Motivos por los que no ser ella. 6a4s6q

Hola, ¿qué tal? Hoy vamos a ver con otros ojos la trilogía de Bridget Jones.

Esta trilogía es una fantasía que normaliza el caos como algo entrañable, transmitiendo la idea de que da igual lo que hagas, el universo te debe un final feliz.

Desde el punto de vista evolutivo, social y hasta del puro sentido común, Bridget es la antítesis de lo que hace que una persona prospere en la vida real.

Es un personaje diseñado para que la audiencia femenina se siente identificada sin cuestionarse nada.

Yo también soy torpe y me como una tarina de helado cuando me dejan en visto.

Esta chica es entrañable en la ficción, pero en la vida real es la típica amiga de la que te avergüenzas, que cree que el amor la va a salvar de sí misma.

Primera película. La premisa es simple.

Bridget es una treintaañera incomprendida porque no encaja en el molde de la feminidad clásica.

Es una mujer sin rumbo, que fuma como un carretero, con las mismas habilidades sociales que un bicho palo y con la estabilidad emocional de un adolescente.

Aún así, dos hombres se pelean por ella y ella no mejora en nada a lo largo de la película, pero es recompensada con el amor, como si ser un desastre fuera un mérito en sí misma.

Esta película gira en torno a la idea de que las mujeres no necesitan evolucionar, que el crecimiento personal es opcional y que puedes tener a dos hombres detrás, aunque tú no les aportes nada.

Se trata de un falso empoderamiento.

Sé un desastre y te amarán igual.

Da igual que seas una borracha en los eventos formales a los que te invitan, da igual que no tengas el control sobre tu carrera profesional ni tus emociones, pero en la biología y en la antropología evolutiva, las hembras de cualquier especie buscan proyectar estabilidad y seguridad para atraer parejas.

Pero en este universo paralelo, dos hombres ricos y atractivos están dispuestos a pelearse por esta mujer.

¿Por qué? Porque el guión así lo dice.

No porque Bridget sea nada especial.

En la segunda película, la historia continúa con Bridget saliendo con Mark, pero en lugar de haber madurado un poco después de la primera película, sigue siendo igual de petarda.

Celos sin sentido.

Ella está convencida de que su novio la engaña.

En lugar de hablarlo, toma decisiones impulsivas y catastróficas.

Se va de viaje a Tailandia y se ve envuelta en un problema que la lleva a la cárcel.

Encima se acuesta con su ex.

Pero esto no parece importarle a Mark, que la saque de allí y además se casa con ella.

Y otra vez la recompensa sin esfuerzo.

Ella no aprende nada de todo esto.

No se vuelve más inteligente, más estable, más estratégica.

Todo se resuelve gracias a terceros.

Y ella sigue siendo la protagonista de su propio cuento de hadas.

Es en este punto donde la saga deja claro su mensaje.

Puede ser emocionalmente inmadura, irracional y problemática, pero la vida te va a premiar igual.

Es un manual de instrucciones para nunca asumir la responsabilidad por tus actos.

La tercera película ya sí es territorio de distorsión total de la realidad.

Bridget, con más de 40 años, sigue sin haber aprendido nada.

Y ahora está embarazada y no sabe de quién.

El tema de la promiscuida se ve como algo gracioso.

Dormir con dos hombres sin necesidad de protección.

Digo yo, es gracioso.