada hacia arriba a una velocidad increíble.

Gracias a esto, se pudo hacer una estimación aproximada de su velocidad.

¡240.000 kilómetros por hora! Sí señoras y señores, esa tapa de alcantarilla se convirtió en uno de los objetos creados por el ser humano más rápidos.

240.000 kilómetros por hora lo coloca en las ligas de sondas espaciales, acercándose ya entrando en el límite de aquellas que viajan fuera del sistema solar pero no alcanzándolas.

¿Y qué ocurrió con la tapa? Os preguntaréis.

Bueno, pues hay dos posibilidades.

La más probable es que esa tapa se desintegrase.

La velocidad era tan ridículamente alta que el rozamiento con la atmósfera, a pesar de ser algo tan liviano como el aire, sería tan brutal, liberaría tal cantidad de energía que en unos milisegundos esa tonelada de acero se vaporizaría, se convertiría en acero en vapor.

Pero no se sabe a ciencia cierta si esto ocurrió o si la tapa sobrevivió al atravesar la atmósfera y salió al espacio.

Si eso ocurrió es imposible de recuperar porque 240.000 kilómetros por hora es mucho más de la velocidad mínima necesaria para escapar de la gravedad de la Tierra.

Si eso ha ocurrido, ahora mismo esa tapa de una tonelada de acero está viajando por el espacio a una velocidad increíble en línea recta y así seguirá y seguirá y seguirá hasta que se tope con un obstáculo en su camino, sea un asteroide, una luna, un planeta, una estación espacial, una nave, lo que sea.

Esto me ha hecho preguntarme, ¿y qué ocurriría entonces? ¿Cómo de gordo sería el impacto? A mí las matemáticas nunca se me han dado muy bien, así que le pedí a una inteligencia artificial que hiciera los cálculos por mí.

Y la respuesta fue, si un objeto de 900 kilos de acero se golpea contra otro a 240.000 kilómetros por hora, la energía liberada por el impacto sería 2 petajulios.

Al igual que vosotros, me quedé un poco frío porque no sé cuánto significa eso.

Bueno, pues investigando un poquito más, eso equivale a 32 veces la explosión de la bomba nuclear de Hiroshima.

Sí, esa explosión fueron 63 terajulios y estos son 2 petajulios.

31.75 veces concretamente más energético que la bomba nuclear de Hiroshima.

Así que espero que en el futuro ninguna civilización extraterrestre venga a visitarnos y a reclamarnos daños por una increíble explosión, un impacto tremendo contra algo que sea de su propiedad.