Más Allá del Rol: Explorando la Nueva Masculinidad 6y4ej

Sexoluciones, con Vanessa Pérez. ¿Hablamos de sexo? Muy buenos días Altojalón, espero que os encontréis muy bien. Y hoy me gustaría hablaros de un tema que a lo mejor os crea como bastante confusión. Seguro que hemos oído hablar en bastantes ocasiones de las nuevas masculinidades y hay mucha gente que no sabe a qué se refieren, no sabe si estoy dentro de esta nueva masculinidad, cuántas hay, si estoy en la vieja.

Seguro que muchos y muchas de vosotras habréis visto la serie Machos Alfa en la que los protagonistas hacen un curso de deconstrucción de la masculinidad para acercarse a valores más actuales y más cercanos a estas nuevas masculinidades. Para sacaros de dudas vamos a hablar hoy precisamente de esto y vamos a empezar definiendo qué es esto de la masculinidad. La OMS, la Organización Mundial de la Salud, lo que nos dice es que la masculinidad son los roles, características y oportunidades que se consideran apropiadas para hombres y niños y que son definidos por la sociedad y la cultura actual.

Es decir, si la sociedad y la cultura son cambiantes, los roles, estereotipos, valores también van a cambiar y por eso ahora se está hablando mucho de las nuevas masculinidades. Pero, ¿por qué nuevas masculinidades en plural en vez de en singular? Pues porque se acepta que ya no existe un solo modelo típico de lo que entra dentro del ser un hombre, sino que hay diversas formas de ser un hombre y aquí es bastante importante que se incluye también que para ser un hombre tu orientación sexual no tiene que ir definida por tu género.

Es decir, si eres un hombre homosexual sigues siendo un hombre, no pasas a ser una mujer o un afeminado como se decía antes. Y para ver un poco cuáles son estos nuevos prototipos, estas nuevas características, no nos queda más remedio que observar cuál era la vieja masculinidad. Aquí sí en singular porque hasta hace relativamente poco tiempo solo se aceptaba un modelo de hombre, el hombre-hombre.

Era un hombre con fuerza física, con dureza emocional, era autosuficiente, era competitivo, asumía riesgos muchas veces innecesarios. Vamos a pensar por ejemplo en esos deportes de riesgo extremos que antes estaban destinados solo para hombres o en esas formas de conducir bastante agresivas y que eran propias de hombres. Las mujeres no sabemos conducir, no sabemos correr, no asumimos roles. El hombre típico es además un hombre que asume el rol de protector y de proporcionador.

Es decir, es el que tiene que llevar el sustento a su casa, es el que tiene que alimentar a su familia, pero además tiene la obligación de protegerla. Primero los demás y luego yo bajo ese lema de protección. Y además es un hombre que domina, es dominante, no deja que nadie le diga lo que tiene que hacer, especialmente no deja que se lo diga una mujer o un hombre a quien él no considera un hombre-hombre.

Y aquí se incluye también este dominio sexual que desemboca muchísimas veces con estos modelos antiguos o tradicionales desemboca en el consumo de prostitución, en violaciones y en la violencia de género hacia las mujeres. Entonces es un hombre que tiene que dominar, es agresivo, es violento, tiene que ejercer el control y su virilidad está asociada tanto a estos términos como al desempeño sexual.

Si no eres capaz de tener una erección no eres un hombre-hombre, si no eres capaz de satisfacer a tu mujer no eres un hombre-hombre y por supuesto si no eres capaz de generar hijos no eres un hombre-hombre. ¿Qué ocurre? Pues que estos modelos se quedan desfasados en la sociedad en la que vivimos actualmente, en la que las mujeres hemos ido reclamando cada vez más responsabilidad, más igualdad y más también