Momentos Nutricionales. El teatro como terapia. 21-02-2025 b3o61

Buenas tardes, bienvenidas a un nuevo programa de Momentos Nutricionales, un espacio donde nos nutrimos con temas relacionados con la nutrición, la salud y otros temas de interés.

Os habla Ana Huguet, dietista, coach y terapeuta multidisciplinar especializada en reeducación nutricional y salud integral. Puedes volver a escuchar este programa en podcast. Encontrarás el link en mi Instagram, anahuguet-habitosnutricionales. Y ahora sí, comenzamos.

Y el programa de hoy lo vamos a dedicar al teatro y a la teatroterapia.

El teatro es una de esas actividades de ocio que atraen y unen a mucha gente de todas las edades y perfiles. A muchas personas les gustaría hacer teatro también, pero no se atreven.

Debido a creencias limitantes como la de no valer para ello, el miedo al ridículo o la exposición en público. Lo cierto es que el teatro tiene múltiples propiedades terapéuticas. Hablo en primera persona, ya que a mí particularmente me encanta ir al teatro, pero además siempre he tenido la ilusión de apuntarme a hacer teatro por diversión, por aprender, por ver qué soy capaz de hacer. Siempre había sido uno de esos pequeños sueños que nunca había realizado, hasta hace poco que me apunté a mi primer taller.

Y es ese taller que está dirigido por Gina Morales Samitier, que es artista, instructora de teatro y como ella dice, culo inquieto de la vida. Esta es la persona que hoy me acompaña para contarnos su experiencia con el teatro y su influencia terapéutica. Muy buenas tardes Gina, ¿qué tal, cómo estás? Muy bien, muchas gracias por invitarme. Bueno y a ti, muchísimas gracias por venir, que tú ya sabes que esto me hacía muchísima ilusión.

Oye Gina, primero de todo, a mí siempre me gusta que los oyentes conozcan, conozcan la historia de mis invitados y en particular, cuando hablamos de teatro, siempre es aquello de cómo empieza una persona a hacer teatro. Me gustaría mucho conocer también tu historia. Bueno, pues mi historia con el teatro es desde pequeña en la escuela, lo típico que a veces te hacen hacer talleres o bueno, te hay como... Habían optativas en ese momento y una de ellas era el teatro y a mí me fascinó.

Luego también había el típico del canto en... Bueno, llevo a una escuela religiosa, al Colegio de las Teresianas ahí en Barcelona y entonces había las misas y también cantábamos. Y otro, había un espectáculo chiquito y me dijeron, ah, si quieres puedes participar en una brita pequeñita, era un papel, ni me acuerdo, pero super pequeño, no decía nada, creo, solo una frase, pero me encantó. Y desde entonces dije, ay, yo quiero hacer esto.

Y luego la vida te lleva a otras cosas, ¿no? Mis padres son... Eran podólogos y entonces como a mí me encantaba todo el tema de la salud, dije, bueno, me voy a dedicar a la podología. Y ahí fui, pero lo del teatro siempre seguía, seguía, seguía, hasta que me enteré que había un grupo de gente mayor que estaba cerca de mi trabajo que hacía teatro. Y ahí fue cuando empecé de verdad a entrar en todo el mundo del teatro.

Pues qué interesante. Y una vez entras en ese mundo de teatro, ¿qué haces exactamente? Porque, claro, hay que entrar, pero nos queda el gusanillo ya, pero ¿cómo? ¿Cómo se entra en el mundo del teatro? Bueno, lo primero es lanzarse. O sea, lo primero es decir, mira, quiero probarlo, quiero aprender, quiero disfrutar, quiero divertirme y ahí empecé con este grupo que me acogieron super bien.

Teníamos a una directora que ella era actriz profesional, se llama Mónica Ibarra, que estaba en el Teatro Nacional haciendo muchas obras, incluso salió en películas. Y la verdad que tener una buena instructora que sepa cómo guiarte, que sepa cómo, cómo hacértelo, pasártelo bien en el teatro es fundamental. Entonces, así sería como la primera vez. El primero es atreverte, dar el paso y decir, mira, voy a probar y a ver qué pasa.

Y me meto en un taller y a ver qué tal. Oye, pues genial, porque además has contado tu experiencia.

Sí.

Sí.

Sí.

Sí.

Sí.