LA LUPA. "Rusia y el Nuevo Orden Mundial" (SND Editores), de Enrique Refoyo y Guillermo Rocafort 3g2y1k

Bienvenidos, esto es el Español Digital, la verdad sin complejos, nuestro programa La Lupa. Yo soy Paco Vendala y tenemos hoy aquí una persona muy interesante, un gran invitado, nada más y nada menos que Enrique Refoglio. Enrique, buenos días.

Pues muy buenos días y agradecido de estar aquí contigo y con toda la audiencia. Pues nosotros más todavía. Enrique Refoglio es profesor de universidad, es un gran analista de geopolítica, una persona muy entendida que además está en el candelero, vamos a decir, porque está al día de todo lo que está ocurriendo, estos cambios tan brutales que estamos viendo y que no esperábamos a lo mejor y que ha escrito un libro muy interesante, también lo ha escrito, es coautor junto con Guillermo Rocafort.

Aquí lo tenemos, un libro muy oportuno sobre todo Rusia y el nuevo orden mundial y muy interesante también porque de eso no habla nadie, la multipolaridad y la hispanidad en el tablero geopolítico porque, claro, hablamos de multipolaridad y nos olvidamos de que España también está en el mundo, pero Enrique, lo primero, multipolaridad es una palabra casi nueva. Explícanos un poco qué significa.

Sí, pues multipolaridad para una gran parte del mundo significa esperanza de un orden mundial distinto. Para el caso occidental es el sinónimo de desorden, caos, destrucción, etcétera, de que su orden unipolar basado en que Estados Unidos, Occidente impone y el resto tiene que aceptar, pues sienten que eso ha llegado a su fin y que hay una alternativa, ese mundo multipolar impulsado particularmente por países como Rusia, especialmente a partir de 2022, así como también por China, que tienen sus fundamentos incluso en la época de la guerra fría y otros países también se unen a ello, países como India, que no es poca cosa, otros como Irán y también diferentes países africanos y también la idea de la multipolaridad encaja en países de Hispanoamérica. ¿Por qué? Porque en primer lugar lo que niega es la excepcionalidad de la vía occidental, de la vía de Estados Unidos, de que eso no es la universalidad, no es el cómputo del mundo, sino una parte del mundo y que se rechaza tanto esa imposición hegemónica estadounidense sobre el mundo como la de cualquier otro. Se reconoce las diferencias, pero no en tanto de que hay unos buenos, otros malos, unos más avanzados, otros más atrasados, sino uno ha llevado un camino, otro ha llevado otro. No es ni bueno ni malo, simplemente son distintos.

Hay que respetar esas diferencias y no verlas como, bueno, aquí le venimos a dar ejemplo de unos contra otros y demás, sino cada uno con su espacio, con su sitio. De hecho, países como Rusia y China, también India, hablan de que ellos no son estados-nación, ellos son estados-civilización. Es mucho más que un simple estado-nación, digamos, al sentido occidental, en el sentido esfaliano. Y eso también, desde luego, nos dice, oigan, ¿y la hispanidad? La hispanidad es una gran civilización. Y en el mundo al que vamos, y pasamos ya de lo teórico a lo más práctico, es un mundo de gigantes. Aquí no vale de nada ser enano, por muy vistoso que sea cualquier enano mundial.

Es el mundo de los gigantes, es el mundo de Rusia, Eurasia, China, India, el llamado mundo árabe, quizá, o mundo islámico, África, con increíbles potencias, el sudeste asiático, con la sean, y en el caso americano, está América anglosajona, y está Iberoamérica, con Brasil, más España y Portugal. Es decir, unos conjuntos gigantescos, y en un mundo de gigantes, o eres un gigante, o te unes, o acabas aplastado. Y entonces, en este sentido, lo que vemos es, voy a añadir el tema de la multipolaridad, y lo ponemos en el libro, el punto inicial es 1997, con la declaración ruso-china por un orden mundial multipolar. Ese es el punto de partida, el punto clave 1997.

Imaginémonos cómo estaba el mundo en aquella época, en la década más unipolar de todas, donde Estados Unidos se sentía el amo y señor del mundo, y una Rusia devastada, decadente, debilitada, que además venía de la derrota con los yihadistas en Chechenia, una derrota autoinfligida por el propio poder de Yeltsin, que no quería arreglar eso, que le estaban tirando sus asesores occidentales de, no, no, tú, avanzan, han avanzado las tropas, no, no, retíralas, retíralas, vas a conseguir Estados Unidos, no, no, retíralas, retíralas. Es decir, algo que a lo mejor a muchos españoles nos suena de, de cómo, bueno, tienes un grupo terrorista, y el nuevo gobierno de Estados Unidos