El mal | Un abandono en la familia | De la vida y la muerte Cap6 4u3g4f

Bienvenida a ello oriana odio libros me gusta lo que oyes quieres conocer todos mis trabajos visita y harían punto es el mal en mi cabeza se desataba un aberrante caos que me confundía y que junto con la incipiente jaqueca que me provocaba la falta de sueño las impresiones recibidas hacía que mis instintos primigenios gobernaron mis actos de manera inquietante apenas me atormentaba mi mente con el recuerdo del indecible dolor del que era responsable lo apartaba intentaba enterrarlo en lo más hondo de mí y mis pasos se encaminaban con redoblada energía hacia la puerta de la calle así envuelto en un mar de confusión barrido por la tempestad de inusitada violencia mientras creía que iba a perder la razón para siempre y sentía como mi cordura tan debilitada tan acosada por inefables horrores ahora pendía de un hilo en cualquier instante se romperá me encontré en el exterior y lejos de tranquilizarme la idea de alejarme de aquel lugar maldito para siempre me sorprendió un terror cerval ante la idea de abandonar la protección que me ofrecí a la casa nada más salir había caído de rodillas agobiado por una sensación de vértigo cósmico y arañaba con mis dedos la tierra del camino tratando de hacer asidero pues temía con horrible certidumbre que me vería atraído con irresistible fuerza hacia las profundidades del infinito que se abria sobre mí me aventuré a mirar y vi un cielo azul surcado por vaporosas nubes pero sabía que aquello no era más que una ilusión que los rayos solares al o con los gases que nos envuelven representaban en aquella absurda comedia para nuestros ojos confiados sabía que el cielo era negro y frío como la muerte que la vastedad del cosmos era tal que haría perder el juicio al hombre más cuerdo que de ejercer su inexorable atracción sobre mí sería arrastrada a confines tales quedado vestigio de luz sería un dudoso y atávico recuerdo de una intimidad que me sería arrancada por siempre por la fría mano de la locura me aventuré a mirar hacia donde se dirigía al camino y acerté a ver aunque de forma vaga pues la vista se me nublaba una frondosa arboleda en la que quizá me sintiera más segura pero como el nadador que alejándose de la costa confiado en sus fuerzas se adentran en el océano lucha anda con los elementos para volverse luego y será amenazada por un indescriptible terror al reconocer que jamás será capaz de volver a ganarla y se ve abandonado la terrible fuerza de las mareas que gobiernan el océano desde mucho antes de que el hombre mirar al cielo por primera vez alcanza por fin la horrenda certidumbre de que va a morir mi final sería igual de incierto mi angustia igual de vívida y cruel y me abandonó igual de lastimoso sabía que aun ganando la arboleda no sería capaz de llegar más lejos necesitaba descansar pues sentía a mi salud muy deteriorada hasta tal punto de temer por mi vida pero no allí no bajo la vastedad aquel inmenso error que rodea la tierra me incorporé por fin me adentro de nuevo la casa con paso ebrio no había dicho mi sobrino que al día siguiente pasaría a un coche a recogerlo descansaría entonces si me volverian el coche ahora que el ama había muerto no debía temer por mi vida podría dormir confiado y descansar descansar ahora esa idea se mostraba seductora ante mí entré al baño me sorprendí terriblemente ante lo que viene el espejo donde esperará a encontrar un rostro lozano no veía sino uno avejentado cansado y enfermo lívido ojeroso enjuto de ojos vidriosos e hinchadas mi camisa sucia hasta el extremo á causa de incontables